Según publica Clarín Anoche cenó con varios de ellos en Olivos, hoy viajó a Catamarca y espera por más conversaciones antes de la cumbre del PJ.
Por: Federico Mayol
Con Eduardo “Wado” de Pedro confirmado como el principal representante de Cristina Kirchner, una asistencia que el ministro le confirmó a Alberto Fernández en un desayuno entre ambos el sábado pasado, el Presidente busca por estas horas disipar las dudas entre los gobernadores de cara a la convocatoria de este jueves en la sede del PJ de la calle Matheu.
Para eso, Fernández cenó este lunes hasta bien entrada la noche en Olivos con Sergio Uñac, Gustavo Bordet, Ricardo Quintela, Raúl Jalil, Gustavo Melella y Osvaldo Jaldo, según confirmaron a este diario fuentes del entorno presidencial.
Un rato antes, el Presidente había recibido al santafesino Omar Perotti, que prefirió entrevistarse a solas con el jefe de Estado, producto de los últimos movimientos de fin del año pasado que lo ubican mucho más cerca de las posturas del cordobés Juan Schiaretti que de esa liga de mandatarios provinciales.
“Alberto está hablando con todos ellos a ver qué esperan de la mesa”, confiaron desde Casa Rosada.
Lo cierto es que, hasta este lunes por la tarde, la mayoría de los gobernadores no tenía ninguna certeza del rol de la mesa política convocada por el Presidente para este jueves a las 19, y de su funcionamiento. De hecho, según revelaron al menos tres de ellos, no habían recibido hasta el momento la invitación formal.
“No sabemos nada”, aseguraron durante el encuentro que mantuvieron por la tarde en el anuncio del manejo del agua que encabezó el ministro del Interior en la cúpula del CCK junto a seis de los jefes provinciales y autoridades de la empresa estatal israelí del rubro.
En ese acto, desde el entorno de De Pedro sorprendieron con la información que publicó Clarín este lunes: que el ministro será el jueves el representante del cristinismo-kirchnerismo en la cumbre del PJ.
La asistencia fue adelantada por el funcionario en el desayuno del sábado, que en al albertismo interpretaron como un gesto de distención por parte de ese sector de la coalición después de los serios cortocircuitos entre el dirigente de La Cámpora y el Presidente y de los últimos desplantes K a Fernández en buena parte de los actos oficiales encabezados por él.
A esos desaires le siguieron, en paralelo, un inesperado operativo clamor en torno al jefe de Estado por parte de su círculo más cercano, que empezó a insistir con la reelección. Esa estrategia irrita seriamente a la ex Presidenta y a La Cámpora. En el medio, Cristina Kirchner anunció que se bajaba de cualquier pretensión electoral. La tensión sigue tan latente como siempre.
Este martes por la tarde restaba saber que decisión tomará Sergio Massa de cara al jueves -en Casa Rosada descuentan su asistencia- y el resto de los sectores que componen el Frente de Todos. Por ejemplo, el sindicalismo: en las últimas horas, Fernández recibió además en Casa Rosada a Pablo Moyano, que hace rato insiste con la necesidad de terminar con las peleas palaciegas.
Entre los gobernadores consultados por este diario no había demasiado entusiasmo respecto de la cumbre del PJ. En su mayoría están más bien enfocados en sus distritos, en algunos casos algo más urgidos, como Uñac, que tiene encima la campaña electoral, en mayo próximo.
El domingo, el Presidente habló un largo rato por teléfono con Jorge Capitanich, de Chaco. Este martes tenía previsto aterrizar cerca del mediodía en Catamarca, los pagos de Jalil, y reunirse además con Gildo Insfrán. Lo propio haría este miércoles con Gerardo Zamora, de Santiago del Estero.
En estos meses, el vínculo de la Casa Rosada con los gobernadores sufrió varios vaivenes. Y algunos desplantes. El mandatario se propuso recomponer hacia fin de año esa relación.
En un principio, la idea del Presidente era que los tras principales terminales del Frente de Todos cuenten con cinco representantes de cara al jueves: es decir, cinco por el lado del albertismo, cinco del kirchnerismo y cinco del Frente Renovador de Massa. Y se habló de la posibilidad de que los gobernadores envíen a sus propios delegados.
A poco más de 48 horas de la mesa, varios de los comensales todavía esperan conocer el menú de antemano para decidir si se sientan o no a comer. (Clarín)
