25/08 – 08:40 – Los autopsia demostró que se dispararon cinco balazos dentro del vehículo
Por: Eduardo D’Argenio
Las autopsias y peritajes llevaron a los investigadores a pensar que el cirujano plástico Guillermo Fernando Luna Devallis , de 65 años, y de su esposa, la cosmetóloga Laura Silvana Favre, de 42, fueron asesinados por dos personas que dispararon dentro de la camioneta, en medio de un forcejeo.
Pudo determinarse que Luna recibió dos disparos por detrás: uno en el tórax y otro en la cabeza, efectuados con una pistola calibre 45. A la mujer le dispararon tres veces, aunque sólo una bala, de calibre 9 milímetros, ingresó por el cuello y causó la muerte casi en el acto.
Para los investigadores es una certeza que los homicidas se encontraban junto a las víctimas en el interior de la camioneta, y que allí se produjo una pelea que tuvo como final los disparos.
Por esa lucha habría quedado el vehículo fuera de control, en una carrera alocada que lo llevó a colisionar contra dos postes de luz, que arrancó a su paso, hasta que chocó finalmente contra una columna de cemento del alumbrado, en una zona de quintas, situada en la calle 490, entre 136 y 137, en el límite entre las localidades platenses de City Bell y Gorina.
Y más allá de que por ahora no se deja de lado ninguna hipótesis, cobró fuerza la posibilidad de que se haya tratado de un intento fallido de robo a la pareja -que se movilizaba en una camioneta Kia negra-, por más que en poder de las víctimas había 6000 pesos, nueve tarjetas de crédito y una pulsera de oro que llevaba la mujer.
De todas maneras, fuentes judiciales reconocieron a LA NACION: “Hasta el momento, es poco lo que se ha avanzado en lo que respecta a la dilucidación del doble homicidio, más allá de que a través de las autopsias de los cadáveres fue posible aclarar algunos detalles sobre cómo fueron los hechos”.
Fuentes policiales dejaron trascender que los homicidios habrían sido ejecutadnos por “profesionales del crimen”, al tener en cuenta las características de los hechos, ya que no sólo recurrieron a armas de guerra de gran poder de fuego, sino que no dejaron rastros ni indicios, y sólo un par de vainas servidas.
Esa circunstancia sostiene una línea de investigación basada en una posible venganza. Toman en cuenta el antecedente del médico como procesado en un escándalo de defraudación en 2001 a una obra social con policías bonaerenses involucrados.
La herida que causó la muerte de Favre fue el balazo calibre 9 milímetros que ingresó por el cuello, debajo de la oreja izquierda, con una leve trayectoria de abajo hacia arriba y de izquierda a derecha, cortó el paquete vascular y el proyectil se incrustó en el maxilar inferior.
La autopsia también reveló que la mujer presentaba otros dos disparos: uno en la parte posterior del cráneo, cerca de la nuca, y el restante, en la espalda que rozó la piel y cuyo proyectil fue hallado en el asiento donde estaba el cadáver.
En el caso de Luna, fue ejecutado de dos tiros con una pistola distinta a la que usaron con su esposa: una calibre .45 u 11,25 milímetros, y ambos disparos los recibió por la espalda. Una de las balas quedó alojada en el cráneo, aunque su muerte ocurrió por el disparo que ingresó por la espalda y salió por el tórax entre los músculos pectorales.
Por otra parte, entre los amigos y allegados de la pareja con los que tomó contacto LA NACION, resulta evidente el desconcierto que generó el doble crimen, lo que acompañan con un pedido de justicia.
Para Constanza, instrumentista que durante un par de años trabajó junto a Luna, el cirujano plástico “no solamente fue un médico excelente, sino una gran persona”, por lo que “es mucho el dolor que siento, como para entender mínimamente qué puede haber pasado”.
En tanto, Esteban Luciani, amigo y colega de Luna, no dudó en destacar sus valores profesionales, y al mismo tiempo hizo hincapié: “Resulta incomprensible, no hay respuesta para explicar esta locura”, por lo que reclamó que la Justicia actúe rápidamente, “para que quienes fuimos sus amigos, podamos sentir que podrá descansar en paz”.
María Marta, amiga de la pareja, tampoco salía de su asombro por las características del hecho, y definió a LA NACION a Luna y Favre como “dos excelentes personas, que siempre estaban en las buenas y en las malas”. (La Nación)