Según publica La Nación El ministro del Interior, Wado de Pedro, dijo que quiere tender puentes con opositores; “no vengo a señalar con el dedo a nadie”, dijo el funcionario, que la semana pasada culpó a los medios por el atentado a Cristina.
Por: Santiago Dapelo
Tras la conmoción que provocó el atentado contra Cristina Kirchner, el Gobierno trabaja en una “amplia convocatoria”, que incluya a la oposición, sindicalistas y empresarios. En esto está focalizado el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, que, con el guiño de la vicepresidenta y Alberto Fernández, se propuso hablar con referentes de los principales partidos políticos.
“A un año de cumplirse 40 años de democracia debemos recuperar la racionalidad y bajar un cambio”, dijo el ministro del Interior. Según confió el funcionario, algunos líderes opositores, entre ellos al presidente de la UCR y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, se mostraron de acuerdo con que llegó el momento para dar una señal en conjunto a toda la sociedad. Sin embargo, altas fuentes de Pro negaron a LA NACIÓN cualquier contacto con el kirchnerismo.
El ministro político, uno de los funcionarios más cercanos a la expresidenta, explicó hoy a LA NACIÓN: “No vengo a señalar con el dedo a nadie. Vengo a proponer con humildad un debate necesario para reencauzar la convivencia democrática”.
Y agregó: “La disputa electoral tiene que ser propositiva, no generar más incertidumbres. La gente necesita tranquilidad y la dirigencia nacional tiene que generar certezas”.
De Pedro fue moderando su posición con el paso de los días. El ministro pasó de un duro cuestionamiento a la oposición y los medios por el intento de magnicidio a una postura dialoguista, a tono con el perfil que intenta construir desde hace tiempo.
El viernes pasado, al día siguiente del ataque a la vicepresidenta, De Pedro había apuntado hacia los medios de comunicación con un mensaje que publicó en redes sociales: “No es un loco suelto ni es un hecho aislado: son tres toneladas de editoriales en diarios, televisión y radios dándole lugar a los discursos violentos. Son los que sembraron un clima de odio y revancha, y hoy cosechamos este resultado: el intento de asesinato a Cristina Kirchner”.
El ministro, uno de los líderes de La Cámpora, calificó el ataque que protagonizó Fernando Sabag Montiel como “un punto de inflexión”. Según la mirada de De Pedro, llegó la hora de “hablar sobre qué tipo de convivencia democrática queremos en nuestro país”.
Una de las opciones que evalúan en la Casa Rosada es aprovechar el llamado que lanzó la Iglesia para el sábado para “rezar por la paz”. La cita, a la que invitó el intendente de Luján, Leonadro Boto, será el sábado en Luján. A eso se sumarán misas en todo el país.
“Desde hace días estoy conversando con algunas de las principales fuerzas políticas en este sentido: trabajar en una convocatoria amplia para reflexionar sobre cómo llegamos a esta situación y cómo seguimos construyendo una argentina que funcione”, graficó De Pedro.
Sin hacer mención a los “discursos del odio”, uno de los temas que generó debate entre oficialismo y oposición en los últimos días, De Pedro habló de “la necesidad abordar el tema de la intolerancia política en nuestra sociedad” y celebró “el repudio casi generalizado de los principales dirigentes al intento de asesinato de Cristina Kirchner”.
El ministro de Interior, que por pedido de la expresidenta fue parte de la mesa negociadora con el gobierno porteño durante el conflicto que se abrió por la instalación de las vallas en la puerta del domicilio de la expresidenta –días antes del atentado–, también hizo hincapié en la necesidad de sumar voluntades en la eventual convocatoria.
Ya anticiparon su presencia algunas organizaciones sociales y es posible que también se haga presente la cúpula de la CGT, por eso, para De Pedro, es fundamental que también estén representados los empresarios.
La tarea que encabeza De Pedro también se ve amenazada por las internas de cada coalición. Es por eso por lo que la estrategia del ministro del Interior -dicen en su entorno- es lograr de cerrar consensos sin “exponer” a los dialoguistas a la crítica de los dirigentes más polarizados.
Pese a algunas reacciones, en distintas oficinas de Balcarce 50 son optimistas con la posibilidad de alcanzar un mínimo acuerdo, aunque saben que las posibilidades de alcanzar una fotografía de oficialismo y oposición juntos, como ocurrió el último jueves en el Senado, es muy difícil. (La Nación)
El gobierno escala los niveles de violencia psicológica mientras pide calma a los demás. Quizás algún tonto los tome en serio (aunque no creo).-