Cristina Kirchner lo dejó muy claro: va a marcar los límites de la política económica de Martín Guzmán

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Cristina Kirchner: “No podemos pagar la deuda, no tenemos la plata”

Según publica Clarín El pedido de los senadores para que los desembolsos del FMI no se usen para pagar deuda es un paso más en la influencia de la vicepresidenta, que ya puso el techo a la suba de las tarifas.

Por: Ignacio Miri

Como si no tuvieran ya indicios de que el intento por desplazar a Federico Basualdo de la subsecretaría de Energía Eléctrica no quedará impune, Alberto Fernández y Martín Guzmán recibieron una advertencia formal y con valor fedatario de parte de Cristina Kirchner. En esa comunicación, enviada el jueves por medio del Senado, la vicepresidenta les avisó al Presidente y a su ministro de Economía que usará su veto contra las medidas de Gobierno cada vez que lo crea necesario.

El tema que le llamó la atención a Cristina fue, una vez más, la negociación con el Fondo Monetario Internacional que encabeza Guzmán para recibir un nuevo préstamo que le permita cancelar el que tomó Mauricio Macri y extender de esa manera los plazos de pago.

Ya quedó suficientemente claro que Cristina no quiere que Guzmán firme ese acuerdo, al menos durante este año. La vicepresidenta sigue considerando como inaceptable la imagen de las misiones del FMI llegando a la Argentina para monitorear los números de la economía local, como hace todos los años el organismo en los casi 200 países que lo integran.

Cristina ya decidió que plantará guías rectoras en el programa económico de Guzmán para evitar la influencia de los economistas del Fondo.

Esas guías están destinadas, en principio, a evitar los aumentos de tarifas de los servicios públicos. Ya se sabe que la electricidad y el gas tendrán aumentos simbólicos que serán licuados en dos meses, o menos, de inflación, y que los pasajes del transporte público seguirán en niveles tan bajos que resulta más caro cobrarlos que liberar los molinetes.

Este jueves, con la iniciativa que mandó a votar la vicepresidenta en el Senado para recomendar que el giro que enviará el FMI a la Argentina no sea usado para cancelar vencimientos de la deuda con ese organismo, también quedó en evidencia que Cristina no está dispuesta a seguir siendo observadora pasiva en las reuniones que mantendrá Guzmán la semana próxima en Europa, un  viaje que les servirá al Presidente y también a su ministro para fortalecerse con las fotos junto a los líderes europeos.

Si es que quiere seguir en su cargo, el ministro deberá aprender a consultar los avances en las negociaciones con el FMI y también sus propias decisiones en Economía con el interlocutor que le designe la vicepresidenta: Cristina ya avisó con bastante claridad que un ministro no puede ir en contra de las decisiones de la jefa política del Frente de Todos.

Para evitar la furia de la vicepresidenta, el ministro tendrá que refugiarse bajo el brazo del Presidente. Su problema, ahora, es que dejó de ser el ministro de la alianza de Gobierno para convertirse en el ministro de Alberto Fernández. Eso, como ocurre en cualquier coalición, le generará costos a su protector, que tendrá que defender como propias las medidas de su funcionario, no sólo ante la oposición, los empresarios o el FMI, sino también ante los socios del Frente de Todos, o, mejor dicho, ante la socia. (Clarín)

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