Según publica Clarín Este salto golpea sobre las exportaciones, las expectativas y, en menor medida, sobre los precios.
Por: Annabella Quiroga
Con el dólar blue en $ 155, la brecha respecto del dólar mayorista se ubica en 100%. La última vez que la brecha estuvo en este nivel fue a mediados de 1989, cuando también había cepo, pero además, existían el desdoblamiento cambiario y la hiperinflación.
Este jueves, el dólar mayorista se ubica en $ 77,11, con el minorista promediando los $ 82,75 y el “solidario” en $ 137, con los impuestos y recargos.
Pese a lo que el Gobierno esperaba, con el cepo recargado y las nuevas medidas dispuestas por el Banco Central la brecha siguió creciendo.
Así, al llegar al 100% dejó atrás el pico anterior, que se había registrado en 2014, cuando, también con cepo de por medio, había tocado el 89%.
El 100% actual de brecha no es récord absoluto. En los 70, Rodrigazo y crisis política de por medio, llegó al 350%.
Al escarbar en las razones por las que la brecha crece y encuentra referencia recién 30 años atrás, en medio de una crisis mucho más dramática que la actual, Fernando Marull, director de FMyA, pone el foco en el déficit fiscal. “Este año vamos a un rojo de 8,3%. La última vez que estuvo en ese nivel el déficit fue, precisamente, en el 89”.
“En el 89 la brecha de 100% era el final de una etapa. Veníamos de una década perdida a nivel fiscal, monetario y cambiario, con planes de estabilización que fallaron y que finalmente terminó en la Convertibilidad”, indica.
Ahora la situación no es tan dramática, pero Marull destaca que la brecha actual “está reflejando el impacto de los excesos fiscales y monetarios que financian el déficit. A algún lado van”.
¿Cuál es el impacto de la brecha en la economía real? Para Marull, “la brecha desordena todo el funcionamiento cambiario. Argentina necesita dólares y la brecha genera que los exportadores no quieran vender. Por el lado de la demanda -donde están los importadores, los ahorristas y los que tienen deudas en dólares- genera expectativas de devaluación altas. Históricamente, siempre que se cerró la brecha el que subió fue el oficial. No pasó nunca que la brecha termine porque baja el informal”.
Para Jorge Neyro, de la consultora ACM, “el fondo del problema es la escasez de dólares relativos que el país necesita para importar y para el atesoramiento. La brecha desincentiva las exportaciones a largo plazo”.
“La brecha de alguna manera marca el nivel de devaluación que puede haber en el futuro. Muestra que el mercado está dispuesto a pagar un dólar hoy muy alejado del oficial”, refuerza Neyro. “El nivel actual entre el solidario y el dólar blue es lo que el mercado espera de devaluación en el mediano plazo”.
Si bien los dos economistas destacan que la brecha no pega de lleno en la inflación, Neyro apunta que “impacta sobre los precios cuánto mayor componente importado o transable tengan. Si tengo deudas financieras con el exterior y para pagar me mandan a comprar dólares al contado con liqui -a $ 151-, parte de mis costos financieros en algún momento se pueden llegar a valuar a ese dólar y esa parte se traslada a precios”.
Por eso motivo, respecto de los precios “de a poco la brecha se va transformando en una señal. De acuerdo a las expectativas de devaluación que existan, puede ser razonable ir ajustando los precios como medida precautoria”.
Para Marull “la brecha no tiene impacto directo sobre los precios, pero forma expectativas y va dando señales a los agentes económicos”.
¿Puede crecer la brecha más allá de este 100%? Marull dice que hoy el cepo funciona “como una Puerta 12 a la inversa: todos quieren entrar. Las señales de racionalidad económica todavía no están. En un escenario pesimista, la brecha puede seguir subiendo”. (Clarín)