(Por: Rubén Lasagno) – Hoy 1° de mayo se recuerda la conquista de los trabajadores que en 1886 en Chicago lograron instalar (con su propia sangre) la jornada de 8 horas laborales, instaurada universalmente en el mundo occidental, constituyendo, desde entonces, un hito en la conquista del derecho humano, ordenando la esclavizante tarea que tenían los hombres en ese siglo y eran explotados por gobiernos, empresas y corporaciones.
Lo que nos deberíamos preguntar en un día de reflexión como hoy, es, cuánto hemos avanzado efectivamente en la conquista real de derechos y si el trabajador ha logrado cambiar sustancialmente el paradigma de la explotación humana o solo consiguió maquillarlo en orden de la modernidad y los adelantos tecnológicos, mutando hacia una concepción más “refinada” de aquel modelo de explotación del siglo XIX?.
Han pasado docientos años y sigue habiendo una diferencia abismal, tanto en la brecha social, como en la económica y laboral del mundo, con mayor evidencia en algunos países que no se han desarrollado, como el nuestro, por ejemplo. Este “ordenamiento social” claramente estratificante, nos pone un sello invisible el cual categoriza a los seres humanos que vivimos en comunidad; y todo termina constituyendo una suerte de metamorfosis edulcorada de aquella explotación del siglo XVIII y XIX, la cual se ha modificado pero no ha desaparecido en el siglo XXI.
El trabajador hoy está en el punto inicial de la cadena alimentaria de cualquier economía capitalista, liberales, socialista o comunista, no importa la morfología ideológica de los grupos humanos que siempre utilizan el trabajo como factor de desarrollo de las naciones; el punto es cómo lo usan y a costa de qué lo consiguen.
Y desde los trabajadores que ostentan un lugar en las multinacionales donde el dinero no es un problema, hasta aquellos que deben tener dos o tres ocupaciones porque un solo trabajo no les alcanza para sostener las necesidades básicas de su familia, hay una paleta variopinta de trabajadores que sostienen con sus manos o su intelecto, la rueda de la fortuna del mundo y el bienestar de muchos, aunque no de todos.
La desigualdad social y laboral no es un factor del azar, es una construcción maquiavélica de dominación social y dentro de ella está el trabajo, tan necesario para la paz psíquica del hombre y la mujer, como edificante para las naciones en el objetivo de conseguir las metas de un país. El problema es cómo se instrumenta, cómo se renumera y cómo se distribuye.
China es un gran ejemplo del desarrollo nacional en base al trabajo. El tigre asiático es el gigante que se hizo fuerte mediante la guerra económica planteada al mundo. invadió comercialmente (y lo sigue haciendo cada vez con mayor influencia) ese mundo y el dumping fue uno de los artífices de su éxito. Ese dumping, que implica exportar productos a un precio menor al internacional de mercado, tiene un solo secreto: la mano de obra barata que usan para reducir los costos, por medio de la esclavización de los trabajadores que se ubican en el inicio de esa cadena alimentaria. Allí el 1° de mayo no existe, es una metáfora de mal gusto y los derechos laborales duerme el sueño de los justos.
Por todo ello, hoy, más que hacer un asado y juntarnos a festejar lo que no estamos seguro que haya que festejar, debemos usar el día para reflexionar críticamente dónde estamos parados y qué hemos conseguido. Y podemos empezar por mirar a nuestro entorno inmediato.
Pobreza, necesidades, sueldos por debajo de la línea de pobreza, luchas por lograr un magro porcentaje que retacean los gobiernos al empleado públicos, el trarbajo en negro, empleados sin obra social, precarizados, con necesidades básicas insatisfechas, en conflicto permanente para que intendentes y gobernadores y/o el presidente asignen recursos que ayude a elevar mínimamente no ya su estandard de vida, sino que le alcance para comer, salarios de vergüenza a los que devora el mayor impuesto a la injusticia, como es la inflación, entre un sinnúmero de factores que hunden las esperanzas de gran parte de los trabajadores públicos y privados, no constituyen una conquista social, precisamente.
Menos aún, cuando en nuestra realidad provincial, por ejemplo, vemos a políticos y funcionarios mega-ricos, sindicalistas con un gran pasar económico personal y familiar y trabajadores, en su mayoría, con sueldos miserables y jubilaciones paupérrimas.
No hay día del trabajador si todos los días no son días del trabajador. Como símbolo está bien, pero como práctica diaria no existe. Y más le bajan el precio a esta fecha simbólica, cuando los políticos y empresarios aggiornados al enriquecimiento ilegal de la provincia y el país, emiten sentidos mensajes de preocupación y solidaridad con el trabajador, cuando son ellos mismos los culpables de su empobrecimiento y el sometimiento, en esta fábula del gato y el ratón, donde el que trabaja debe correr por su vida, porque, como dijimos al principio, está en el inicio de la cadena alimentaria de la vida social y aún en el Siglo XXI, debe luchar denodadamente si quiere sobrevivir de los mismos que romantizan esta fecha con discursos formales, pero en la práctica, les niegan el bienestar que les corresponde por derecho.
¡Felíz día del trabajador!(Agencia OPI Santa Cruz)
Capaz que lo que falta al pueblo santacruceño que vive en su mayoría del empleo público en calidad de esclavo, es educación. Si, para poder interpretar la realidad más allá de su bolsilo flaco, de la dádiva que recibe mensualmente del estado provincial, y pueda tomar conciencia de que no todos los gobernantes son ladrones, pero si los que hubo en Santa Cruz desde que regresó la democracia, algunos más y otros menos, pero todos cercenando calidad de vida al empleado público provincial malversando guita en ÑOQUIS, hoy, aparentemente, socialmente admitidos en esta pobre provincia.
Grandes anuncios Gober. Gracias. Gracias
Hoy me lavo la cola y soy suyo
Gracias. Tantas obras.
Tengo vértigo en el asterisco.
Genio. Genio. Gracias
Por favor llámeme y hágame una joroba de caca. Lo amo
Que lindo escucharlo. Y esos anteojos facheros!!!!!!
Lastima esos pitos cortos de la UOCRA no dejaban escuchar nada.
Ya le dije a Damian que esta semana de castigo no haremos el 73. El debía cuidarlos.
Besitos orly. Saludos a Pedro y Jaimu
Coincido. da verguenza leer los medios de acá todos pegaron la nota del gobernador 8para eso le paga) sobre las grandes obras que hará. Ahi está el dia del trabajador, porque los cagan de 8 maneras distintas y siguen creyendo en papa Noel
Sos feo y tenes envidia al gober. Te saco la lengua.
Nada para festejar, todos los días incluso este, son del empresariado, no es de ahora, pero reforzado con Milei. Estamos en un estado de descomposición nacional, lo único que puede salvarla es la organización del pueblo, no esperen nada de un aparecido.