Una bomba en el subte bajo Times Square vuelve a poner en alerta a Nueva York


10:00 Un inmigrante legal nacido en Bangladesh detonó un chaleco con explosivos en un túnel peatonal en un centro neurálgico de transporte; actuó inspirado por EI y dejó tres heridos

Por: Rafael Mathus Ruiz
Pudo haber sido una tragedia. Pero al final el último ataque terrorista en Manhattan dejó en el hospital sólo al hombre que quiso sembrar muerte, un “lobo solitario” que, con una explosión, renovó la amenaza latente de la jihad y el carácter de Nueva York como blanco global.

Akayed Ullah, un inmigrante de Bangladesh de 27 años, ex taxista, detonó una bomba casera de “baja tecnología” que llevaba pegada a su abdomen en un túnel atestado de gente del subte de Nueva York cerca de Times Square, una de las zonas más vitales y transitadas de la ciudad, en hora pico de la mañana, según la policía. La explosión hirió de gravedad a Ullah, que quedó inmóvil en el piso y fue arrestado poco después. Otras tres personas sufrieron heridas leves.

Aunque no dejó víctimas fatales, el ataque en la “capital del mundo”, ícono cosmopolita de Estados Unidos, envió un escalofrío por la espalda de los neoyorquinos al transformar en realidad una de las peores pesadillas de muchas de los casi seis millones de personas que utilizan el subte durante la semana.

“Nuestras vidas giran alrededor del subte”, recordó el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, en una conferencia de prensa cerca del lugar del ataque, acompañado de las autoridades de la ciudad y del gobernador, Andrew Cuomo. “Cuando escuchamos de un ataque en el subte, es increíblemente perturbador. Seamos claros: esto fue un intento de atentado terrorista. Gracias a Dios el perpetrador no logró sus objetivos finales”, agregó.

Los terroristas, dijo el alcalde, “anhelan” atacar Nueva York.

El motivo del atentado no fue dilucidado oficialmente. El jefe de la policía, James O’Neill, dijo que Ullah “hizo declaraciones” que podrían vincularlo a Estado Islámico (EI), aunque no lo confirmó. Una fuente de la policía dijo, según la cadena CNN, que Ullah actuó en represalia por los ataques israelíes en la Franja de Gaza, tras los brotes de violencia que ocurrieron luego de que el presidente Donald Trump reconoció a Jerusalén como capital de Israel. Otros medios dijeron que actuó para reivindicar a EI.

Ullah había llegado al país en 2011 con una visa F-43, que se otorga a los hijos de un hermano o hermana adulto de un ciudadano norteamericano, parte de la llamada “inmigración en cadena” que Trump quiere restringir. De hecho, y tal como ocurrió tras el ataque en el que murieron cinco argentinos, a fines de octubre, Trump dijo que el atentado marcaba la necesidad de implementar una política migratoria más estricta.

“Estados Unidos debe arreglar su laxo sistema de inmigración, que permite que demasiadas personas peligrosas e inadecuadamente examinadas tengan acceso a nuestro país”, dijo Trump en un comunicado difundido por la tarde.

“El daño terrible que este sistema defectuoso inflige a la seguridad y la economía de los Estados Unidos ha estado claro durante mucho tiempo. Estoy decidido a mejorar nuestro sistema de inmigración para poner a nuestro país y a nuestra gente primero”, cerró el presidente.

Trump insistió también en pedir las penas “más duras” para los terroristas convictos, incluida la pena de muerte.

El ataque llevó a las autoridades de Nueva York a reforzar la seguridad y a poner el acento en la vigilancia, ante el peligro latente y constante del terrorismo.

“Esto es Nueva York. La realidad es que somos un blanco para muchos que quisieran hacer una declaración contra la democracia, contra la libertad. Tenemos la Estatua de la Libertad en nuestro puerto, y eso nos convierte en un objetivo internacional”, analizó Cuomo.

“Cualquiera puede conectarse a Internet y descargar basura y vileza”, continuó.

Pero, pese a las advertencias sobre la amenaza de los “lobos solitarios”, analistas también remarcaron el hecho de que Estado Islámico está en franco retroceso tras la agresiva campaña desplegada por la coalición internacional que lideran Estados Unidos y Rusia, y que ganó vértigo tras la llegada de Trump a la Casa Blanca, quien dio mayor libertad a los militares para digitar sus ataques. Días atrás, las fuerzas armadas iraquíes anunciaron que habían liberado todo el país y recuperado el control de la frontera con Siria, donde el grupo terrorista también.

Con todo, los ataques se repiten y Nueva York ya sufrió este año dos vinculados al terrorismo internacional.

“Atacan donde viven”, remarcó a LA NACION Trevor Thrall, analista de política exterior y defensa del Instituto Cato, un centro de estudios libertario de Washington. “Cada uno de estos pequeños ataques es peligroso, cuando matan gente son trágicos, como cualquier asesinato. Pero la realidad es que no hay mucho terrorismo en el mundo fuera de las zonas de conflicto. El 99% de los ataques en los últimos años son en zonas de conflicto”, matizó.

Poco después del mediodía, todas las líneas que habían sido suspendido paradas en la estación de la calle 42 -1, 2, 3, 7, N, Q, R, W, A, C, E y el tren que conecta Times Square con la estación Grand Central- habían normalizado el servicio, y regresado al trajín de todos los días. (La Nación)

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