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Las tarjetas alimentarias se entregarán sin intermediarios

Las tarjetas alimentarias se entregarán sin intermediarios

El programa llegaría a unos 8 millones de personas e implicará una inversión de 40.000 millones de pesos

Por: María Paula Etcheberry

Bancarizadas y sin intermediarios. Dirigidas directamente a las familias con niños menores de 6 años. Así serán las tarjetas alimentarias, uno de los programas anunciados por el futuro ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo, que forman parte del plan Argentina contra el Hambre, lanzado por el presidente electo, Alberto Fernández.

“Estamos haciendo tarjetas para madres que tienen chicos de menos de 6 años. Son tarjetas de bancos públicos que no permiten extraer dinero de un cajero automático. Funcionan solo para comprar alimentos y no permiten comprar alcohol. A simple vista, son similares a cualquier tarjeta de débito”, explicó Arroyo a LA NACION.

De esta manera, el monto cargado en las tarjetas se dirigirá directamente a las familias, sin ningún tipo de intermediarios. Los gobiernos provinciales, municipales y las distintas organizaciones presentes en los barrios de bajos recursos no formarán parte de la distribución del dinero de las tarjetas.

El propósito principal del programa es combatir la desnutrición infantil. “Nos preocupa principalmente la baja en el consumo de leche en la primera infancia. La nutrición es determinante para el desarrollo de los chicos. Queremos poner mucho el acento en el consumo de lácteos, frutas, verduras y carnes”, agregó Arroyo.

Estos grupos alimentarios formarán parte de una lista de 13 rubros específicamente seleccionados, en los que habrá descuentos y devoluciones del IVA para los beneficiarios de la tarjeta. “La idea es resolver el acceso a los alimentos, pero también atender a qué es lo que se come. Nos interesa ocuparnos de la desnutrición y la malnutrición en simultáneo”, apuntó Arroyo. Con ese fin, un equipo de nutricionistas controlará el tipo de alimentos que consumen las familias, para poder asesorarlos en caso de que les falte consumir más nutrientes de algún grupo específico. “La tecnología permite hacer un seguimiento y ver lo que las familias consumen. Esos mismos nutricionistas les darán antes un curso”, completó el futuro ministro de Desarrollo Social.

Otro de los objetivos es que el programa se articule con otros, como el de comedores escolares. Una vez alcanzada la edad de 6 años, los niños pasarían a formar parte del circuito de los comedores de las escuelas.

Beneficiarios

¿Cuál será la cantidad de beneficiarios del programa? En primera instancia se habló de 2 millones. “Hay 8 millones de personas que reciben asistencia alimentaria en comedores, iglesias y otros establecimientos. El 20% de ellos son madres con chicos. Por eso estimamos que el número total de beneficiarios debería estar por ahí. Es un número aproximado”, afirmó Arroyo.

El dinero destinado al programa de las tarjetas alimentarias rondará los 40.000 millones de pesos, según el diputado y futuro funcionario. Se alcanzará ese valor reasignando partidas presupuestarias de otras áreas. El monto total se irá ajustando acorde con el ritmo de la suba de los precios de los alimentos. Hoy en día, con los aumentos que el Gobierno otorgó gracias a la ley de emergencia alimentaria, el gasto previsto para políticas alimentarias llega a los 27.000 millones.

Dentro de los programas alimentarios que hoy están vigentes ya existen tarjetas alimentarias a nivel nacional. También algunos municipios poseen tarjetas propias. “Tienen distintos montos. Se dan sueltas, de manera poco articulada. No hay una política nacional detrás, como en el caso de Argentina contra el Hambre”, explicó Arroyo al señalar las diferencias que tendrán las futuras tarjetas con respecto a las que en la actualidad otorga la Nación.

Sin embargo, aunque las tarjetas no estarán atravesadas por la acción de intermediarios, los movimientos sociales podrán tener un rol dentro del esquema asociado a su consumo.

“Las familias pueden elegir si realizan la compra de alimentos en un almacén, supermercado o incluso en una feria popular, donde los movimientos sociales producen alimentos. Por eso va a haber un fomento a la economía popular”, concluyó Arroyo. (La Nación)

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