En YCRT no funcionó la seguridad ni el protocolo de evacuación. Nadie asumió la responsabilidad hasta el momento y los sindicatos no abrieron la boca

El accidente ocurrido anoche en YCRT se debió al desprendimiento de un planchón de carbón mientras se realizaban tareas de avance del equipo de preparación secundaria en el chiflón 7/6 bis donde fue afectado Joel Gálvez al ser golpeado en la cabeza produciéndole traumatismo de cráneo del cual lo están tratando de recuperar en el Hospital Regional de Río Gallegos, donde fue evacuado.

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OPI está investigando los motivos y las actividades anteriores y posteriores al accidente producido anoche y los testimonios recogidos dentro del personal del yacimiento, los cuales concuerdan que fallaron los sistemas de seguridad del yacimiento y el protocolo de evacuación que debe cumplirse en estos casos.

El primer problema que hubo fue la evacuación del asistido, dado que no estaba liberado el camino de acceso (seguridad primaria), ya que la vía debe estar libre de obstáculos para facilitar la entrada y salida de los equipos de emergencia y se encontraba obstruida por máquinas y elementos que no deberían haber estado allí.

El segundo problema fue la falta de aplicación del protocolo de seguridad por parte de la empresa, donde, además, falló la comunicación interna. Cualquier hecho de este tipo que ocurra dentro de mina, activa un protocolo por el cual todo el personal en labores dentro de misma, debe evacuar inmediatamente los lugares de trabajo y en este caso, según los testimonios recogidos, “ni siquiera los que estábamos cerca del equipo de recuperación sabíamos lo que ocurría. Ni hablar de otros sectores y en otras galerías donde ignoraban totalmente lo que estaba ocurriendo en el tope de mina”, le dijo a OPI uno de los trabajadores que se encontraba anoche en interior de mina.

Otro minero entrevistado por esta Agencia, dio cuenta de un hecho similar ocurrido en el mes de enero cuando siete operarios estuvieron en peligro al derrumbarse una “campana” o “corona” cuando un personal jerárquico hizo un movimiento equivocado con una máquina y produjo un pequeño derrumbe que podría haber terminado en tragedia. Debido a este incidente la gente de Producción hizo un paro hasta que el responsable de manejar el equipo fue desplazado de ese lugar, sin que los gremios o la propia empresa hayan hecho público el suceso.

Dos semanas atrás, otro operario se electrocutó al rozar lo que se denomina “botella de mina” o “botella de leyden”, una especie de condensador de electricidad distribuida en el interior de la mina de carbón que poseen “tensión viva” (alto voltaje), con la cual tuvo contacto el trabajador que se encuentra recuperándose de las lesiones y quemaduras en una mano. Otro caso cuya trascendencia se evitó desde la propia empresa, da cuenta de un accidente en el cual un trabajador perdió dedos de una mano y tampoco se hizo público, por obvias razones. Los gremios tan activos en muchas circunstancias del yacimiento, no han aparecido con el mismo énfasis en estos casos.

¿Qué ocurrió anoche en la mina?

OPI reconstruyó lo ocurrido anoche en el chiflón 7/6 bis, en base a testimonios de los trabajadores, para entender sin mayores detalles técnicos que no vienen  al caso, cómo y de qué manera se produjo el accidente del joven minero Joel Gálvez, que podría haberle costado la vida tanto a éste minero como a muchos de los que en ese momento cumplían tareas en interior de mina.

El problema ocurrió en un frente donde sacan carbón y se denomina “tope de mina” que, como lo indica el término, es el final del túnel (fondo de mina) donde se encuentra la pared del cerro.

Alli estaban operando simultáneamente nueve operarios de mecánica, veinte de recuperación, explotación, preparación primaria y secundaria. Toda esta gente trabajando en un mismo punto, es desaconsejable, por la cantidad de vibraciones que se producen con motivo del funcionamiento de las maquinarias, las cintas, el movimiento de suelo y todo el laboreo minero en un mismo lugar.

Los entendidos en el tema, aseguran que es precisamente allí, en el tope de mina, donde la pared del cerro se encuentra descubierta y lo que técnicamente se denomina “campana”. En ese lugar, las vibraciones afectan la pared de tal manera que anoche, se produjo el desplazamiento de un planchón de carbón, el cual terminó golpeando la cabeza del operario.

Sobre las razones que han permitido o posibilitado que pasen estos sucesos de tanta gravedad para la vida dentro de la mina, apuntaron casi con exclusividad a la falta de planificación, mucha improvisación, falta de actualización operativa e impericia. En segundo término aludieron a la falta de inversión necesaria para hacer frente al desgaste, fortalecimiento, reparación, provisión y sustitución de los elementos de laboreo minero y los sistemas de seguridad.

“La descoordinación que hay en el yacimiento es grave y lo más evidente es lo improvisados que son en esta Intervención y está dado en la falta de funcionamiento efectivo del protocolo de evacuación que no se activó a tiempo y conforme a la contingencia”, le reseñó a OPI quien a su vez remarcó serias fallas en las comunicaciones internas y la exposición a una tragedia en cualquier momento, debido a la vulneración de esos protocolos que determinan paso a paso, cómo se debe actuar en la emergencia y la forma coordinada en que debe ser comunicado, para que ningún trabajador quede expuesto ante un hecho de inminente peligro, como sucedió anoche, donde la descoordinación fue de tal magnitud que los mismos trabajadores que estaban dentro de mina en otros sectores, desconocían lo que estaba ocurriendo en otra parte de las galerías internas. Hacia afuera, la Intervención tardó 11 horas en dar a la opinión pública, un parte de lo ocurrido anoche en YCRT. (Agencia OPI Santa Cruz)