Chaco se jugó a cara o cruz su destino como sociedad

(Por: Rubén Lasagno) – En las elecciones del Chaco, se pusieron en juego algunas cosas que no constituyen un peligro para la institucionalidad del país, sino más bien porque definieron la conciencia social de este colectivo llamado ciudadanos argentinos que eligen su futuro cada cuatro años en las urnas.

Jorge Capitanich fue gobernador de Chaco entre 2007 y 2011, entre 2011-2015, desde 2019 a 2023 y el domingo pretendió la reelección para extender su mandato hasta el 2027. Perdió, cayó derrotado por casi 7 puntos en manos del representante del Juntos por el Cambio Leandro Zdero.

Chaco tiene un 60% de pobreza en una población que no llega  al 1,5 millón de personas. El desempleo es brutal, la indigencia va en aumento, hay falta de trabajo, la mayor fuente es el empleo público, carece de agua potable, infraestructura y el actual gobernador ha sido quien más ha potenciado el populismo en su feudo.

Fue en esta provincia donde recientemente ocurrió el más abyecto femicidio, ejecutado por la familia de Emerenciano Sena, quien junto con su mujer, además de ser amigos y mano derecha del gobernador Capitanich, iban como candidatos en las boletas del partido oficialista.

Chaco fue noticia nacional e internacional por el aberrante asesinato de Cecilia, a la cual la familia Sena la secuestró, la asesinó, la descuartizó, quemó sus restos y le dio de comer a los chanchos.

Si Jorge Capitanich hubiera ganado las elecciones en esa provincia, no habría nada más que hacer y decir ni sobre el crimen de Cecilia, ni sobre la familia de Emerenciano y tampoco sobre el gobernador Capitanich, su corrupción, los aprietes y la persecusión de la cual se queja parte de la sociedad chaqueña, ordenada desde el gobierno provincial para acallar y disciplinar a sus habitantes. Pero la reacción seca, directa y contundente, especialmente de parte de la gente del interior, marca una luz de esperanza para ese Estado y para el país en general, que se debatirá en octubre, en una encrucijada similar.

El miedo estaba latente, la desesperanza era incontenible. Si Jorge Caspitanich lograba su reelección, habría desazón y tristeza, no por las expectativas políticas malogradas, sino por el destino que se le daba a esa sociedad chaqueña, la cual se autocondenaría a sufrir más escarnio, más miseria y mayor marginalidad.

La reacción casi unánime  y la decisión de despertar del letargo, trajo aire fresco y el Chaco puede soñar con un nuevo futuro. Sus habitantes se jugaron a “cara o ceca” el domingo con su voto. Tiraron una moneda al aire y si bien la diferencia entre el ganador electo y Capitanich, no supera el 6,5 o 7% (y tal vez menos al final del escrutiño), es el votante que terminó con el status quo, suprimió el miedo y lo quitó al kirchnerismo de aquella zona de confort, donde el gobernador funcional, ganaba con más del 60% de los votos en la provincia.

Insisto, hoy no ganó la política, ganó la sociedad que en una provincia subsumida por el poder feudal, decidió apostar por un nuevo destino. (Agencia OPI Santa Cruz)

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3 COMENTARIOS

  1. Bravisimooooo!!. Chau Corrupto. Hay que sacarlos, desterrarlos… porque son como las garrapatas, se pegan, no cesan… tienen una obsesión con reventar el estado. Se creen dueños. Así son los k y algunos peronistas. Son tan mediocres, incultos y de baja categoría, q no saben hacer otra cosa que liquidar el estado. Chau corruptos, váyanse a atender un kiosco. Pongan el o… vagos de m… de una vez. Así queda por sacar a Massa y a este intendente local mafia al extremo.

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