Google ha iniciado el despliegue global de su Modo IA, una transformación de su buscador tradicional que pasa de presentar resultados a sostener una conversación interactiva con el usuario. Esta nueva capa de búsqueda generativa, que ya opera en español, profundiza el cambio iniciado por los AI Overviews y amenaza con alterar drásticamente el equilibrio del ecosistema informativo, redefiniendo la distribución de información y la relación entre el buscador y los medios de comunicación que la originan.
La evolución desde los AI Overviews, que ofrecían un resumen sobre los resultados clásicos, al Modo IA es sustancial. Si Overviews era una vista previa, el Modo IA sustituye la búsqueda misma por un diálogo sostenido. En el modelo anterior, Google actuaba como intermediario, dirigiendo tráfico a las páginas de los medios. Ahora, el sistema impulsado por modelos Gemini 2.5 permite desplegar respuestas como textos completos, relegando los clics externos y permitiendo al usuario profundizar en un tema sin abandonar el entorno de Google.
El impacto para los medios es directo y cuantificable. Estudios en Estados Unidos y Reino Unido, donde el sistema se probó previamente, registran caídas de hasta un 70% en los clics externos para búsquedas con resultados generativos. Los medios siguen siendo la fuente de los datos que alimentan estas respuestas, pero su visibilidad queda reducida a menciones parciales. El valor informativo y el tiempo de atención del usuario se trasladan al espacio propio de Google, que se convierte en un editor invisible que reformula contenido de terceros.
Esta síntesis de información, aunque eficiente para el usuario, diluye elementos periodísticos esenciales como la voz editorial, el contexto y la autoría. La situación se agrava por la opacidad en la medición. Google ha confirmado que las impresiones y clics del Modo IA se incluirán de forma conjunta en los informes de Search Console, impidiendo a los editores discernir cuántas veces su contenido fue utilizado en respuestas generativas. Esta falta de transparencia deja a las redacciones sin indicadores claros sobre el alcance de sus contenidos.
Ante esta reconfiguración del mercado, las asociaciones de editores europeas han elevado su preocupación a la Comisión Europea, argumentando un posible uso no compensado de la propiedad intelectual y una distorsión del mercado. El debate coincide con la aplicación del AI Act, que exige transparencia en los datos de entrenamiento de modelos generativos. Expertos en distribución de contenidos sugieren a los medios adaptarse estructurando textos para ser legibles por la IA, reforzando canales directos con lectores y creando contenido no sintetizable, como reportajes de investigación o análisis interpretativos. (Agencia OPI Santa Cruz)