¿Estamos ante un descerebrado, un farsante, un esquizoide o un soberbio irremediable? ¿O tal vez todos ellos en una sola persona?

- Publicidad -

(Por: Rubén Lasagno) – La expresión personal que socava la institucionalidad presidencial día a día y sale de boca del presidente argentino Javier Milei ya resulta asqueable, deplorable, inaguantable, intolerable e inaceptable. El personaje se ha comido al aprendiz de político y se ha transformado en una figura casi repulsiva, cuando pone en práctica ese odio visceral que escupe como dardos envenenados contra todos aquellos que no le obedecen, lo contradicen, lo critican y/o lo cuestionan.

Sin duda (y muy temprano) Milei se ha transformado en un rehén del Síndrome de Hubris, un trastorno que, por definición, se caracteriza por generar un ego desmedido, un enfoque personal exagerado, la aparición de excentricidades y desprecio hacia las opiniones de los demás. Lo sufren casi todos los que ascienden al poder; fue una de las mayores característica de la condenada CFK durante sus mandatos, también de Macri, pero el actual presidente subió algunos escalones más, en la magnificación de esta deplorable actitud humana que les hace creer a los presidentes, que pueden ser desmedidos, arrogantes, soberbios y narcisistas, decir y hacer cualquier cosa y que los demás deben aceptarlo calladamente, porque llegaron para refundar el país, aunque en general lo terminan refundiendo.

Hoy quiero remarcar cómo un presidente argentino puede llegar al paroxismo de celebrar el ajuste que realiza en un país derruido, destruído, empobrecido por años de kirchnerismo y al cual parece aplicarle el tiro de gracia, pisando a fondo su proyecto anarco capitalista, sin siquiera mirar por el espejo retrovisor para ver el desastre que deja su receta libertaria, cuyas consecuencias justifica de manera cruel y deshumanizada, parapetándose tras la pantalla infame de la frase “Yo te dije lo que iba a hacer”.

- Publicidad -

El dictador de Costa Pobre

En la última cena que tuvo Milei, organizada en Puerto Madero por Caputo para recaudar fondos, vaya a saber para qué bolsillo, el presidente Javier Milei hizo alusión a las críticas de quienes apuntan a la negativa presidencial de aumentar las jubilaciones hecho que, basado en datos de la realidad, la mayoría de los jubilados no llega a fin de mes, no les alcanza para comprar alimentos y menos los medicamentos, mientras los precios de la canasta no dejan de subir y afecta, obviamente, a los más pobres.

Fue ahí cuando Milei desde el atril y con palabras que parecen salidas de un presidente como Nicolás Maduro, el mal recordado Hugo Chávez o el parodiado dictador de Costa Pobre que encarnaba Olmedo, dijo “Parece que los que hoy tanto reclaman por las jubilaciones son los mismos que en su momento vetaron. Decían que se estaba declarando la quiebra del Estado“, en tren de justificar su veto y apuntando al kirchnerismo por su deplorable acción de gobierno.

Y acotó “Los kukas parece que nos dejaron en Suiza y nosotros cometimos una masacre, cuando en realidad los que destruyeron y se consumieron el capital empobreciendo a la gente fueron ellos “, remarcó para invertir la carga de la culpa (idem a como actúa el kirchnerismo) y acotó “Dicen que la gente no llega a fin de mes. La frase sirve para ponerse sensiblero, pero si fuese cierto, ustedes, al caminar por las calles , tendrían que estar llenas de cadáveres y no podrían caminar por ahí”.

Yo quiero tomarme alguna licencia lingüística para definir objetiva y perfectamente al presidente que dijo esto: hay que ser muy hijo de puta!

Decir semejante estupidez en un país cruzado por más del 50% de pobreza, una desocupación galopante, sin educación, sin trabajo y sin seguridad, un INDEC sospechado de fraude, con mayoría de trabajo informal, gente durmiendo en las calles (lo cual es cierto que siempre la hubo, pero real es decir también, que no ha disminuído, por el contrario, aumentó la indigencia) es una burla impropio de una persona que fue puesto allí por el voto popular para que gobierne para todos y no para un grupo de amigos, a costa del dolor de gran parte del pueblo.

