Alberto Fernández íntimo: la responsabilidad de Horacio Verbitsky en el vacunatorio VIP y el fiscal Taiano en la mira

Alberto Fernández en México - Foto: Telam

Según publica Clarín El Presidente reconocer que “hubo excesos” pero pone su mira en el accionar de la Justicia. Satisfecho con su paso por México.

Por: Natasha Niebieskikwiat

El Presidente se siente satisfecho con la visita que hizo a Andrés Manuel López Obrador y que termina este miércoles en Iguala, estado de Guerrero, a unos 190 km por tierra de la ciudad autónoma de México. Fue invitado de honor de su colega y van a hablar juntos en el acto por los 200 años de la independencia mexicana de España.

En un momento de distensión con sus colaboradores este martes a la noche, Alberto Fernández aceptaría volver hablar del escándalo por la vacunación privilegiada de funcionarios, ex funcionarios familiares, y jóvenes que son motivo de escándalo en la Argentina y que empañó seriamente su viaje a México.

Pero sigue muy enojado por las repercusiones del mismo, sobre todo porque éstas siguen, crecen y se acumulan denuncias de la Justicia y la oposición.

El mandatario no da marcha atrás de sus fuertes definiciones del martes de que definió las investigaciones montadas por la justicia sobre el vacunatorio VIP como una “payasada”.

“Esta es una guerra de cínicos”, dirá a Clarín porque asegura que muchos poderosos “han pedido” la vacuna -no da los nombres- y sólo quedaron expuestos funcionarios que “no lo merecían” porque estaban en condiciones de vacunarse por la edad o por ser grupos de riesgo. Da nombres: su canciller Felipe Sola, su ministro economía Martin Guzmán, ambos con distintas razones para aplicarse la vacuna en el Hospital Posadas.

Está enojadísimo con el fiscal Eduardo Taiano quien inició una vez investigación para verificar qué irregularidades se cometieron en la vacunación. Se lo oyó decir que pidan las declaraciones de bienes de los hombres de la Justicia y que vuelvan a trabajar investigaciones que no hicieron sobre la gestión anterior, algo que dijo ya en la conferencia del martes a la mañana.

Alberto Fernández no niega que hubo excesos pero asegura que no los conocía y que no los permitiría. “No estoy de acuerdo con los secretos, no estoy de acuerdo con los privilegios” dirá.

Sigue dolido por el despido de Ginés Gonzalez García y considera que ello es prueba de que castiga lo que no está bien. “Pero no se merecía semejante escarnio público, me duele”, dirá.

“Todo esto se encaraginó por la denuncia de (Horacio) Verbitsky” dirá sobre las declaraciones que hizo el Influyente periodista kirchnerista.

Verbitsky fue quien, intentando anticiparse a una investigación de Clarín sobre vacunaciones irregulares, la semana pasada contó que se había vacunado en el Ministerio de Salud en una oficina especialmente montada para ello y por donde desfilaron otros hombres del poder como los legisladores Jorge Taiana y Eduardo Valdes; a quienes Alberto Fernández bajó de la delegación que lo acompaña en México.

Aquí el presidente quiso dar una Vuelta de página al escándalo con acciones en Buenos Aires, pero no pudo.

Las esquirlas de la Argentina siguieron llegando pese a la publicación de la lista de los 70 vacunados que dio el gobierno, y pese a que anunció un plan de transparencia y que las vacunas chinas de Sinopharm que llegan este jueves irán primero a los docentes.

El lunes, en sus conferencias de prensa denominadas “mañaneras”, López Obrador dijo que en su país no hay vacunación con privilegios y secretos como en otros países, una recepción un tanto fuerte para un invitado en problemas.

Aún así, Alberto considera que ha tenido un gran viaje a México y qué se siente reconocido por el mexicano como un líder en Sudamérica, un hombre “con el que se puede hablar siempre”, qué está dispuesto a relacionarse con todas las voces políticas de cualquier ideología.

El vacío que se produce en el liderazgo de Brasil que hoy no ocupa Jair Bolsonaro es un ejemplo, señalan en el Gobierno. Por cierto, Alberto no le va a contestar, dicen, ni las últimas ni las próximas embestidas en redes como hizo esta semana . Dicen que son celos de la relación de Fernández con su amigo Lula da Silva.

