La Unión Tranviarios Automotor (UTA) confirmó un paro nacional de colectivos para mañana, luego de rechazar la última oferta salarial presentada por las cámaras empresarias del sector. La propuesta incluía un sueldo remunerativo de $1.240.000 y una suma no remunerativa de $50.000 para mayo, con aumentos escalonados en junio y julio, pero quedó muy por debajo del reclamo del gremio, que exige un salario básico de $1.700.000.
La negociación, que se desarrolló durante la tarde en modalidad virtual y contó con la participación del sindicato liderado por Roberto Fernández, las cámaras del transporte (FATAP, AAETA, CEAP, CETUBA, CTPBA y CEUTUPBA) y representantes del Gobierno, no logró destrabar el conflicto. “Se cayó la negociación. La UTA no aceptó ninguna de las opciones que ofrecimos”, señaló uno de los empresarios involucrados.
Ante el fracaso de las tratativas, el paro afectará a la mayoría de las líneas de colectivos del país, incluidas las más utilizadas en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), como las líneas 60, 39, 152, 86, 132, 12, 111, entre muchas otras. Sin embargo, el Grupo DOTA informó que sus líneas funcionarán con normalidad, ya que no se adherirá a la medida de fuerza.
Desde el Gobierno nacional se realizaron gestiones para intentar frenar la huelga, aunque el margen de acción se redujo debido al vencimiento de la conciliación obligatoria, que ya había sido utilizada previamente para evitar el paro del 10 de abril. El Ejecutivo se niega a convalidar aumentos salariales que superen los índices de inflación, mientras la UTA sostiene que la pérdida del poder adquisitivo justifica su demanda.
La Secretaría de Trabajo, a cargo de Julio Cordero, se apartó formalmente de la negociación al considerar que “no hay voluntad de acuerdo”, dejando el seguimiento de la paritaria en manos de la Secretaría de Transporte, que se encuentra en proceso de transición por la salida de Franco Mogetta y la inminente asunción de Luis Pierrini.
En paralelo, la conducción de la UTA enfrenta tensiones internas. Un grupo de choferes de la línea 148 se movilizó por la tarde a la sede sindical en Balvanera para manifestarse contra la estrategia del gremio y criticar su falta de adhesión al paro general convocado por la CGT el mes pasado. Durante la protesta, arrojaron huevos contra el edificio y exigieron una postura más firme en defensa del salario. (Agencia OPI Santa Cruz)