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Daniel Scioli espera por Alberto Fernández para ver si se lanza otra vez a la Presidencia

Sin Juntos por el Cambio, el oficialismo aprobó el recorte a las jubilaciones de privilegio para magistrados y diplomáticos

Según publica Clarín El embajador en Brasil quiere competir en las PASO si el Presidente no busca la reelección. El contacto con Cristina.

Por:Federico Mayol

Para Daniel Scioli, el “Bristol test” superó todas las expectativas. El embajador argentino en Brasil pasó la semana pasada por Mar del Plata para medir la temperatura social en las playas más populosas de “La Feliz”, esas en las que, unos días más tarde, Horacio Rodríguez Larreta se topó con insultos militantes que se viralizaron por las redes sociales.

Scioli nadó por las aguas del mar, caminó por las dos peatonales principales y por el puerto, se juntó con empresarios pesqueros, con el intendente del PRO Guillermo Montenegro y se paseó por el shopping de su muy íntimo amigo Florencio “El Gallego” Aldrey Iglesias, uno de los vacunados en las oficinas del Ministerio de Salud, en febrero del 2021. La reacción de los veraneantes, resaltaron en el entorno del ex gobernador, “superó de verdad todas las expectativas”: “Ni un insulto, nada”, abundaron.

Un poco en broma, pero un tanto en serio, el embajador quería medir el humor social del verano para terminar de anotarse en el lote de los posibles candidatos presidenciales después del anuncio prematuro de Cristina Kirchner de autoexcluirse bajo el relato de la “proscripción”.

“Estoy preparado para hacer lo que tenga que hacer”, confirmó el ex gobernador bonaerense en las últimas horas en una entrevista con el canal IP.

Scioli todavía recuerda el 2015, el año en que estuvo a punto de ser presidente. Como aquella vez, el embajador está dispuesto a hacer valer su pragmatismo. Cerca suyo recuerdan, por ejemplo, los llamados previos al balotaje a Vilma Ripoll, a quien conocía bien, para pedirle los votos de la izquierda. Ripoll le dio un par de tips que tenía que remarcar en los medios para congraciarse con sus votantes. El ex gobernador le hizo caso. O la charla con Lula da Silva, de visita en al país, a las apuradas, en una habitación del hotel Alvear: el presidente brasileño le aseguró que si le hacía falta decir que “era un corrupto” para ganar la elección, que lo hiciera.

El aviso en la Rosada

En diciembre, Scioli se interesó por las últimas encuestas: hizo una ronda de consultas para tantear números. El ex campeón motonauta arrastra una excelente relación con Alberto Fernández. Dicen que una postulación del embajador está atada a un eventual intento de reelección del Presidente, que arranca su último año de mandato convencido de que todavía puede tener una chance más, a pesar de que no cuenta con ningún apoyo político de peso.

El fugaz ex ministro de Desarrollo Productivo espera en ese sentido por el mandatario: en Casa Rosada explican que ya avisó que, si Fernández pretende buscar su reelección, él no competirá. 

Scioli alterna sus días entre Brasilia y Buenos Aires. En junio pasado, asumió en el gabinete de urgencia, convocado tras la salida de Matías Kulfas. Mudó a sus colaboradores y a su familia desde el vecino país. Duró menos de un mes. Llegó Massa, no lo quería en el equipo y debió irse. No le importó. 

La semana pasada, después del raid por la playa, participó del encuentro que encabezó el jefe de Estado en la residencia de veraneo de Chapadmalal junto a ministros e intendentes bonaerenses. Fue uno de los oradores. En la noche del viernes voló a la capital brasileña. El domingo se mantuvo hiperactivo tras los intentos golpistas en el Planalto, en la Corte Suprema y el Congreso contra Lula da Silva. Este miércoles, tenía previstas reuniones con funcionarios del gobierno de coalición del PT para ultimar detalles de la visita del presidente de ese país a la Argentina, el próximo 23 de enero.

Los otros candidatos

Después del anuncio de Cristina Kirchner, el escenario electoral del Frente de Todos se tornó aún más incierto que antes. Con los gobernadores refugiados en sus provincias, en el peronismo se empezó a especular con candidatos como Eduardo “Wado” de Pedro -todavía muy relegado en las encuestas-, Sergio Massa -quiere ser, pero en público busca hablar sólo de gestión- y hasta Axel Kicillof, aunque una supuesta postulación nacional del gobernador, que va por la reelección en la Provincia, obedece más a la puja de los distintos bandos -los intendentes y La Cámpora- que pululan por el peronismo bonaerense.

En ese contexto, Scioli se anima. En el entorno del ex motonauta apuestan por una “gran primaria”, con todos adentro. Creen, de todos modos, que será una campaña muy dura para el Frente de Todos.

El ex gobernador habla con todos. Antes de fin de año se juntó con Cristina Kirchner en el Senado: hablaron del vínculo con Brasil, de la integración energética y de la agenda bilateral. Nunca tuvieron una relación de confianza, pero se respetan. “¿Qué le van a decir en el kirchnerismo, si está hace diez años en el mismo lugar de siempre?”, desafían desde las oficinas porteñas del ex gobernador, cerca de Retiro.

La agenda del embajador, sin embargo, es ecléctica en términos políticos. Tiene conversaciones cada tanto con Mauricio Macri y diálogo con Horacio Rodríguez Larreta. Problemas ideológicos, no tiene. “Más de derecha que yo, ¿qué hay?”, suele reírse con sus colaboradores.

Ese pragmatismo ideológico lo llevó a trabar una relación exitosa con Jair Bolsonaro, a pesar del nulo diálogo que tuvieron el brasileño y Alberto Fernández. Ese vínculo del embajador lo hizo dudar a Lula. Scioli le tuvo que explicar al presidente de Brasil de sus dotes para relacionarse con todos. Es lo que algunos le critican. Y de lo que él se ufana ahora que quiere postularse. Otra vez. (Clarín)

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