Si lo que tiene electoralmente el kirchnerismo se reseña en Cristina, Wado, Máximo y Massa, es demasiado poco para ganar y mucho para pasar vergüenza

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(Por: Rubén Lasagno) – La calidad de los políticos en un país define, en cierta manera, a la sociedad que los contiene elige y selecciona como administradores con vencimiento, de su vida colectiva. 

Desde que volvió la democracia, tenemos sobrada experiencia en equívocos aberrantes a la hora de promover candidatos en las urnas y así hemos ido degradando nuestra estrecha capacidad de selección y nos hemos degradado como país.

Después de tres años en el gobierno y 16 en el poder a nivel nacional, el kirchnerismo no ha podido o no ha sabido construir poder real, que le proporcione la continuidad de su sistema populista declinante en el poder. Sus planes eran otros. 

Sergio Massa junto Alberto Fernández - Foto: NA
Sergio Massa junto Alberto Fernández – Foto: NA

Néstor había planificado la continuidad de su movimiento y una especie de “toma y daca” con su esposa, metodología de posta política con la cual el sureño soñaba con retener el poder por más de 30 años y romper el record nacional, refractando el modelo feudal de Santa Cruz, donde su régimen impera desde hace 32 años.

La falta de “cuadros” dentro del FPV, ha llevado a este verdadero “cuello de botella” donde el actual gobierno se encuentra sin candidatos potables y fuertes para resistir la embestida eleccionaria de este año, aún ante una oposición debilitada, partida y desorientada que como en el oficialismo, se debate en una guerra de egos y personalismos egoístas dentro de su propia estructura.

Por ese motivo, la representación del denominado Frente de Todos, que es de uno solo, Cristina Fernández y su Armada de Brancaleone, ha quedado reducida a personajes poco lúcidos, de baja estima popular, con alta imagen negativa y una necesidad indeclinable de permanecer en el poder, por diversas razones, pero especialmente para asegurar su impunidad y seguir haciendo caja a fin de sostener las carísimas estructuras de La Cámpora, los mal denominado “dirigentes sociales” y la caterva de planeros que son “la reserva militante” y amigos sindicalistas, las que CFK y su hijo sueñan utilizar para condicionar a otro gobierno, que no sea el de ellos.

Pero chocan con la realidad, única verdad que no mancha el relato. Cristina Fernández, condenada por corrupción, Máximo Kichner quien ha demostrado no tener condiciones para liderar nada y además, sobre quien se ciñen serias sospechas de que puede seguir el destino de su madre ante la justicia y Wado de Pedro, un lastre que pretenden autoconstruir de la nada y venderlo como un todo, dejan al Frente para la Victoria con un solo “as en la manga”: Sergio Massa, el ambivalente político que iba a meter presos a los ñoquis de La Cámpora y quien decía no haber llegado a la política por el dinero que robaron sus padres (en alusión a Máximo Kirchner).

Pero Massa, quien como economista es un buen abogado, aún con los esfuerzos inútiles por reflotar la economía que ellos mismos hundieron, no remonta un solo voto positivo en el mapa argentino, a menos, claro, que sea capaz de realizar un milagro, cosa que por el momento vemos difícil, no solo por la incapacidad que tiene para resolver los problemas económicos sino (y básicamente) porque ni cerca está de ser un Santo.

Dicho esto, concluimos que si CFK, Máximo, Wado y Massa son las cartas que tiene el gobierno para reeditar su desastre, a lo cual debemos sumar los tres años de la horrible experiencia política de la vicecondenada con su ensayo albertista, está claro que el kirchnerismo/cristinismo/FPV o como se llame, padece de un raquitismo propositivo tan grande que las urnas del 2023 son un fracaso anunciado para sus aspiraciones políticas inmediatas.

Como indico en el título, estos personajes son poco para ganar y mucho para pasar vergüenza. Sin embargo, esto es la Argentina, un país cuya clase dirigente es deplorable por donde se la mire, pero es un producto social y no por casualidad, sino por el voto de la propia sociedad, los que están hoy ya estuvieron y los que se fueron haciendo desastres, aparecen hoy como la opción venidera.

Clave es recordar la frase de Albert Einstein que dice “locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes” y en Argentina parece que nos esforzamos por romper esa regla y demostrar lo contrario, ya sea para contradecir a Einstein o porque somos locos que apostamos de manera recurrente a los mismos errores, pretendiendo que los verdugos de nuestra desgracia, nos pueden rescatar de las propias miserias donde nos sumieron en tan pocos años de democracia. (Agencia OPI Santa Cruz)

5 COMENTARIOS

  1. Excelente reflexión, un acertado compendio de dificultades que tiene este gobierno para postular a cualquiera de estos inútiles en este año 2023

  2. Siempre creí que Massa era un hombre de palabra pero cuando pegó el salto al kirchnerismo se terminó la novela. No le pondría un voto ni que fuera la única opcion

  3. Se pueden conocer los proyectos de ley que presentó este diputado que tan caro nos cuesta?
    Se pueden conocer sus asistencias?
    Se pueden ver sus aportes de ideas al congreso de la nación?
    O ahí también hace lo que le dicen los vivos que lo manejan como títere y se llevan puesto al sindicato.
    Este inculto quiere ser gobernador?
    Quien le hizo creer que está capacitado?
    Que sabe hacer ?
    O

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