El presidente de la Federación de Instituciones Agropecuarias Santa Cruz, Enrique Jamieson aseguró que, de los dos millones de ovinos en la región, un millón está actualmente en riesgo por las condiciones climáticas adversas de las últimas semanas.
El dirigente ganadero indicó que en el caso del sector bovino hay unas 40 mil de los 80 mil cabezas de ganado vacuno comprometido.
Jamieson argumentó que los factores climáticos como nevadas y temperaturas extremas están atentando contra la supervivencia de los animales.
A su vez, señaló que los ganaderos tomaron medidas para mitigar el impacto en las pérdidas de la hacienda y aseguró que necesitarán apoyo de las autoridades provinciales y nacionales.
Dentro de las medidas podría anunciarse un programa de ayuda y subvenciones para una de las actividades de la economía santacruceña. (Agencia OPI Santa Cruz)
Lo cierto es que la nevada del 2024 va a terminar con muchos de los ganaderos que se encuentran con su producción al límite de la rentabilidad y en estado de subsistencia, y que los programas de ayuda y subvenciones solo van a alargar la agonía de una actividad agropecuaria que hoy ya no es rentable por la coyuntura económica del país, no porque los ovejeros no sepan trabajar ni administrar sus empresas. Si no averigüen que pasó en el 2001, momento en que la política económica se le fue de las manos a la “casta” y las explotaciones agropecuarias florecieron como hacía décadas no lo hacían. Luego el Estado comenzó de a poquito a meterles mano en sus negocios, con retenciones, y otras yerbas para mantener el gasto público, como el crecimiento desmedido del personal del SENASA y del INTA, la aparición del RENATRE, el abuso del Juzgado de Paz para la emisión de guías de campaña, tasas abusivas del SENASA, aportes patronales de un monto cercano al de los sueldos, etc. etc. etc. Con gran parte de los ingresos por ventas los productores deben colaborar pagando empleados públicos en lugar de invertir en sus estancias o dar más trabajo rural.
Que Dios los ayude porque de los políticos no pueden esperar nada, ya que éstos son como los buenos parásitos, tratan de no matar a su huésped porque sino también se mueren ellos.