La situación en Francia sigue siendo tensa, con una cuarta noche de disturbios que se extendieron por varias ciudades, incluyendo Marsella, Lyon, Toulouse, Estrasburgo y Lille. Las protestas y los enfrentamientos han dejado decenas de comercios saqueados y alrededor de 2.000 vehículos incendiados.
El Gobierno ha respondido desplegando a aproximadamente 45.000 policías y vehículos blindados para controlar la situación. Esta crisis se considera una de las mayores pruebas de liderazgo para el presidente Emmanuel Macron desde las protestas de los “chalecos amarillos” que paralizaron gran parte del país en 2018.
El Ministerio del Interior informó a través de Twitter que se realizaron 1.311 detenciones durante la cuarta noche de disturbios, en comparación con las 875 detenciones de la noche anterior. Aunque se mencionó que la violencia fue “menor en intensidad”, los enfrentamientos continúan siendo una preocupación importante para las autoridades.
La muerte de Nahel M, un joven de 17 años de ascendencia argelina y marroquí, a manos de un agente de policía durante un control de tráfico en el suburbio de Nanterre, desencadenó esta ola de disturbios. El tiroteo fue capturado en video y ha avivado las quejas de larga data sobre la violencia policial y el racismo en las comunidades urbanas pobres y racialmente mixtas.
El funeral de Nahel M tuvo lugar el sábado en el suburbio parisino donde ocurrió su fallecimiento. Familiares, amigos y otros miembros de la comunidad se reunieron para expresar su apoyo a la familia en este momento difícil. Muchos expresaron la importancia de la unidad y el apoyo mutuo en medio de la tragedia.
Mientras tanto, el Gobierno está tomando medidas para abordar la crisis. El presidente Macron abandonó una cumbre de la Unión Europea en Bruselas para asistir a una segunda reunión de crisis del gabinete en dos días. Además, se ha instado a las redes sociales a eliminar imágenes “sensibles” de los disturbios y a revelar la identidad de los usuarios que fomentan la violencia.
Los disturbios también han llevado a algunos líderes locales a pedir refuerzos y ayuda adicional. El alcalde de Marsella solicitó tropas adicionales para hacer frente al pillaje y la violencia en su ciudad, donde se registraron más de 80 detenciones durante la noche anterior. En Lyon, la tercera ciudad más grande de Francia, se desplegaron vehículos blindados y un helicóptero para mantener el orden.
En un comunicado inusual, los jugadores de la selección nacional de fútbol llamaron a la calma y pidieron que la violencia cese, para dar paso al luto, el diálogo y la reconstrucción.
La situación en Francia sigue siendo fluida y se espera que el Gobierno continúe trabajando para restaurar la paz y abordar las preocupaciones planteadas por las comunidades afectadas por los disturbios. (Agencia OPI Santa Cruz)
Con información de NA.
