El reciente anuncio del influencer Daniel Parisini, conocido como “El Gordo Dan”, sobre la creación del “brazo armado” de La Libertad Avanza (LLA), generó un revuelo mediático que incomodó a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. La funcionaria, figura clave del círculo presidencial, expresó su descontento por la inoportunidad del anuncio, considerando que el Gobierno atravesaba un momento de buenas noticias económicas con una baja inflación y un desplome en el riesgo país.
“¿Para qué levantar el perfil?”, fue la reflexión atribuida al entorno de Karina Milei, quien ha sido la principal mediadora entre el Ejecutivo y los grupos libertarios más jóvenes. Este episodio no es el primero en el que la funcionaria pide mesura a los militantes digitales que responden al asesor presidencial, Santiago Caputo. Sin embargo, en esta ocasión, fuentes oficiales señalaron que el anuncio fue más bien un exceso de los jóvenes libertarios, dejando a Caputo al margen de la polémica.
El lanzamiento de la agrupación juvenil “Las Fuerzas del Cielo”, realizado el pasado sábado en San Miguel, contó con la participación de figuras como el diputado bonaerense Agustín Romo, el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, y otros referentes del espacio libertario. Aunque inicialmente se consideró la asistencia de Karina Milei, finalmente esta no pudo participar por cuestiones de agenda, lo que, según allegados, evitó un potencial daño mayor a la imagen del Gobierno.
El enojo de Karina Milei se intensificó por la presencia de funcionarios y legisladores en el acto, lo que complicó atribuirle la responsabilidad exclusivamente a Parisini, quien, a pesar de su fidelidad a la causa, no ocupa un cargo público. Aunque algunos en Casa Rosada intentaron suavizar la polémica destacando la capacidad intelectual de Parisini, el episodio derivó en un llamado de atención a los miembros de “Las Fuerzas del Cielo”.
La secretaria general, en línea con su estrategia de control y disciplina, busca evitar acciones que puedan desbordar los límites discursivos permitidos, especialmente con las elecciones legislativas de 2025 en el horizonte. Este incidente se suma a una serie de errores previos cometidos por los jóvenes libertarios, desde celebraciones apresuradas de despidos hasta controversias internacionales mal gestionadas, que han puesto a varios militantes digitales en la mira de Karina Milei.
El mensaje fue claro: en un momento donde el Gobierno busca consolidar su narrativa de éxito económico, no hay espacio para declaraciones fuera de lugar que puedan generar divisiones internas o polémicas innecesarias. La aclaración de que el “arma” mencionada por Parisini era un celular no logró desactivar el malestar en el núcleo presidencial. (Agencia OPI Santa Cruz)