Renunció el piloto presidencial que realizó la polémica maniobra de bienvenida del nuevo Tango 01

Según publica Clarín Se trata de Leonardo Barone. “Ayer presentó la renuncia”, indicaron desde la Secretaría General de la Presidencia.

Por: Marina Devita

Leonardo Barone, el piloto presidencial autor de la polémica maniobra de bienvenida del nuevo Tango 01, presentó en las últimas horas su renuncia ante el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello. 

“Ayer presentó la renuncia”, respondieron a Clarín desde el entorno del funcionario nacional, quienes aclararon que nadie le pidió que renunciara a su puesto.

El pasado 25 de mayo, el nuevo Tango 01 llegó a la Argentina y su arribo fue con polémica: a minutos del aterrizaje, quedó registrado en un video una maniobra arriesgada a metros de la pista del aeroparque Jorge Newbery.

En aquella oportunidad, Barone quedó en el ojo de la tormenta por ser quien estaba a cargo del Boeing 757 que se sumó a la flota presidencial. 

Leonardo Barone, el piloto del presidente Alberto Fernández
Leonardo Barone, el piloto del presidente Alberto Fernández

Se trató del vuelo de bautismo como nueva aeronave presidencial, la cual costó unos US$ 25 millones. Partió de Miami, Estados Unidos, a las 8.29 de la mañana (hora de la Argentina) y a las 17.25 tocó pista en el Aeroparque porteño. 

Doce minutos antes del aterrizaje efectivo, bajó a pocos metros de la pista, aunque -por cómo estaba perfilado- lo hizo sin ánimos de tocar suelo. Llegó a volar a 45 metros de tierra. De pronto, Leonardo Barone, el piloto, puso de costado el avión celeste y blanco, viró hacia el Río de la Plata y retomó vuelo.

Ante la consulta de este diario acerca del contexto en el que el piloto presentó su renuncia, desde la Secretaría General de la Presidencia respondieron: “No hay nada más que agregar”.

La salida de Barone del equipo de pilotos oficiales se produjo a una semana de regresar de la ciudad estadounidense de Dallas, hasta donde voló con el nuevo avión presidencial para una actualización de sistemas.

El pasado 4 de junio, el piloto rompió el silencio para justificar la polémica maniobra que realizó e indicó que estaba “autorizado” y que “no hubo delito”. Sin embargo, admitió que quizás “no fue el momento político para hacerla”.

“Todo se hizo con autorización. No hago nada sin ella. La pasada es absolutamente legal. Hay videos, está todo documentado. Traíamos un avión a la flota nacional y es una maniobra controlada, que reviste cero peligro. Entendimos que era la bienvenida que tenía que tener”, argumentó Barone al diario La Nación desde China, donde formó parte de la comitiva que realizó el ministro de Economía, Sergio Massa, quien estrenó el avión presidencial.

En esa línea, el piloto detalló: “Estábamos solos, vacíos, arriba de una pista. No se hizo nada en otro lado. La repercusión que tuvo fue negativa, desinformando a la gente. Eso en términos de comunicación; en términos de aviación nadie hizo nada fuera de lo permitido. No hubo incidentes. No hubo nada. Hubo videos y con eso salieron a destrozarnos. Está el perfil de vuelo, se pidió autorización, es todo público. Todo es demostrable. ¿Dónde está el delito?”.

Sin embargo, en los audios que se conocieron de la charla que mantuvo Barone con la torre de control, en varios pasajes el comandante a cargo del Boeing 757-256 desoye las indicaciones de los controladores.

En un determinado momento, el piloto pide autorización para ir a menos de 3.000 pies, a lo que desde la torre le dicen que aguarde unos minutos para que se libere el espacio aéreo sobre el Aeropuerto de San Fernando para autorizar la solicitud.

A partir de ese momento empieza una serie de diálogos confusos en el que demoran las respuestas y la comunicación es poco clara.

“No descienda de 3.000 pies para no penetrar el aterrizaje de San Fernando”, dice la mujer desde la torre de control, a lo que el piloto responde: “¿Libre descenso para el ARG-01? (como se conoce al avión)”. Pero desde el control no se lo permiten: “Negativo, mantenga a 3.000 pies”.

En tanto, la falla en interpretación continúa: “Mantenga a 3.000. Deme dos minutos que liberemos el ATZ de SANFER y le doy el libre descenso”. A lo que el piloto insiste: “Ah, entendí que era libre descenso. Lo vamos manteniendo… 2300 pies”.

“Yo nunca le di libre descenso”, le dice la controladora. “Perdón. Estamos a 3.000 pies. Liberado 3.000 pies”, completa el piloto.

Lo cierto es que se trató de un “low pass” o vuelo rasante, en términos aeronáuticos. Los especialistas la calificaron como “negligencia” y la vincularon con vuelos acrobáticos.

El hecho de que lo haya hecho en un día con condiciones climáticas adversas y en un momento de alto tráfico aéreo, sumó cuestionamientos. (Clarín)

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