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Balances en rojo: la caída del consumo afectó a las empresas

Lanzamientos y exportaciones, la fórmula de La Serenísima para hacer frente a la crisis

El 2019 fue un año para el olvido para las empresas argentinas. Por la caída del consumo, el aumento del tipo de cambio y el costo del financiamiento, los balances de muchas compañías cerraron con números en rojo, sobre todo las dedicadas al consumo.

Este es el caso de la compañía láctea Mastellone, firma que vende los productos La Serenísima, que cerró 2019 con pérdidas por $50 millones el año pasado.

La compañía atribuye este resultado a la recesión y las condiciones de la macroeconomía argentina. Según explicó en un comunicado, las pérdidas fueron consecuencia de la caída del consumo de lácteos en el último año y la devaluación del peso. Según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), Mastellone tiene una participación del 12% en la compra de leche a nivel nacional.

El escenario negativo se replicó en toda la industria láctea. Según estimaciones de OCLA, el año pasado cerraron casi 1000 tambos en el país, que representan un 8,7% del total de los establecimientos lecheros de la Argentina.

El escenario adverso para el consumo masivo, condicionado por la suba de costos, la inflación y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, también impactó negativamente en la operación de otras empresas alimenticias.

Arcor, por ejemplo, otra empresa vinculada al consumo masivo, registró en su balance un resultado negativo de $144 millones. El rojo, sin embargo, fue menor a la pérdida de $1555 millones del año anterior. “Los negocios de consumo masivo en la Argentina sufrieron durante el año una disminución de los volúmenes vendidos, en sintonía con la caída generalizada del mercado interno, producto de un escenario complejo de recesión económica, elevados niveles de inflación y el impacto de la devaluación de la moneda”, indicó la empresa en un comunicado.

“En este contexto, el consumo en general se vio afectado por la caída del poder adquisitivo de los consumidores. No obstante, la sólida red de distribución del grupo, la integración vertical de sus operaciones, la innovación en acciones comerciales, la diversidad de portfolio y de marcas y una adecuada administración de sus recursos permitieron a la compañía compensar la pérdida de volumen, alcanzando una ganancia operativa de $6549 millones, en comparación con una ganancia operativa de $7044 millones del año anterior”, agregó.

Molinos, la compañía del grupo Perez Companc, fue otra de las empresas que registró su tercer año consecutivo en rojo en 2019, con pérdidas que llegaron a los $1006 millones. A la hora de analizar los motivos de su operación negativa, en Molinos lo atribuyen a la caída del consumo y a la imposibilidad de trasladar a los precios de sus productos el incremento en los costos .

“La exponencial suba de costos, asociada a la muy fuerte devaluación de la moneda y la inflación, que no se ha podido trasladar a los precios de la cartera de productos, ha sido determinante en los resultados negativos”, explicó la compañía en un comunicado. (La Nación)

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