El Gobierno argentino busca instalar la idea de que la inflación se está desacelerando, pero datos recientes sugieren que los precios de alimentos y bebidas continúan siendo un desafío para los hogares. Según un informe de la consultora LCG, la primera semana de marzo registró una inflación del 3,6% en este rubro, con un aumento del 2,3% respecto a la semana anterior. Esto indica que, a pesar de cierta desaceleración, los precios siguen siendo una carga significativa para los bolsillos de los argentinos.
Los productos lácteos y huevos, las frutas, las comidas listas para llevar y las verduras fueron algunos de los alimentos con mayores incrementos durante esta semana. Ante esta situación, el ministro de Economía, Luis Caputo, convocó a representantes de empresas alimenticias y expresó su preocupación por los precios que considera excesivos en relación con la evolución del dólar.
Caputo destacó que muchas empresas han comenzado a reducir los precios a través de promociones como descuentos en la segunda unidad o la modalidad 2×1. Sin embargo, tanto él como el presidente Javier Milei señalan que estos descuentos no son captados adecuadamente por el INDEC debido a su método de medición por unidad.
El economista Martín Kalos de la consultora EPyCA explicó que los precios de alimentos tienden a acelerarse al inicio de cada mes debido al comportamiento de las empresas que esperan hasta esa fecha para ajustar sus precios. Además, señaló que la inflación en alimentos está influenciada por múltiples factores, no solo por la devaluación del dólar.
Por otro lado, la consultora Equilibra menciona que factores estacionales como Semana Santa pueden influir en la inflación de marzo, especialmente en alimentos como pescado y chocolate. Aunque los datos de inflación en febrero en la ciudad de Buenos Aires son alentadores para el gobierno, que registró un aumento del 14,1%, Milei sostiene que el costo de vida a nivel nacional ha aumentado un 15%. (Agencia OPI Santa Cruz) Con información de NA
