Según publica Clarín Afirman que la Vicepresidenta definirá en soledad el nuevo sello, como sucedió con Unidad Ciudadana o el Frente para la Victoria. Buscan “un retoque” para reimpulsar el espacio político antes de las elecciones.
Por: Mariano Roa
Estados Unidos y una parte cada vez más chica de Europa ofrecen sistemas políticos donde el nombre de los espacios conservan un peso tan gravitante que ordena al electorado. Son países donde el sello partidario prevalece y sostiene al candidato. Y no al revés, como se impone en la mayoría de los países sudamericanos, donde el votante se alinea detrás del líder que manda, arma y desarma, sin importar la marca del espacio que elija para competir.
Cada elección que se celebra en Argentina profundiza la proliferación de los sellos de goma. Hay de todo, para todos los gustos. La oferta política se reduce a la autoridad de un candidato que poco y nada tiene que ver con el partido por el que se presenta. Casi un culto a la personalidad: Cristina Kirchner, Mauricio Macri o Javier Milei podrían llevar casi cualquier logo en sus boletas y probablemente aún así se dividirán en tercios los votos del país, según el pronóstico de las encuestas.
Ni el peronismo ni el radicalismo ya movilizan a los votantes. Florencio Randazzo se quedó con el sello del PJ en 2017 y sacó apenas el 3% de los votos en la Provincia de Buenos Aires. De la UCR sobran ejemplos similares. Los dos partidos que marcaron la historia política del país ya no pueden presentarse en una elección sin estar camuflados en grandes alianzas.
El nombre de un frente no agrega nada. Pero si puede desagregar. Eso es lo que sienten en el Frente de Todos, donde todos creen que esa marca fracasó.
Por eso, Cristina y los jefes del peronismo del GBA decidieron dejar de usarlo de cara a los próximos comicios. “El Frente de Todos como marca nos acerca al desastre de este gobierno y la figura de Alberto Fernández. Por eso lo vamos a modificar”, le aseguró a Clarín, uno de los principales jefes del Conurbano más poderoso.
“Hay que tratar que nuestros votantes se olviden de lo que armamos en 2019 para ganarle a Macri. Va a ser difícil, pero hay que intentarlo. Obvio que un nuevo nombre de la alianza no nos va a dar más votos, pero por lo menos tratamos de proponer algo nuevo”, aclara otro referente de la Tercera Sección electoral bonaerense.
En las elecciones provinciales (las tres de este domingo son un claro ejemplo) ninguna fuerza política se presenta como Frente de Todos, aunque sus gobernadores aseguren ser peronistas.
Rechazan hacer campaña con figuras nacionales del kirchnerismo y menos del albertismo. Un poco más tamizado, pasa lo mismo en las provincias manejadas por Cambiemos.
En la Casa Rosada admitieron ante Clarín: “La verdad que están rezando para no los llamemos. Ni nosotros ni nadie relacionado con Cristina. Hasta algunos te lo piden abiertamente que no aparezcamos en la provincia durante la campaña. No quieren saber nada con el Frente de Todos. Como si todo lo que sufre el pueblo del interior es culpa solamente del Gobierno Nacional y del kirchnerismo. Eso sí, para venir a pedir guita se anotan en todas las listas y son nuestros mejores aliados”.
Cristina y el peronismo bonaerense manejado por los intendentes del GBA tienen un mes para anotar el nuevo nombre que reemplace al Frente de Todos.
Clarín consultó a siete altos dirigentes del PJ con cargos ejecutivos o legislativos y todos respondieron más o menos lo mismo: “Ella (por Cristina) lo decidirá en soledad, como pasó con Unidad Ciudadana y el Frente para la Victoria. Nos vamos a enterar por los medios porque no creo que ni siquiera lo anuncie por Twitter como nos tiene acostumbrados”.
Según el cronograma electoral, el nombre de los frentes tiene que estar registrado dos semanas antes de la inscripción de la alianzas, el 24 de junio. Es decir, hay tiempo para elegir renovar el sello del Frente de Todos hasta el 10 de junio.
En esa elección del nombre, también todos los consultados hacen muecas cuando se les pregunta si Alberto Fernandez puede opinar. Al fin y al cabo es Presidente no solo de la Nación sino también del Partido Justicialista.
“Todavía me sorprende que le lleven café a su oficina, aunque me dicen que cada vez tardan más”, se divierte un intendente en uso de licencia que este mes volverá a su municipio para ponerse al frente de la campaña. (Clarín)