Qué están aliados en el reclamo a la ONU y a la OMC de acceso universal de las vacunas para que haya más equilibrio entre los países pobres y ricos, actualmente muy desproporcionada la brecha. Y habló de llevar este reclamo el G20.

En la conversación que mantuvieron a solas él y el mexicano este martes, Argentina y México sellaron su alianza y acordaron revitalizar varios acuerdos bilaterales económicos que están negociando.

Alberto Fernández volvió hablar con López Obrador de las negociaciones argentinas ante el Fondo Monetario Internacional, y dice que el mexicano accedió nuevamente ayudarlo en lo que sea posible como lo hizo durante la negociación con los bonitas privados que terminó en un acuerdo. Hablaron del triunfo de Joe Biden y de las perspectivas “que abre para la región”. Más allá de qué López Obrador fue socio y aliado de Donald Trump, la posición estratégica de México le pone mejor lugar para llegar a la Casa Blanca que Argentina.

“Creemos que con Biden vamos a recuperar un agenda que no teníamos con Trump y que Trump busco romper “, dijo el presidente argentino.

Ahora la idea de Fernández que está planteando y dice que en ella coincide López Obrador, es que Argentina reciba algún beneficio o concesión a la hora de negociar una deuda qué fue desproporcional y que Argentina no estaba en condiciones de pagar. Como lo dijo el mexicano en la conferencia de prensa poniéndose del lado argentino, el organismo le prestó dinero a Macri para que ganara la reelección (el mexicano se refirió al “gobierno conservador”). Fernández se enoja una vez más cuando se le pregunta si Cristina Kirchner le pide que no ajuste para lograr un nuevo acuerdo económico con el Fondo.

Este martes dijo “basta de demonizar a Cristina”. Y aseguro que él es el autor de sus propias políticas, y que en Argentina no hay ni habrá ajuste. Además, aseveró que habló con la vicepresidenta del escándalo de las vacunas pero que “ella no se metió”.

Con respecto a las negociaciones del Fondo que no puede asegurar cierren en mayo, pero que en eso está en “completo dominio” Martin Guzman, señala que lo que él está pidiendo es algún tipo de comprensión que se traduzca en el acuerdo de qué Argentina no goza de los privilegios de los países centrales por no ser central, pero tampoco de los que gozan también los países más pobres por su condición de pobre.

Argentina es un país de renta media y se ve sometida a exigencias desmedidas en las que el Fondo, por ejemplo, ha sido cómplice al concederle una deuda que no se podía pagar a Mauricio Macri. Dirá que con México en particular, Argentina quiere revertir el déficit de casi 850 millones de dólares que tiene en la balanza comercial y quiere establecer un nuevo tipo de auto acuerdo automotriz que evite la liberalización del mismo tal como está pautada por fecha. Hoy hay un sistema de cupos que Argentina quiere mantener por su propia política proteccionista en un mercado que es mucho más débil en materia de infraestructura industrial.

Durante toda la gira a México se evidenció el lugar central que para su gestión ocupan Guzmán y la vice jefa de gabinete, Cecilia Todesca, una personalidad curiosa en el gobierno. Exiliada con su familia durante la dictadura en este país, Amable, elegante, esta economista es un cuadro del gobierno en el que no se le escapa una palabra si no ha ido consensuada en las altas esferas.

Con respecto a algunas cuestiones de carácter regional, aunque Alberto Fernández y López Obrador son profundamente críticos de la organización de estados americanos que hoy maneja el uruguayo Luis Almagro y así se lo van a hacer, sentir supo este diario, hay temas en los que no marchan juntos porque México tiene su línea propia.

Un caso es Venezuela. Alberto dice que no lo hablaron. La estrategia argentina te considerar que no se puede pedir la salida de Nicolás Maduro y del chavismo de la noche a la mañana “como no se puede gobernar sin peronismo”.

Los mexicanos son neutrales, Actuaron con Argentina en la crisis de Bolivia por ejemplo, pero esa neutralidad es propia -es impredecible también- y nada tiene que ver con las alianzas que el kirchnerismo mantuvo con el chavismo durante muchos años. (Clarín)

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