El Gobierno británico refuerza el sector automotriz con reformas y una inversión de 2.300 millones de libras

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El Gobierno del Reino Unido ha presentado un extenso paquete de apoyo para su industria automovilística, en un momento en que los fabricantes británicos enfrentan desafíos crecientes debido a los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos y a la acelerada transición global hacia los vehículos eléctricos. La situación se complica aún más con las nuevas políticas comerciales de Washington, que han impactado a importantes fabricantes como Jaguar Land Rover (JLR), que decidió suspender sus exportaciones hacia Estados Unidos. Esta decisión se tomó después de que el gobierno estadounidense implementara un arancel del 25% a los vehículos fabricados fuera de su territorio, lo que afecta significativamente las operaciones de JLR, que exporta casi el 25% de sus vehículos al país norteamericano.

El impacto de estos aranceles ha llevado a JLR a reevaluar tanto los precios como la logística de exportación. La empresa, con sede en Coventry, destacó que necesita tiempo para adaptarse a las nuevas condiciones comerciales. En respuesta a esta y otras presiones, el primer ministro británico, Keir Starmer, presentó el paquete de medidas como parte de un esfuerzo para reforzar el sector automotriz del país y garantizar su competitividad en un contexto global cada vez más complejo. Starmer subrayó que el comercio internacional está siendo transformado y que el Gobierno está comprometido a apoyar de manera decidida a la industria automotriz británica. Aseguró que las reformas propuestas ayudarán a las empresas del sector a seguir exportando a nivel global, al tiempo que preservan los puestos de trabajo en el Reino Unido.

Uno de los aspectos clave del paquete de apoyo es la reforma al mandato del vehículo de cero emisiones, que mantiene el objetivo de eliminar gradualmente los vehículos de gasolina y diésel para 2030, pero ahora ofrece más flexibilidad a los fabricantes durante la transición. A partir de 2024 y hasta 2026, los fabricantes podrán tomar “créditos de vehículo eléctrico” que les permitirán cumplir con los objetivos de venta de vehículos de cero emisiones, con la posibilidad de reembolsar estos créditos hasta 2030. Este sistema regulatorio permite que las empresas puedan expandir su capacidad para producir vehículos eléctricos, a la vez que cumplen con sus objetivos inmediatos.

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El Gobierno también ha decidido ampliar hasta 2029 la posibilidad de que los fabricantes cuenten algunos vehículos híbridos dentro de sus metas de electrificación. Sin embargo, se establecerá un límite sobre la cantidad de créditos híbridos que se podrán utilizar, garantizando que las metas medioambientales sigan siendo alcanzables y realistas. Además, las ventas de coches y furgonetas híbridos, que en principio iban a finalizar en 2030, ahora podrán continuar hasta 2035, lo que otorga más tiempo a la industria para adaptarse al cambio hacia una flota completamente eléctrica.

Por último, el Gobierno británico ha confirmado una inversión significativa para apoyar la transición hacia la electrificación del sector automotriz, con un total de 2.300 millones de libras esterlinas (aproximadamente 2.960 millones de dólares). Esta financiación se destinará a incentivos fiscales para la compra de vehículos eléctricos y a la expansión de la infraestructura de carga a nivel nacional, con el objetivo de hacer que los vehículos eléctricos sean más asequibles y accesibles para los consumidores. (Agencia OPI Santa Cruz)

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