Desesperación del gobierno por aprobar la moratoria previsional de cara a las elecciones y a pesar de destruir (aún más) el ANSES

(Por: Rubén Lasagno) – La iniciativa del gobierno de aprobar la moratoria previsional y el palo en la rueda que pone la oposición para no darle tratamiento en la Cámara Baja, tienen el tufillo pre-eleccionario que tan bien conocemos los argentinos, cuando comienzan a jugar a la vieja “cinchada de la soga”, tirando cada uno para su lado hasta ver quien afloja y se lleva el premio.

No hay inocentes en estas jugadas. Nadie piensa en la gente ni en el país, todos piensan en sus íntimos intereses y en todo caso, en negociar votos en el Congreso, siempre a cambio de algo.

El Frente para la Victoria, respondiendo a su naturaleza populista y endogámica, solo ve y propone una medida que “vende” como la solución de (SIC) “800 mil argentinos y argentinas que ven imposibilitados, por la oposición, jubilarse en el país”, pero no dicen o lo hacen con argumento invertido, que en realidad esa iniciativa es autodestructiva para el Anses, ya que incorpora gente que no hizo aportes, le faltan varios años para jubilarse y amplía la base de pago de las jubilaciones.

Hay jubilados que cobran la mínima y hace 10 años están esperando que la justicia falle a su favor por los dislates del sistema que retrasa la devolución de sus dineros, mientras se apresuran a autorizarle a Cristina Fernández un retroactivo de 120 millones y le otorgan dos haberes ilegales (jubilación y pensión) por casi 5 millones de pesos mensuales a la vicecondenada.

Con los jubilados muy por debajo de la línea de pobreza, el gobierno impulsa una medida la cual va a ampliar la base de pago de la ANSES, pero a su vez, al no tener ingresos por aportes previos, los activos, sostenedores del sistema previsional, deberán aportar aún más para balancear y solventar esta erogación de aquellos que nunca fueron aportantes, pero sí van a cobrar una jubilación mensual. Es una forma de “socializar” la miseria.

Esto responde a la idea de un sistema que en el mundo no resiste análisis y menos aún en un país donde el sistema previsional está quebrado, saqueado y destruido por malas políticas y políticos que le roban los dineros al país de distinta maneras y con una economía en crisis y al borde del default.

Santa Cruz es un mal ejemplo de este tipo de malas políticas previsionales. A lo largo de la intervención del kirchnerismo en la Caja de Previsión Social de esta provincia, se ha visto de todo. Gente que ha sido jubilada sin aportes, que ingresan a puestos bien remunerados los últimos dos o tres años para irse con la mejor jubilación, pero con aportes realizados en categorías mucho menores, ex funcionarios que han vuelto para jubilarse en Santa Cruz y toda clase de anomalías generadas con el sistema previsional santacruceño.

Eso provoca que el gobierno tenga un universo mayor de jubilados con haberes miserables y una minoría que vive de los fondos provinciales, con jubilaciones de privilegio.

Ahora el FPV está desesperado por aprobar la ley de moratoria previsional, que como toda moratoria, es injusta con quienes han cumplido y cumplen con la ley. Las “moratorias” y los “blanqueos” en la Argentina no son la excepción, son la regla, independientemente del gobierno de ese momento.

La oposición no da quórum porque le pide como moneda de cambio, que el gobierno deje de atacar a los jueces y a la Corte. No los mueve la convicción de que es una decisión peligrosa para el futuro de los jubilados nacionales; lo que se evalúa en JxC es que su tratamiento/aprobación en Diputados, puede ser un canje por la desaceleración del ataque a la Corte Suprema.

El FPV necesita de esta moratoria previsional para apoyar la campaña política populista de cara a las elecciones de este año. Por eso y no por otra cosa, todos los medios oficialistas y los distintos gobernadores de las provincias K, salen a decir que 800 mil argentinos van a  quedar sin posibilidad de jubilarse, si la oposición no aprueba el tratamiento de esta ley.

Al gobierno ya nadie le cree y a la oposición se la juzga como un sector con intereses políticos bien delimitados a la hora de tomar decisiones que impacten el futuro de los argentinos. Y nadie confía ciegamente en ellos, tampoco.

Entre populistas, oportunistas y especuladores, se debate el destino de nuestro corroído sistema previsional, donde el ANSES es, desde hace muchos años, una caja política que desvela a propios y extraños, hasta un submundo de corrupción y enriquecimiento de mucha gente que ha tocado y toca, sus supermillonarios fondos siempre en nombre de los jubilados, pero donde ninguno de ellos son los destinatarios de sus beneficios. (Agencia OPI Santa Cruz)