Un sindicalista y funcionario provincial confirma el ingreso permanente de personal a la Administración Pública, a pesar del relato opuesto de la Gobernadora

(Por Rubén Lasagno) – En su afán por resaltar las virtudes de la gobernadora Alicia Kirchner y su respeto a los Convenios Colectivos de Trabajo, el actual funcionario provincial y representante de ATE a nivel nacional, Alejandro Garzón, confirmó lo que tantas veces hemos analizado, dicho y demostrado con la documentación oficial, sobre los ingresos irrestrictos y permanentes de personas en la administración pública provincial, a pesar de leyes que determinan lo contrario y los discursos de la propia gobernadora al respecto.

Garzón quien ostenta los títulos de Secretario Gremial del Consejo Directivo Nacional de ATE nacional y Gerente de Comunicación Territorial y Relaciones institucionales de AMA Santa Cruz, dijo enfáticamente en un medio del gobierno y distribuido por Twitter, hablando sobre “la dignificación humana de los trabajadores del Estado”, de acuerdo a los dichos de la gobernadora:

“Hubo un sindicato que luchó, que puso en el tapete la discusión política, que hubo una decisión política de la gobernadora Alicia Kirchner de decir los trabajadores del Estado necesitan los derechos y la dignificación como trabajadores, los Convenios Colectivos de Trabajo, los derechos de que cada seis meses pasamos a planta permanente en la provincia de Santa Cruz y en ninguna provincia del país a los seis meses y un día pasás a planta permanente”.

El otrora sindicalista enfrentado con el poder, cuando tomaba ministerios exigiendo el pago atrasado de los empleados públicos en el primer año de gestión de la actual gobernadora, hizo una reverencia verbal innecesaria a la mandataria que lo convenció de trabajar para su gobierno y puso en carne viva una verdad sutilmente ocultada por el gobierno K: el ingreso permanente de empleados públicos en Santa Cruz, una práctica siempre vigente, a pesar de leyes y medidas de restricción presupuestaria que difunde el gobierno provincial e incumple sistemáticamente como hemos advertido.

Atender de los dos lados del mostrador

Alejandro Garzón omitió al inicio de su opinión, decir que el gremio que “puso en el tapete la discusión política”, ha sido ATE, el mismo al cual él responde a nivel nacional y su mujer y familia en la provincia. 

Fue el único sindicato en Santa Cruz, junto con la ADOSAC, en solventar la lucha sindical del 2006, 2007 y sucesivos años de convulsión social hasta el año 2016/17 cuando, por razones nunca explicadas, pero obvias, ATE se hizo oficialista y un brazo más del gobierno K.

Claramente cuando Garzón dice “Hubo un sindicato que luchó…” habla de su sindicato, pero pone una autorrestricción forzada a su mención (y omite nombrarlo), porque de alguna manera le avergüenza la clara incompatibilidad de funciones en la que procede, al haber aceptado ser funcionario de un gobierno al que siempre combatió y hoy le resulta difícil explicar desde la coherencia discursiva, cómo es que terminó siendo parte de él y por consiguiente, cómo podría (obvio que no puede) defender a los afiliados de ATE de un gobierno de cuyas manos, cobra un buen sueldo.

Pero lo importante de los dichos del funcionario/gremialista, sobre quien en lo personal tengo un gran aprecio, es que cuando afirma que cada seis meses el gobierno provincial pasa personal del Estado a planta, reconoce implícitamente que a la administración pública provincial ingresan nuevos trabajadores de forma permanente, quienes a los seis meses son confirmados, mientras otros nuevos ingresan como contratados y a los seis meses son incorporados a planta permanente y así sucesivamente se da lo que conmunmente se conoce como “capas de cebolla”.

Más allá de ufanarse Garzón, de que en ninguna provincia del país “a los seis meses y un día pasás a planta permanente…” lo cual explica los 80 mil (o más) recibos de haberes que imprime mensualmente el gobierno, el dirigente gremial y funcionario reafirma en la nota “Estamos en el siglo XXI”, expresando que aún hay municipios que no tienen Convenios Colectivos de Trabajo.

Precisamente, por el énfasis que pone en remarcar que estamos en el Siglo XXI, es una contradicción desde la lógica desarrollista de un país, que todavía haya una dirigencia que crea y promueva el empleo público en vez de la actividad privada como motor de producción nacional.

El enfoque político que asume Garzón, es el mismo que tiene el kirchnerismo de base y desarrolla en toda su dimensión Alicia Kirchner: el Estado debe regular todo, dar empleo, pagar y ordenar cuánto, cómo y cuándo, decirle a cada uno lo que puede o no hacer, interferir en toda actividad, en la justicia y transformarse en una entidad omnímoda que todo lo ve y controla, pero olvidando un detalle: para subsistir un país necesita del comercio, la industria, la mano de obra, el transporte, la agricultura, la ganadería y el desarrollo productivo lo cual solo sirve cuando está en manos de los privados, quienes, paradójicamente, con sus altísimas contribuciones, permiten que Alicia Kirchner, otros gobernadores y el propio Estado nacional, puedan sostener el aplastante andamiaje de empleados públicos, planes y los pornográficos déficit de las empresas estatales como Aerolíneas Argentinas, empresas de energía, YCRT, Tandanor, Femesa, Hidronor, YPF, Aysa, solo por poner unos pocos ejemplos.

Alejandro Garzón un admirador de las dictaduras de Maduro y los Castro, pero viviendo cómodamente en Argentina, combina una suerte de ideas polivalentes, donde pugna por la libertad y derechos de los trabajadores de un lado del mostrador y del otro, como funcionario, defiende la incalificable destrucción del empleo público, toda vez que, en trance por tener a todo el mundo trabajando bajo el techo del Estado, favorece que el reparto sea cada vez mayor pero menor la base recaudatoria y empuja a que sus afiliados (como gremialista) vean pauperizados sus sueldos y vivan bajo la línea de pobreza y cayendo, consumidos por las horribles políticas económicas del gobierno que decidió defender y contra el cual ya no lucha más.

Por eso las palabras del funcionario/sindicalista tienen tanta importancia; reconoce que el estado provincial es una agencia de empleo, como siempre lo dijimos y convalida el hecho de que, a pesar de los discursos de la gobernadora y su postura “conservadora” en materia de ingresos al sector público, el drenaje sigue y cada seis meses el gobierno cumple con ingresar a planta permanente a quienes está contratados en condiciones precarias. 

Tal vez el funcionario en el área comunicacional del gobierno esté contento porque, con esta metodología, su otra función como dirigente de ATE se ve ampliamente beneficiada con la ampliación de la base contributiva del sindicato, a través del ingreso, cada seis meses, de un mayor cúmulo de empleados públicos que desde ese momento pasan a ser afiliados del sindicato en cuestión. (Agencia OPI Santa Cruz)