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Las bolsas del mundo vuelven a caer y se disparan los precios de la energía

Mientras evalúan más sanciones, como la de prohibir las importaciones de petróleo ruso, el petróleo brent roza un máximo desde 2008.

Las bolsas europeas alcanzaban el lunes sus mínimos de un año, con el principal índice de referencia alemán apuntando a la confirmación un mercado bajista. Los números rojos se deben este lunes a que los países occidentales están considerando una prohibición de las importaciones de petróleo ruso, lo que aumenta las perspectivas de mayores riesgos inflacionistas y de ralentización del crecimiento económico.

El índice paneuropeo Stoxx 600 caía un 2,4%, mientras que el Dax alemán cedía un 3,7%, con lo que registra una caída de más de 20% desde el máximo histórico registrado del pasado 5 de enero.

Las fuertes subas de los gigantes mineros y energéticos de Londres contenían parcialmente las pérdidas del FTSE 100, que cedía un 1,1%, mientras que el CAC 40 francés y el FTSE MIB italiano perdían un 3,4% y un 2,9%, respectivamente.

Los precios del crudo Brent se acercaban a los US$ 130 por barril, su máximo desde 2008. Los precios suben con fuerza tras los dichos del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken. El funcionario dijo que EE.UU. y sus aliados europeos están estudiando la posibilidad de prohibir las importaciones de petróleo ruso.

Sin embargo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se mostró más cauta y evitó mencionar el domingo la prohibición de las importaciones, dado que Rusia suministra el 40% del gas que se consume en la UE.

Los valores europeos de petróleo y gas subían un 3,4%, mientras que las mineras ganaban un 3,7%, siendo los únicos sectores que cotizaban en positivo.

A la cabeza de las pérdidas, los minoristas, los fabricantes de automóviles y los bancos caían entre un 5% y un 4,7%.

La situación en Ucrania también provocó que el oro, el activo de refugio por excelencia, se disparara por encima de los US$ 2.000 la onza el lunes por la mañana, alcanzando su nivel más alto desde septiembre de 2020.

Los europeos estudian dejar de comprar gas y petróleo de Rusia

Los países de la Unión Europea (UE) estudian como una de las opciones de un futuro tren de sanciones a Rusia dejar de comprarle gas y petróleo, pero tomar esa decisión estaría condicionada a la unidad de sus miembros, según la presidencia francesa del Consejo Europeo.

“Todas las opciones están encima de la mesa”, afirmó este lunes el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, en una entrevista al canal BFMTV cuando se le preguntó por esa posibilidad.

Aunque no quiso entrar en las medidas que se podrían decidir, insistió en que la eficacia de las sanciones depende de “si se toman con unidad europea” y en que hay que tener en cuenta que “algunos países son más dependientes del gas ruso que otros”.

En concreto, recordó que mientras la dependencia de Francia es relativamente baja, del 20%, en Alemania un 60% del gas que se consume procede de Rusia y en otros países como Finlandia es el 100%.

El ministro subrayó que en el ejercicio este semestre de la presidencia de la UE Francia tiene la responsabilidad de “preservar esta unidad europea”.

Y a los llamamientos de Washington para cortar esas importaciones, que alimentan en divisas la economía rusa, Le Maire replicó que Estados Unidos “no importa un solo gramo de gas ruso”. De hecho, es exportador y uno de los potenciales suministradores de la UE para sustituir a Rusia.

La cuestión de un nuevo tren de sanciones estará en la agenda de la cumbre europea informal que organiza Francia los próximos jueves y viernes en Versalles.

Le Maire dijo que su Gobierno contempla aumentar los dispositivos de ayuda para que la población pueda amortiguar el impacto de la escalada de los precios de la energía, pero de forma selectiva para los grupos más frágiles.

“Ningún país europeo ha hecho tanto”, afirmó, antes de señalar que las medidas adoptadas hasta ahora, en particular la limitación de las subidas del gas y de la electricidad, tienen un costo ya de “más de 20.000 millones de euros”.

El ministro descartó la reapertura de la central nuclear de Fessenheim, cerrada en 2020, pero dijo que habrá que adaptarse para conseguir la independencia energética, y eso significa también que los consumidores “presten más atención”. (Clarín)

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