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A cinco días de asumir, Batakis aún no puso en marcha el equipo del Ministerio de Economía

Silvina Batakis se reunió con Sergio Massa - Foto: Prensa Diputados
Silvina Batakis se reunió con Sergio Massa – Foto: Prensa Diputados

Según publica Clarín No logra conseguir candidatos para ocupar áreas estratégicas y depende de los técnicos de Guzmán. El massismo no quiere Finanzas.

Por: Juan Manuel Barca

A cinco días de asumir la silla más caliente del gabinete, Silvina Batakis todavía no logró poner en marcha su equipo. La flamante ministra de Economía anunció el lunes que ya lo tenía casi terminado, pero en algunas secretarías todavía siguen trabajando colaboradores de Martín Guzmán, ante la imposibilidad de conseguir quién los reemplace. Paradójicamente, el mismo conflicto que demoró la designación de la titular de Hacienda.

Hasta ahora el único oficializado es el secretario de Comercio, Martín Pollera. Ayer participó con Batakis, Daniel Scioli y Miguel Pesce en la reunión con empresarios automotrices de ADEFA. Por los pasillos, se la vio también a Karina Angeletti, candidata a ocupar la secretaría de Política Económica, vacía desde que se fue Fernando Morra. Y la secretaría de Hacienda, a cargo de Raúl Rigo, todavía no fue ocupada Martín Di Bella, ex funcionarios de Scioli.

La ministra se reunió este jueves al mediodía con el presidente Alberto Fernández en Casa Rosada para definir su equipo y medidas -ya lo había hecho el miércoles-, luego de lo cual hizo lo propio con el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, que el fin de semana se tuvo que ir con las manos vacías tras intentar bajar tropa en el gabinete y colocar a economistas cercarnos en Economía. La ministra reveló que está desesperada por las dificultades para completar puestos clave.

Para la secretaría de Finanzas, ya sondeó al menos a dos técnicos massistas, sin éxto. Uno es Lisandro Cleri, subdirector Ejecutivo de Operaciones del Fondo de Garantía y sustentabilidad (FGS) de ANSES, el cargo más alto. Cleri encabezó la Unidad de Gestión de la Sostenibilidad de la Deuda Pública Externa, creada por Martín Guzmán para asesorarlo en la reestructuración y ya había trabajado en operaciones del FGS en la gestión de Diego Bossio. Pero declinó la oferta.

El otro tentado fue Eduardo Setti, designado en 2020 por Cleri como director de Operaciones del FGS. Setti pasó por la auditoría de la ANSeS,fue director de Inversiones del FGS, y es hijo de un economista peronista, que fue director del Banco Central entre 1973 y 1975. El sondeo de economistas de la ANSES no fue casual: hoy, junto con el Banco Central y los bancos públicos, el FGS es una pieza clave en las colocaciones de bonos en pesos.

El problema es que Finanzas es una braza caliente que pocos se animan a agarrar. Desde que comenzó hace un mes la corrida contra los bonos en pesos, el Banco Central debió intervenir con la recompra de títulos del Tesoro por más de $ 1 billón y el Tesoro vio reducirse aún más el plazo de renovación de la deuda por el temor de los bancos y fondos de inversión a un reperfilamiento como el que improvisó Hernán Lacunza en 2019. 

Mientras tanto, la secretaría sigue a cargo de Rafael Brigo, aunque en los hechos es operada por Ramiro Tosi, el hombre detrás de las delicadas licitaciones de deuda en pesos. El economista de la Universidad de La Plata especializado en mercado de capitales acompañó a Guzmán en reuniones con fondos de inversión en Wall Street, el FMI y el Club de París. En el mercado, todavía aguardan señales.

La próxima subasta será el miércoles para cubrir pagos por solo $11.000 millones. Pero Batakis está preocupada por las “tensiones” que sumará la bola de vencimientos de deuda en pesos ($ 500.000 millones en julio, $ 460.000 millones en agosto y $ 1,2 billones en septiembre). “Se vienen tres meses con una torre muy alta y, aunque 40% de la deuda es con el Estado, hay que conseguir el resto”, señaló una fuente del gobierno.

La exministra de Hacienda de Daniel Scioli no solo mira con inquietud los mercados. También la interna política, un “filtro” que complica la selección de candidatos y alimenta ahora la prudente distancia del sciolismo, La Cámpora y ahora el massismo. Es un riesgo quedar pegado a una cartera desbordada por la crisis cambiaria y financiera agravada tras la salida de Guzmán, además de las presiones inflacionarias y los condicionamientos del FMI. (Clarín)

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