Manuel Adorni, vocero presidencial, descartó la posibilidad de establecer un canal de diálogo con la Confederación General del Trabajo (CGT) luego del paro convocado en rechazo al mega DNU 70/23 y a la Ley Ómnibus impulsadas por el presidente Javier Milei. Adorni destacó la dificultad de entablar conversaciones con un grupo que intenta “complicar la vida al resto de los argentinos” y lo calificó como minoritario.
En una conferencia de prensa, Adorni expresó su opinión sobre la CGT, señalando que es difícil dialogar con aquellos que buscan frenar el país y que muestran un costado antidemocrático y antirrepublicano. Aunque aclaró que hay ministros encargados de dialogar informalmente con sindicalistas, afirmó que el presidente considera que quienes están en la calle son cómplices del “peor Gobierno de la historia.”
A pesar de las críticas, Adorni reconoció que “no es toda la gente ni todo el sindicalismo” el que participa en la movilización, pero subrayó que el paro se ha convertido en algo más político que una cuestión sindical. Afirmó que el Gobierno respeta el derecho a parar, pero lamentó que muchos ciudadanos no podrán tener un día normal.
En cuanto al descuento del día a empleados estatales que adhieran al paro, Adorni argumentó que no pueden obligar a que esa decisión la paguen los contribuyentes y reafirmó la postura del Gobierno en este sentido. (Agencia OPI Santa Cruz) Con información de NA
Me da la impresión que el vocero Adorni cada vez que abre la boca, hunde más al irracional que representa, cuando dice:
NO HAY POSIBILIDAD DE ESTABLECER DIALOGO, lo que muestra que se carece hasta ahora, de la visión política necesaria para generar nuevos canales que acerquen las partes en conflicto para lograr cierto equilibrio.
CALIFICA que la nutrida concurrencia de personas, que ayer se hicieron presentes en plazas y calles de muchas ciudades de nuestro país en rechazo a las medidas con la que el irracional quiere perjudicar todos, esconden UN COSTADO ANTIDEMOCRATICO Y ANTIRREPLUBICANO, y son COMPLICES de gobiernos anteriores, lo que muestra una falta de diplomacia para atenuar ante la ciudadanía el efecto político que ocasiona el paro, y en consecuencia, aceptar con humildad, el desagrado del pueblo rechazando el DNU y la ley que quiere imponer.
Pretende minimizar el paro, expresando que “no es toda la gente ni todo el sindicalismo”. De todos modos y si piensa de esa forma, igualmente debería aceptarlo como una “muestra” de ciudadanos en protesta a los que se debe escuchar para evitar males mayores. Sólo la política puede dar respuesta a tanta incertidumbre para evitar nuevas protestas.