Este miércoles, una camioneta Toyota Hillux que se dirigía por la ruta nacional N° 3 a la altura del barrio Virgen del Valle de Río Gallegos chocó a un caballo que caminaba orillando la calzada.
El vehículo era conducido por un hombre de 45 años, quien resultó ileso tras el fuerte impacto con el caballo que murió al instante sobre la ruta.
El animal se desplazaba dentro de una tropilla que era guiada por un trabajador rural y circulaban en cercanías de la ruta.
Hasta el lugar del accidente se trasladaron policías que integran la División Operaciones Rurales y de la Comisaría Sexta, quienes recopilaron testimonios y realizaron las pericias.
Según los testimonios obtenidos por la policía, un trabajador rural guiaba al grupo de caballos cuando “uno de ellos se quedó rezagado, siendo embestido por una camioneta Toyota Hilux que circulaba por la Ruta Nacional 3”.
Entre las diligencias que realizó la policía incautaron la señal del animal y se efectuó una inspección ocular en el lugar.
Desde la policía recomendaron a los propietarios de animales y conductores que tomen las precauciones necesarias para evitar este tipo de accidentes en las rutas. (Agencia OPI Santa Cruz).
¿Qué hacen caballos en el éjido urbano?
¿No se encuentra vigente el Inciso b del Art. 33 de la Ordenanza N° 7352/14 que lo prohibe?
Parece que no, porque en el San Benito, el Bicentenario y los barrios adyacentes hay equinos por donde mires.
Qué vergüenza da la clase política.
Grasso firmó esa ordenanza.
Siempre hay caballos en la ruta, se avisa a Guer Aike y la respuesta es que ellos no tienen jurisdiccion sobre la ruta, y hay que hacer denuncia al juzgado, etc, etc, ara no conseguir nada, como siempre….vivimos en Argentina, desgraciadamente, donde nada funciona.Suerte que esta vez no se mato nadie.
Parece ser una regla general, que todo conductor de este tipo de camionetas, maneje en ruta (no autopista) con velocidades más allá de las permitidas, (!otra que 120 o130 km/h¡) que se nota cuando cualquiera de ellas y en todo tiempo, nos sobrepasa de manera notable, creo que todos hemos tenido y tenemos esa experiencia en una ruta de sólo ida y vuelta.
Si un conductor percibe sobre la banquina o cerca de ella el movimiento de animales, es de suponer que por precaución disminuye la velocidad hasta despejar el lugar y no favorecer un accidente. Al parecer el conductor y sus reflejos faltaron oportunamente.