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El Papa expresó su “dolor” por los ataques de la dictadura de Ortega a la Iglesia de Nicaragua

El Papa advirtió del peligro de convertir a la Iglesia en un partido político o una empresa

Según publica La Nación Por primera vez hizo referencia a la situación tras la detención de varios sacerdotes y un obispo; llamado al diálogo.

El papa Francisco expresó su preocupación por la situación en Nicaragua, donde la policía detuvo a varios clérigos católicos –entre ellos, un obispo– que se mostraron críticos del gobierno del presidente Daniel Ortega.

Francisco hizo sus primeros comentarios sobre la crisis en el país de América Central, donde en los últimos meses la dictadura de Daniel Ortega detuvo a varios sacerdotes y otros religiosos partieron al exilio, ante peregrinos y turistas en la Plaza de San Pedro para su bendición semanal.

El Papa, que no mencionó específicamente la detención del obispo Rolando Álvarez de Matagalpa, en el norte del país, dijo que seguía la situación en Nicaragua “con preocupación y dolor” y pidió oraciones por el país.

La detención de Álvarez y de un número desconocido de sacerdotes se produjo en medio del empeoramiento de las tensiones entre la Iglesia y el régimen del clan Ortega, que ya había embestido contra la oposición, con el arresto de la mayoría de los candidatos presidenciales el año pasado, y contra la prensa.

“Quisiera expresar mi convicción y mi deseo de que por medio de un diálogo abierto y sincero se pueden encontrar las bases para una convivencia respetuosa y pacífica”, dijo el Papa.

Condenas

Muchas de las conferencias episcopales del mundo, incluida la de la Argentina y la de Italia, están lanzando llamamientos para que se garantice la libertad de culto.

Los ataques contra sacerdotes y religiosos comenzaron en abril de 2018, en el contexto de una profunda crisis social y política. “También se cancelaron los permisos de residencia de sacerdotes extranjeros y se expulsó a 101 grupos caritativos”, informó el director de la fundación católica ACS-Italia, Alessandro Monteduro.

“En este clima opresivo, la acusación que se está trasladando a la Iglesia Católica es intentar una reconciliación entre el gobierno y la oposición. Se ha convertido en blanco de ataques y represalias también por haber dado cobijo en sus edificios a manifestantes que exigían la liberación de los presos políticos”, amplió Monteduro.

Antes del allanamiento de la madrugada del viernes, las autoridades nicaragüenses habían acusado al obispo de incitar al odio y la violencia.

La Policía Nacional confirmó las detenciones y dijo que el operativo se realizó para que la ciudadanía y las familias de Matagalpa recuperen la normalidad. No citó cargos específicos.

“Durante varios días se esperó con mucha paciencia, prudencia y sentido de responsabilidad una comunicación positiva del Obispado de Matagalpa, que nunca llegó a darse”, dijo la Policía Nacional en un comunicado el viernes. “Al persistir las actividades desestabilizadoras y provocadoras, hizo necesario el citado operativo de Orden Público”, agregó.

Álvarez estaba con detención domiciliaria en Managua y se le permitió reunirse con familiares y el cardenal Leopoldo Brenes, según el comunicado de la policía, que no nombró a los sacerdotes que fueron detenidos.

Álvarez ha sido una voz religiosa clave en las discusiones sobre el futuro de Nicaragua desde 2018, cuando una ola de protestas contra el gobierno de Ortega condujo a una amplia represión contra los opositores.

Represión

La dictadura arrestó a decenas de líderes de la oposición el año pasado, entre ellos siete posibles candidatos presidenciales. Fueron condenados a prisión este año en juicios rápidos cerrados al público. Ortega sostiene que las protestas a favor de la democracia se llevaron a cabo con respaldo extranjero y con el apoyo de la Iglesia Católica.

Durante las protestas sociales de 2018, que fueron reprimidas violentamente por la policía, el gobierno sandinista acusó a la Iglesia de alentar un fallido golpe de Estado para desestabilizar al régimen. Ortega incluso dijo que los obispos son “terroristas” y “demonios con sotana”.

En marzo, Nicaragua expulsó al nuncio papal, que es el principal diplomático del Vaticano en Nicaragua. El gobierno nicaragüense también cerró ocho radioemisoras en la provincia de Matagalpa, siete de ellas de la Iglesia Católica.

Voceros del gobierno acusan a Álvarez de “hacer política” en sus sermones. Lo mismo afirman del obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, que en 2019 fue transferido al Vaticano por orden del papa Francisco, tras divulgarse supuestas amenazas de muerte en su contra.

La revuelta social de 2018 dejó 355 muertos, más de 2000 heridos y 100.000 exiliados, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La oposición asegura que son más de 190 los opositores que permanecen en prisión desde entonces, decenas de ellos arrestados en 2021. (La Nación)

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