09:00 El billete cayó entre 2,8% y 4% y resignó lo que había subido el viernes; para lograrlo, el BCRA tuvo que licitar letras con tasas de hasta 72%; el Banco Nación vendió divisas
Por: Javier Blanco
El régimen cambiario y monetario al que apeló el Gobierno tras el nuevo acuerdo con el FMI, una estrategia de shock para tratar de estabilizar el mercado, debutó formalmente ayer sin mayores sobresaltos. Lo hizo con una baja de entre 2,8 y 4% en el precio del dólar y un incremento de 7 puntos promedio (del 65% al 72% anual) en las tasas de interés de corto plazo, con las que el Banco Central (BCRA) buscará asegurar una mayor restricción monetaria. El objetivo es doble: frenar el dólar y la inflación.
El retroceso del dólar, que bajó de $41,89 a $40,74 para la venta al público y de $41,25 a $39,60 a nivel mayorista, contrarió la expectativa del mercado: los operadores esperaban que la divisa amenazara con tocar el tope superior de la banda cambiaria, establecido por el BCRA en $44 por dólar.
La baja en las cotizaciones se produjo apenas el Gobierno mostró que estaba dispuesto a aplicar todos los mecanismos con que cuenta para tratar de asegurar un buen debut del nuevo esquema y a pagar los costos necesarios para terminar con los saltos imprevisibles del tipo de cambio. En el inicio de la rueda, bancos oficiales vendieron dólares por cuenta del Tesoro para dar la señal de que no se dejaría escapar la cotización.
La férrea decisión oficial para lograr un debut auspicioso del nuevo régimen quedó a la vista en la actitud que asumió la banca oficial, a poco de iniciada la rueda cambiaria, lo que certificó que el Ministerio de Hacienda está dispuesto a hacer jugar al Tesoro nacional en pos de lograr la estabilización.
“El billete había arrancado operando a $41 para la venta mayorista (25 centavos por debajo del cierre del viernes), pero en breve comenzó a deslizarse hasta $41,15. En ese momento aparecieron las primeras órdenes de venta del Banco Nación, presumimos que por cuenta y orden del Tesoro, para fijarle un límite. Fueron pocas, pero cumplieron sin duda su objetivo”, explicó a la nacion un experimentado operador.
Poco después, el BCRA lanzó la convocatoria a los bancos para que suscribieran letras de liquidez (Leliq) a 7 días de plazo por $60.000 millones a una tasa mínima del 65% anual, un anuncio con el que puso en marcha el principal mecanismo de absorción del que echará mano para cumplir con su objetivo de expansión nula de la base monetaria durante los próximos meses.
Así, le confirmó al mercado que parte esencial de su plan para terminar domando al dólar es secar la plaza de pesos.
Esa acción de “pinzamiento” (liquidez en dólares y señal de contracción en la oferta de pesos) fortaleció la tendencia bajista del dólar luego del mediodía. Pasadas las 13.00, “el mayorista perforó el piso de $40”, según reportó el operador Gustavo Quintana, de PR Cambios, y mantuvo esa tendencia hasta el final del día, cuando, tras tocar un mínimo intradiario de $39,50, cerró en $39,60 para la venta, “$1,65 por debajo del nivel de clausura del viernes”, indicó.
“Se estimaba que, de acuerdo con los pesos circulantes, el punto de equilibrio del mercado estaba en la zona de 38/39 pesos, pero el clásico overshooting por el cambio de autoridades del BCRA y de reglas lo llevó a $42”, juzgó el analista Fernando Izzo, de ABC Mercado de Cambios.
Antes del cierre de las operaciones cambiarias, se conoció que el BCRA había colocado Leliq por $71.060 millones, un monto 18% superior al que buscaba, pero inferior en la misma proporción al total de ofertas que recibió, aunque eso lo llevó a validar tasas de hasta 72% nominal anual. “Fueron agresivos aceptando más ofertas, con la evidente idea de mostrar que lo de secar la plaza viene muy en serio”, observó el jefe de la mesa de dinero de un banco privado líder.
Vale recordar que ayer entraba en vigor un nuevo aumento de 3 puntos en los encajes para los depósitos en pesos, que significan una contracción cercana a los $40.000 millones. Pero como el viernes se habilitó a los bancos a suscribirlo íntegramente con Leliq, se descontaba que la licitación de estos títulos arrancaba con una buena demanda.
Lo no tan conocido es que esa demanda se fortaleció porque con los cambios normativos dispuestos el viernes el BCRA no solo les redujo a los bancos la posición base diaria de efectivo mínimo que deben mantener, sino que, además, les remunerará con la misma tasa de la Leliq la parte del encaje que cada banco deba integrar en la cuenta que mantiene abierta en el ente monetario.
Este mecanismo busca impulsar que los bancos suban algo más la tasa que pagan por los plazos fijos, que hoy ronda el 37,7% anual para depósitos chicos y el 42,6% anual para los más grandes, dado que aún mantienen una fuerte brecha con la que perciben por cederle dinero al BCRA.
Algunas evaluaciones
Los analistas no dudaron en juzgar positivo el debut del nuevo régimen. “Ayudaron el contexto y el tiempo que el mercado tuvo para digerir un plan que se reconoce ?consistente’, aunque tenga algunos riesgos de ejecución importantes”, evaluó el analista José Echagüe, de Consultatio. “La clave es acostumbrarse a una volatilidad del dólar, aunque asegurando que sea acotada, para recuperar previsibilidad”, insistió.
Su colega Hernán del Villar, de la consultora Alpha, coincidió en calificar de “positivo” el hecho de que el dólar se haya alejado del tope de la banda de intervención. “Al agregarse la posibilidad de que el Tesoro venda, las chances de equilibrar oferta con demanda privada de dólares (cuyo desequilibrio ya redujo US$1500 millones durante septiembre en relación con agosto) son mucho mayores. Más aún si el nuevo régimen monetario va quitando liquidez. Todo esto vuelve mucho más creíble el objetivo de estabilizar el tipo de cambio”. remarcó. (La Nación)