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El Gobierno busca bajar la polémica con la gobernadora de Río Negro, pero por ahora no enviará más refuerzos

CAPS quemado por mapuches -

Según publica Clarín El llamado del sábado de Alberto Fernández a Arabela Carreras sirvió para descomprimir. Hay más de 100 gendarmes entre El Bolsón y Bariloche.

Tensa calma. Después de una semana de acusaciones cruzadas, la Casa Rosada busca ahora bajar la polémica con la gobernación de Río Negro por los ataques mapuches en ese distrito, y por ahora no prevé el envío de más gendarmes a los más de 100 ya apostados en las ciudades de El Bolsón y Bariloche.

“A futuro no se descarta nada, depende de las circunstancias”, aseguraron a este diario desde el Ministerio de Seguridad que lidera Aníbal Fernández.

Según confiaron fuentes oficiales, el Gobierno envió en los últimos días unos 100 gendarmes a la zona de conflicto que estaban apostados en la únidad móvil número 4 de General Acha, en La Pampa, la más cercana y una de las seis que existen en todo el país.

Se apostaron, en total, 60 efectivos a El Bolsón y otros 40 a Bariloche. Además de 35 uniformados de Gendarmería que están abocados a los controles en las rutas.

“Hoy lo interesante es que las fuerzas federales están en la provincia y que esto puede contribuir a la pacificación”, resaltó la gobernadora Arabela Carreras este domingo en una entrevista con el diario Perfil.

El Gobierno, en ese sentido, tomó nota en los últimos días de la gravedad de los ataques mapuches en la Patagonia, que tuvieron su pico de máxima tensión tras el incendio en el Club Andino Piltriquitrón de El Bolsón, que activó las alarmas en la Casa Rosada y originó chispazos entre Alberto Fernández y el ministro de Seguridad con Carreras por el envío de fuerzas federales.

“No es función del Gobierno nacional reforzar el control en las rutas nacionales o brindar mayor seguridad en la región”, le había avisado el Presidente a la gobernadora el jueves en una carta en la que, de todos modos, confirmó el envío de gendarmes.

Como la disputa volvió a escalar, Fernández levantó el teléfono y llamó este sábado a la gobernadora, que agradeció el gesto a través de las redes sociales, saludó la “presencia” de las fuerzas federales y el apoyo a la fiscal en la investigación por los ataques en El Bolsón y Bariloche.

“En vez de andar contestándose por los medios o por carta, el llamado del Presidente puso las cosas en su lugar”, explicaron desde Río Negro. “El tema se calmó”, remarcaron, por su parte, fuentes de Casa Rosada.

El llamado presidencial había estado precedido por un fuerte rechazo del senador Alberto Weretilneck, del espacio de la gobernadora, que no ahorró críticas a la indecisión del Gobierno. Weretilneck es uno de los senadores aliados del oficialismo en la Cámara alta, aunque no en todas las iniciativas.

No fue el único contacto de relevancia que sirvió para descomprimir la situación. Se fomentó además un enlace entre las fuerzas federales y provinciales: el jefe de Gendarmería a cargo del operativo en la zona -motivado, en buena medida, por el desconocimiento de los uniformados del lugar- se comunicó con el jefe de la Policía distrital y con el secretario de Seguridad provincial, según subrayaron fuentes oficiales.

Hay, en tanto, una veintena de efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) a disposición de los investigadores que indagan en el incendio del club Piltriquitrón. “Vamos a tratar de ponerle el cascabel al gato”, abundaron fuentes de esa fuerza.

Tras una semana de displicencia, el Gobierno decidió de esta manera tratar de reencausar un conflicto de larga data que cada tanto vuelve a ocupar la agenda pública y que, por si fuera poco, la oposición buscó capitalizar políticamente en plena campaña electoral. Al Gobierno, por caso, no le sobra nada.

Esta semana, de hecho, Juntos por el Cambio intentará convocar al ministro de Seguridad al Congreso en la sesión prevista para este martes: se trata de un proyecto presentado por el diputado del PRO Pablo Tonelli y que, como publicó este diario, tendrá el aval de Cristian Ritondo, jefe de bloque de ese espacio, y de Mario Negri, líder del interbloque opositor.

Además, el oficialismo tuvo sus propios tironeos internos que Fernández buscó apaciguar con el llamado del sábado. El que más tensó fue Sergio Berni, que pidió de entrada la intervención federal y calificó como “terrorismo” a los ataques mapuches. Al ministro bonaerense lo sostienen en su cargo el vínculo con Cristina Kirchner y la relación con Axel Kicillof.

No es la primera vez que Carreras se enfrenta a la Casa Rosada por temas vinculados a las tomas de tierras o a los reclamos mapuches.

El año pasado, la gobernadora había criticado abiertamente el rol del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) por una cesión de tierras en Villa Los Coihues. El INAI está a cargo de María Magdalena Odarda, una ex senadora K que preside la filial provincial de ParTe, el partido del Presidente. El vice es Luis Pilquimán, procesado por su vinculación con las tomas de tierras. (Clarín)

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