Según publica Clarín Desde que se instauraron las medidas de aislamiento, Nación derramó 723 mil millones de pesos en la economía y en las provincias. Es un monto equivalente al 40,8% de la coparticipación.
Por: Pablo de León
La crisis que causó la pandemia en la economía argentina llevó al gobierno de Alberto Ángel Fernández a realizar una emisión récord y a apelar a instrumentos para evitar alteraciones sociales, dar salvataje a pequeñas empresas y auxiliar en el pago de salarios a grandes empresas. Para eso, creó instrumentos como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), de la que aún se espera una nueva partida para fin de año, y el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP); el primero, un bono de $10.000 para personas en situación de emergencia y desamparo laboral y el segundo, que el Estado se haga cargo de una parte del salario de empleados en relación de dependencia.
El Gobierno asegura que, con estas medidas. volcó sobre las economías provinciales y sobre las personas un 40,8% de la coparticipación.
A partir del inicio de las medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio (20 de marzo) y hasta el 2 de noviembre de este mismo año, las transferencias realizadas por el Gobierno Nacional para morigerar el impacto de la Covid-19 (en la economía argentina y en las finanzas provinciales, las empresas y las familias) ascendieron a 723.461 millones de pesos.
Esa cifra da que, en esos 227 días, se dedicó un promedio de 132.794.000 pesos por hora a la asistencia.
Este monto, equivalente al 40,8% de la coparticipación, se divide en dos grandes grupos: las transferencias directas (Asistencias del Tesoro Nacional -los históricos ATN- y el Fondo Fiduciario de Desarrollo Provincia-FFDP) por $108.073 millones y las indirectas, es decir aquellos fondos que fueron girados a las empresas y las familias, por $666.738 millones.
Los préstamos otorgados por el FFDP fueron diseñados para cubrir las necesidades financieras específicas de cada provincia, en el marco de la pandemia y las medidas sanitarias para su control. Eso generó alineamientos provinciales que solo la política no permitiría, a priori, como por ejemplo la aceitada relación entre gobernadores como el jujeño Gerardo Morales (UCR) con la administración Fernández.
Entre los fondos que el Gobierno Nacional distribuyó en las empresas y las familias en todo el territorio nacional, están incluidos los créditos productivos a tasa 24%, los préstamos a Tasa 0% para trabajadoras y trabajadores independientes (monotributistas y autónomos) y los préstamos a empresas otorgados en el marco el Programa ATP. Todos estos créditos cuentan con garantía estatal (FOGAR) y, en algunos casos, subsidio de tasa (FONDEP), lo que permitió un aumento sustancial del crédito productivo que ha sido utilizado por las empresas tanto para transitar la crisis como para reforzar el capital de trabajo y reiniciar actividades cuando esto fue posible.
Con respecto al salario complementario que permitió seguir sosteniendo los salarios del sector privado, el Gobierno destinó $204.089 millones mientras que en el caso del IFE -diseñado para atender los ingresos de los trabajadores del mercado informal- se destinaron $258.013. Del IFE se duda sobre habrá una emisión más, el que serviría para calmar la habitual tensión social de todos los diciembres. El ATP se puso en marcha en su primera versión el 1 de abril.
Durante el mismo periodo, también se destinaron fondos para reforzar la política alimentaria ($4.384 millones), otorgar recargas adicionales en las tarjetas alimentarias para colaborar con la situación de las familias con menores de 6 años ($7.718 millones) y los bonos a los jubilados, los pensionados, las personas con discapacidad y los perceptores de AUH por $43.560 millones.
Así, el Gobierno muestra la intervención del Estado nacional en la crisis pero también, la política de “cercanía” con gobernadores de los diferentes signos políticos, hasta de peronistas no tan alineados con el proyecto del Frente de Todos, como el cordobés Juan Schiaretti.
El Gabinete económico ha diseñado estos instrumentos -con Cecilia Todesca como cerebro de la mayor parte de dichas herramientas-, hilvanados políticamente por el jefe de Gabinete Santiago Cafiero. Toda esta masa de dinero volcada a la asistencia es preocupación central del ministro Martín Guzmán, ocupado en bajar el déficit fiscal, más en momentos como el actual, donde afrontará una negociación con el Fondo Monetario Internacional por la reestructuración de la deuda con dicho organismo.
El kirchnerismo coló allí, con la actuación de Eduardo “Wado” De Pedro, el ministro del Interior que mantiene diálogo con todos, hasta con opositores como Horacio Rodríguez Larreta. Wado ha revivido esa vía de comunicación, después del desaire al jefe de Gobierno porteño que significó el recorte intempestivo de la coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires por parte del gobierno del Frente de Todos. (Clarín)