Guzmán contiene el dólar, pero el mercado espera una mayor suba tras las elecciones

El ministro de Economía, Martín Guzmán - Foto: Telam

Según publica Clarín El Banco Central intervino en el mercado del dólar futuro y bajó las tasas de cobertura. Pero crece la incertidumbre en 2022.

Por: Juan Manuel Barca

Martín Guzmán apuesta a contener el dólar en los próximos meses. Su promesa de que no habrá un shock y que el dólar cerrará a $ 102,40 en diciembre de acuerdo con lo previsto, la acompañó de una intervención decidida para aplacar la expectativa de una suba en el tipo de cambio en el corto plazo.

Para cubrirse de un eventual salto de la divisa, las empresas y los inversores se posicionan en el dólar futuro y los bonos atados al tipo de cambio (dólar linked). Y lo que reflejan las tasas implícitas de esos instrumentos en pesos es que antes de noviembre no se espera una devaluación.

Los futuros son contratos entre dos partes que se comprometen a comprar o vender un activo por un valor en una fecha estipulada en la Bolsa de Rosario (Rofex). Los contratos vencen el último día del mes al que fueron pactados y ese día se paga en pesos la diferencia entre el precio del contrato y el oficial.

La semana pasada, la tasa implícita de los contratos de futuros más cortos bajó del 29% al 25% anual. Ese mercado quedó en la mira del Banco Central, que no dudó en intervenir el último día de julio. Vendió US$ 250 millones y ganó $10 millones en la posición que venció a fin de ese mes.

La intervención fue la primera desde abril y era una bala que los hombres de Miguel Pesce se guardaban. Por la corrida cambiaria, en octubre pasado el BCRA llegó a vender más de US$ 5.600 millones para bajar tasas de hasta el 80%, posiciones que se fueron venciendo para llegar a cero en mayo.

La estrategia oficial rindió sus frutos en lo inmediato. Pero lo que se empezó a observar es una mayor expectativa de devaluación después de las elecciones. Así, los contratos que vencen en abril del 2022 prevén un dólar a $ 130 y una tasa implícita del 46%.

“El dato más interesante es que están disociadas las tasas de los contratos de corto y largo plazo. El mercado le cree al Gobierno que no va a devaluar de acá a las elecciones, pero no le creen después de las elecciones y esperan una mayor devaluación”, dijo el analista económico de Ecolatina, Juan Pablo Albornoz.

La desconfianza se reflejó también en el mercado de deuda en pesos. “La nueva intervención (del BCRA) corresponde con la necesidad de alinear las tasas con el objetivo de tipo de cambio que tienen. El tema es que el mercado piensa que las tasas deben ser más altas, algo que se puede ver en las últimas licitaciones”, explicó Sebastián Menescaldi, director asociado de EcoGo.

El Ministerio de Economía buscó la semana pasada calmar esas expectativas con dos bonos atados al tipo de cambio por US$ 456 millones, una herramienta que utilizó en octubre pasado para frenar las tensiones que llevaron al blue al récord de $ 195. Pese al endulzante, la última licitación fue de las más flojas ya que se colocó solo un 65% de lo que vencía.

¿El esquema Kicillof?

El Gobierno decidió este año “planchar” el dólar para que la inflación no supere el 50% interanual. Ahora, el mercado lee que Guzmán podría emular el esquema del 2013, cuando se pisó el tipo de cambio en el primer semestre y luego se aceleró para devaluar en enero de 2014, tras las elecciones. El ministro de Economía era Axel Kicillof y el titular del BCRA, Juan Carlos Fábrega.

La medida fue acompañada de una suba de tasas y la flexibilización del cepo cambiario, algo que Guzmán no piensa tocar por ahora. En el equipo económico creen que el FMI “entiende” la necesidad del cepo y en algunos despachos, incluso, preferirían limitar el segmento no regulado (Senebi), la puerta que quedó abierta tras las restricciones a los dólares financieros.

Mientras tanto, los esfuerzos para contener las presiones cambiarias no son gratuitos. Pese a la compra de US$ 714 millones de reservas en julio, el Central dejó de acumular reservas netas ese mes y se desprendió de US$ 410 millones para mantener a raya la brecha en los mercados financieros, según un informe de Equilibra.

La otra puerta de salida fueron los pagos al Club de París, y al FMI con la transferencia de US$ 344 millones esta semana. Las importaciones también son una aspiradora. Después de subir un 80% en junio y sumar US$ 5.900 millones, en julio autorizaron US$ 5.700 millones. La idea es que no pasen de los US$ 6.000 millones.

Así todo, el Banco Central preserva su poder de fuego. “Mientras mayor es la brecha, más aumentan las expectativas devaluatorias. Si bien esto se plasmó en Rofex, el BCRA tiene municiones de sobra para contener las expectativas en caso de que se desborden”, aseguró Tomás Ruiz Palacios, estratega de Cohen. (Clarín)

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