El incremento del salario mínimo se basó en los valores vigentes hasta junio, que eran de 87.987 pesos. La reunión estuvo precedida por una protesta de grupos piqueteros que se movilizaron hacia el Ministerio de Trabajo, manifestando su descontento y exigiendo un aumento del salario mínimo de emergencia de 200.000 pesos.
La CTA Autónoma también se manifestó en la avenida Alem, en el Bajo porteño, criticando la reunión virtual del Consejo del Salario y sugiriendo que el aumento de los salarios y la imposición de impuestos a las grandes empresas exportadoras y financieras podrían solucionar el déficit.
En la primera mitad del año, el salario mínimo experimentó un incremento del 42% frente a una inflación que alcanzó el 50,7% después de la publicación del IPC de junio. Esto representa una pérdida del 6% en relación a la inflación del primer semestre. Si se compara con la Canasta Básica Alimentaria (CBA), utilizada por el INDEC para calcular el índice de pobreza, la caída rondaría el 9%.
Según la Ley de Contrato de Trabajo, el Salario Mínimo, Vital y Móvil tiene tres características fundamentales: ser la remuneración mínima en efectivo que el trabajador sin cargas de familia debe percibir por su jornada laboral, asegurarle una vida digna que incluya alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte, esparcimiento, vacaciones y cobertura previsional, y ajustarse periódicamente según las variaciones del costo de vida.
El aumento del salario mínimo, aunque aprobado, ha generado controversia y críticas por parte de diferentes sectores, evidenciando la preocupación por el impacto de la inflación y la necesidad de garantizar un nivel de vida digno para los trabajadores. (Agencia OPI Santa Cruz)
Con información de NA
