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LA MALA COSTUMBRE DE LLENAR LA MUNICIPALIDAD DE EMPLEADOS, EN CADA GESTIÓN Y SIN DISTINCIÓN DE PARTIDO

Sorpresas y malas juntas: Los kirchneristas y los nuevos kirchnerizados

(Por: Rubén Lasagno) – Hoy en Fm News en el programa “Contracara” le hicieron una entrevista al titular del SOEM Pedro Mansilla y hubo un detalle realmente llamativo a resaltar; el dirigente pidió un minuto para agradecer al intendente Pablo Grasso, por el acto realizado en la sede del SOEM donde se anunció el “pase a planta” de 42 empleados que, según Mansilla, estaban “colgados” desde que ingresaron en el final de la gestión del ingeniero Roberto Giubetich (UCR), anterior intendente de Río Gallegos.

El primer llamado de atención que produjeron las palabras del dirigente municipal, es la falta de conciencia, tanto de los funcionarios, intendentes y/o dirigentes gremiales, sobre la necesidad de achicar el Estado o al menos no seguir metiendo gente dentro de su estructura, debido a que ello implica, mayor déficit institucional, recorte de beneficios generales y reparto cada vez mayor, de una cada vez menor porción de la misma torta.

Un principio básico de las proporciones ejemplificada gráficamente, indica que si tenemos una torta dividida en 10 partes pensadas para satisfacer a 10 comensales y a la misma la dividimos en 20 partes, cada comensal podrá satisfacer la mitad de sus necesidades alimenticias y si la repartimos en 40 partes, obtendrán la mitad de esas 20 porciones y así sucesivamente, se irá reduciendo la porción de cada comensal, a medida que sigamos dividiendo la torta en partes más pequeñas.

Esto implica que el presupuesto municipal se achica cuando más personal se incorpora y de allí (entre otras cosas que se suman al déficit municipal) que los aumentos de sueldos no puedan ser satisfechos, faltan fondos para insumos, ropa, material de seguridad o el pago de horas extras y beneficios a los trabajadores que realmente hacen esfuerzos especiales en sus tareas.

El municipio de Río Gallegos con algo más de 110 mil habitantes, tiene alrededor de 5.000 empleados municipales. En el censo que se hizo en el año 2019, la comuna contaba con 3.950 en la comuna y 450 en el Concejo Deliberante. Se estima que en los últimos 8 años hubo un incremento de personal de no menos del 18%. No existe información oficial al respecto y una de las formas de esconder la realidad, es silenciar la información, los datos y la transparencia.

Las 46 personas ingresadas a planta permanente en la municipalidad de Río Gallegos, tal como lo dijo Mansilla, ingresaron en la gestión del anterior intendente. Giubetich es quien a su vez y bajo presión del propio SOEM, nombró en planta permanente a muchos más, incluyendo al personal del SIPEM, el más rezagado de todos, que es contratado en condiciones muy precarias y que cuando pasan a planta a un grupo de ellos, el municipio vuelve a tomar a otro grupo de jóvenes en condiciones de contratos precarios, quienes más adelante serán ingresados a planta.

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Roberto Giubetich exintendente de Río Gallegos (UCR) –

Esto se conoce como “capas de cebolla”, aludiendo a la estratificación de empleados que entra contratada con una administración y terminan quedando definitivamente en planta. Esto mismo ocurre en la Cámara de Diputados y en el Congreso nacional cuando diputados, concejales, senadores, etc, traen a sus colaboradores y cuando se van, son incorporados a planta. Así es como se agranda el Estado y proporcionalmente se achica “la torta.

En la entrevista, el dirigente del SOEM reconoció al aire que los jóvenes al no tener trabajo genuino, recurren a la municipalidad y ésta se ve obligada a tomarlos. Esta teoría de Mansilla es deliberadamente populista y con un sesgo identificado con el kirchnerismo, un partido que hizo del empleado público, la principal industria en Santa Cruz y a nivel nacional, cada vez que tuvieron (como ahora) el poder en sus manos.

Pedro Mansilla teorizó sobre lo que llamó “la matriz laboral” y en su crítica, atacó prácticamente a la actividad privada de no crear fuentes de trabajo y cometió el error conceptual de no atacar la política kirchnerista que hace 30 años en Santa Cruz no ofrece la mínima salida laboral en al provincia, excepto la esperanza de trabajar en el Estado, por cuanto Santa Cruz es prácticamente una provincia inviable para instalar industrias, fábricas o empresas debido a la falta de políticas desarrollistas y una presión tributaria excepcional, lo cual genera una falta oportunidad para la población.

Por el contrario, Mansilla valoró y reconoció la actitud del Intendente Pablo Grasso, por haber expresado en un acto político (como corresponde) el anuncio del pase a planta de 42 compañeros. Es inseparable de todo esto, la lectura política partidaria y de campaña, toda vez que para llegar a esta instancia de la incorporación, el SOEM no necesitó hacer piquetes ni reclamar en la puerta del municipio, como sí sucedía con los intendentes de Radicales.

La G de Pablo Grasso en el edificio de la municipalidad de Río Gallegos - Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz
Pablo Grasso instalo su logo partidario en todos los sectores del municipio de Río Gallegos

Esto, sin que se pueda considerar un pecado o que las conquistas solo se deban conseguir “a los pechazos”, da la sensación de que la relación partidaria de Mansilla con la patronal, en este caso el Intendente Grasso del FPV, ha facilitado mucho el acuerdo para incorporar gente, lo cual suele ser resistido por los intendentes, debido a la erogación de fondos todo eso lleva implícito.

Quizás todo se explica si tenemos en cuenta la cercanía de la campaña política del oficialismo, donde la adopción de una medida como ésta es siempre simpática y sumadora de votos; la cercanía política del propio Secretario General del SOEM que jugó políticamente dentro del partido oficialista en las elecciones 2019 y finalmente, nunca un sindicato se ha negado a sumar afiliados a su estructura, lo cual agrega más poder, amplía los fondos mensuales que recibe y lo utiliza en el discurso, como una conquista. 

Todos ganan, menos la comunidad y el municipio como institución, quien año a año debe incrementar porcentualmente los impuestos y las tasas que pagan lo vecinos con gran esfuerzo y privaciones, solo para sostener un déficit creado a imagen y semejanza de intendentes, sindicato y concejales que jamás piensan en la sociedad, sino en si mismos, en parientes, amigos y militantes. Esta es una teoría populista pura: repartir las pérdidas entre la sociedad y cuando hay ganancias, hacerlas propias.

De no ser así, no podría existir un municipio como el de Río Gallegos con casi 5.000 empleados o uno como Caleta Olivia con más de 6.000, con menos habitantes aún que esta capital, solo por nombrar algunos de las comunas superpobladas, por decisión política de unos pocos, en detrimento de la mayoría. (Agencia OPI Santa Cruz)

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2 COMENTARIOS

  1. Y sumen los funcionarios que nombra con derecho a quedar en planta permanente con la misma categoría.- Eso no solo achica la torta, que en realidad crece y crece con fondos que cubren déficit del Estado, sino que aumenta el deficit de las cajas de seguridad social.- Todo es corrupción y es lo que le gusta a la gente.-

  2. Hace poco se realizó un censo del personal de la municipalidad de C. Olivia. Nunca se supo los números de dicho censo, está claro que sobrepasan los 6000 empleados y ni hablar de los contratados esto es inviable y en algún momento explota.

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