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Escuchas: kirchneristas presos temían que Baratta se arrepintiera

08:00 – Así lo revelan nuevos audios difundidos por La cornisa; exfuncionarios coordinaban recursos contra Stornelli

El escándalo de las escuchas telefónicas que demostrarían que dirigentes kirchneristas estuvieron detrás del armado de la causa del falso abogado Marcelo D’Alessio con el fin de perjudicar las denuncias de corrupción que involucran a Cristina Kirchner sumó ayer otro capítulo con la revelación de nuevas conversaciones.

Las transcripciones y audios que trascendieron anoche en el programa La cornisa, de América, muestran el temor que existía en el kirchnerismo de que el exfuncionario Roberto Baratta pudiera arrepentirse y contar la trama de corrupción durante las administraciones de Néstor y Cristina Kirchner.

En una de las conversaciones, Baratta le comenta con molestia al exfuncionario Carlos Zelkovicz que el exembajador Eduardo Valdés le hizo llegar, por otro detenido, la preocupación por la posibilidad de que se pudiera sumar a la lista de arrepentidos.

“Supuestamente tu vecino se lo expresó a Valdés (…) y Valdés se lo comentó a Schiavi para que me lo comente a mí”, se queja Baratta.

En ese momento, Zelkovicz lo tranquiliza y manifiesta su confianza en que Baratta nunca hablaría. “El tema es que todo el mundo confía en que vos te vas a quedar callado eternamente”, afirmó el exfuncionario.

Baratta no solo confirma su lealtad, sino que confiesa su intención de apuntar contra un importante empresario. “Exactamente, yo ya les dije que con lo de Rocca di muestras de que no”, sentencia quien fue la mano derecha de Julio De Vido en el Ministerio de Planificación.

“Si los días se alargan tengo que ir contra alguien más, que lo tengo elegido: al cordobés Roggio, ¿no?”, agrega Baratta, anticipando que podría apuntar sus acusaciones contra empresarios y no contra funcionarios de las administraciones kirchneristas.

En una segunda conversación, Baratta se dirige a Claudio “el Mono” Miniccelli, cuñado de De Vido, haciendo catarsis por el inminente arrepentimiento de Víctor Manzanares, contador de la familia Kirchner.

“¿El ‘árbol podrido’ volvió?”, pregunta Baratta. “Sí, está acá, tiene todo preparado para irse”, responde Miniccelli, antes de comentar que, por el acuerdo de colaboración, al contador le habían “bajado” la prisión preventiva. “Sí, boludo, le va a salir. Está sacando el juego, boludo. Es un pelotudo”, se queja Baratta.

En otra conversación, del 9 de febrero último, se puede leer cómo Baratta le pide a Schiavi que se sume a la estrategia para apartar de la causa al fiscal Carlos Stornelli, al que se refieren con motes como “extorsionelli”.

“Empezá a hablarlo con Beraldi y Rusconi [abogados de Cristina Kirchner y De Vido] y con los que ya conocés, me parece que tenés que hacerlo urgente, no puede seguir al frente de la causa un tipo al cual se encontró recibiendo guita y que te extorsionó a vos, que lo extorsionó a Silvestroni”, aconseja Baratta a Schiavi.

En un momento, Schiavi plantea sus dudas sobre quién podría realizar al planteo, a lo que Baratta le contesta: “El que no lo quiera hacer que levante la mano y que diga que no lo quiere hacer, entonces sabemos que ese es socio de ?extorsionelli'”.

Una cuarta escucha confirma la atención con que en el kirchnerismo seguían los avatares de la causa iniciada en el juzgado de Dolores y que apuntaba al fiscal. (La Nación)

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