Teman a Dios y un poquito a mi también

Los rasgos de un autócrata de cabotaje recuerdan a la condenada infame de Cristina Fernández y se deslizan en esta actitud despreciable que mostró (aunque lo hace diariamente) el presidente Milei, quien en la misma alocución hizo referencias bíblicas, aclarando (menos mal) que “ no se cree Moisés”, lo cual nos hace dudar más aún, si en realidad no es eso lo que intenta transmitir, el creador de La LIbertad Avanza (la cual ya podríamos renombrarla La Libertad Atrasa), señaló “Dicen que la gente no llega a fin de mes…”, obviamente el tiempo verbal que usó lo pone a él y su gobierno fuera de ese contexto; para Milei la gente llega a fin de mes…

La frase sirve para ponerse sensiblero”, es decir, Milei reduce todas las expresiones de quienes critican la situación social como una “sensiblería”, es decir una exageración o sensibilidad fingida, lo cual remite a la negación del tema que se está planteando socialmente; eso no ocurre, es invención de los demás, él (Milei) tiene razón.

“…pero si fuese cierto, ustedes, al caminar por las calles…”, otra vez el uso del tiempo verbal describe cómo se siente Miley como presidente: por sobre todos los demás. Al decir “ustedes, al caminar por las calles”, reduce todo a un punto sin retorno: él no camina la calle, porque está por encima de la plebe. Es el amo que habita el castillo, a cuyo alrededor los lacayos producen lo que come el rey y ellos solo se alimentan de las sobras; es la traducción de cómo se siente Milei en Olivos.

Y luego reafirma la idea al señalar “… (al caminar por las calles) tendrían que estar llenas de cadáveres y no podrían caminar por ahí”. Una construcción discursiva propia de un déspota, un literal abusador del poder que le fue conferido y que todo indica va a perder en el 2027 si no corrige la situación social y no contiene la situación económica del país.

Hoy, el actual presidente no cuenta con (al menos) la mitad de las personas que lo votaron en el 2023 y si no fuera porque Mauricio Macri lo apoya, un tipo que rifó al PRO para chuparle las medias a Milei con el fin de asegurarle algunos carguitos a su partido, en nombre de “la gobernabilidad”, el inventor de “las fuerzas del cielo” tampoco podría aprobar una ley ni organizar sus chanchullos políticos, al punto que Macri luce como una víctima del síndrome de Estocolmo, que no puede o no quiere resolver.

Miley, puede decir lo que dice, insultar a todo el mundo y multiplicar su odio a través de los periodistas ensobrados de radio y televisión, más las basuras que lo secundan en las redes sociales como el gordo Dan y sus socios pagos, porque aún goza del veranito económico gracias a los fluidos fondos del FMI, pero su castillo de naipes tiene serios riesgos de caer en el 2027 por el voto popular, si en los dos años que restan no mira la calle y se da cuenta que los cadáveres de argentinos que votan están allí, invisibles a sus ojos pero en la conciencia pública que no lo olvida, como no se olvidó los que dejó el golpeador, corrupto y mentiroso, Alberto Fernández. (Agencia OPI Santa Cruz)

- Publicidad -

4 COMENTARIOS

  1. Todas ellas y falto agregar degenerado, hdp, malvado qué goza y disfruta con el sufrimiento de la gente, un judío de mierda como todo judío, ya empezara a repartir el préstamo del fmi entre los traidores de los gobernadores para conseguir las manos para que apoyen los vetos

    • OPI: DEBERIAN BLOQUEAR ESTOS COMENTARIOS XENÓFOBOS., Y AL MISMO TIEMPO REPUDIARLOS.
      CASO CONTRARIO : ESTAN AVALANDO
      CREO QUE VUESTRA LINEA EDITORIAL, NO VA EN ESE SENTIDO

  2. Creo que su actitud está totalmente guiada a los deseos de las mayorías
    Veremos en las elecciones que opina la gente y que Dios nos proteja

  3. Es el mago de un circo al que el púbico le ha conocido los trucos y argumentos que usa, miente al decir que ha controlado la inflación – que es la misma que teníamos antes de Fernandez y la corrupta, se apropia del dinero de jubilados a quienes no actualiza por los haberes que aportaron, desdeña a las instituciones y profesionales de la salud, enmudece a los educadores, maltrata a instituciones del conocimiento como las universidades, no corrige el sistema de categorías de monotributistas que finalmente engrosarán la columna de los que cobran “la mínima”, para dibujar una apariencia de que le dan los números, pero toma plata del FMI que todos tendremos que pagar – como los anteriores, no genera trabajo, y está aterrado al ver que la audiencia le está huyendo.
    Nos estamos quedando sin plata, y para todos … solo hay oferta de más sopa, mientras el psicópata alardea de obtener premios que hasta ahora eran desconocidos para todos los argentinos, y no sirven para nada más que para su ego.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Más Noticias

Notas Relacionadas

- Publicidad -