La exdiputada nacional y referente de la Coalición Cívica, Elisa “Lilita” Carrió, apuntó directamente contra el ministro de Economía, Luis Caputo, a quien acusó de ser responsable de un “escándalo moral” vinculado al recorte de fondos al Hospital Garrahan. A través de un mensaje publicado en redes sociales, Carrió advirtió: “Toto Caputo, con los niños no. Vas a terminar preso y yo me voy a ocupar de eso. Lo del Hospital Garrahan es un escándalo moral, seguimos denunciando”.
La reacción de la dirigente se produjo horas después de que el Ministerio de Capital Humano, conducido por Sandra Pettovello, dictara la conciliación obligatoria para frenar un paro de 24 horas convocado por médicos residentes del Hospital Garrahan. El conflicto se originó por los atrasos salariales y la falta de actualización en los haberes del personal en formación, quienes habían anunciado una medida de fuerza para este viernes.
La resolución del Ministerio establece un plazo de 15 días para negociar en el marco de la conciliación obligatoria, con el objetivo de destrabar el conflicto y garantizar la continuidad de los servicios médicos. Desde el Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan, que es una institución de referencia nacional en atención infantil, médicos y profesionales de la salud vienen denunciando una situación crítica en materia presupuestaria, que afecta tanto al personal como al funcionamiento general del centro.
Carrió, una de las voces más críticas dentro del espectro opositor, responsabilizó directamente al ministro Caputo por el impacto del ajuste fiscal en áreas sensibles como la salud pública. En su mensaje, la fundadora de la Coalición Cívica sostuvo que el recorte presupuestario a un hospital que atiende a niños de todo el país constituye un límite moral que no puede ser ignorado, y dejó entrever que promoverá acciones judiciales en su contra. (Agencia OPI Santa Cruz)
Tiene razón Carrió. No se puede pretender salud de calidad con profesionales y técnicos hambreados y ninguneados. Esos sueldos se los podrían pagar los políticos, más no se merecen y la verdad, cada vez los necesitamos menos.