El inicio de 2025 trajo consigo una suba en los precios de alimentos y bebidas, según un informe de la consultora LCG, que analizó los valores de 8.000 productos en cinco grandes supermercados del país. En la primera semana del año, los rubros alimenticios registraron un incremento del 1,2%, tras un cierre de 2024 sin variaciones significativas en este segmento.
El dato genera incertidumbre respecto a las metas inflacionarias del Gobierno, que apuesta a mantener el índice de precios al consumidor (IPC) por debajo del 3% en enero y a consolidar una tendencia a la baja durante 2025. Desde el oficialismo confían en que el dato de diciembre, a publicarse el martes 14, confirmará que la inflación se mantuvo en 2,9%, en línea con las proyecciones del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central.
El reporte de LCG subraya que el principal factor de presión inflacionaria en alimentos fue el rubro Bebidas, que representó más del 45% del aumento semanal, con un incremento tres veces superior al promedio. Otros sectores con impacto significativo fueron Productos de panificación, cereales y pastas, además de Carnes.
Sin embargo, algunos rubros actuaron como compensadores de estas subas. Verduras presentó una fuerte caída de precios, al igual que Frutas, lo que permitió moderar el aumento general. Además, se registró una disminución en la proporción de productos sin variación de precios, que pasó de 86% a 71% en una semana.
En un análisis más amplio, la variación mensual muestra que, excluyendo Carnes, los precios promedio de los alimentos han registrado un leve descenso del 0,1% en las últimas cuatro semanas, destacando nuevamente el rol compensador de las Verduras.
Si la inflación de diciembre finalmente se sitúa en 2,9%, tal como estiman las consultoras, sería un logro relevante para el Gobierno. Aunque representa un ligero repunte respecto a noviembre, este dato se considera positivo debido a las presiones estacionales habituales en el último mes del año, como las subas relacionadas con las fiestas y los ajustes tarifarios.
Este escenario permitiría al Ejecutivo mantener el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial, ajustándolo al nivel del crawling peg. Sin embargo, los movimientos iniciales de precios en alimentos y bebidas en 2025 plantean desafíos para sostener estas expectativas en los meses venideros. (Agencia OPI Santa Cruz)