El operativo de búsqueda en el paso John Gardner del Parque Nacional Torres del Paine finalizó este martes con el hallazgo de cinco turistas extranjeros fallecidos, entre los que se identificó a dos ciudadanos mexicanos, dos alemanes y una británica. La activación del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres se produjo la tarde del lunes tras recibir una señal de socorro desde el circuito conocido como la O, sector que ha sido cerrado temporalmente por las autoridades. Mientras la Delegación Presidencial Regional confirmó las identidades de las víctimas como Cristina Calvillo Tovar, Julián García Pimentel, Victoria Bond, Nadine Lichey y Andreas Von Pein, el desenlace fatal ha expuesto contradicciones sobre las condiciones de seguridad y la capacidad de respuesta estatal ante las condiciones climáticas extremas de la zona.
Las explicaciones oficiales se han centrado en las labores de repatriación y el traslado de los cuerpos al Servicio Médico Legal de Puerto Natales, proceso dificultado por limitaciones logísticas. El general de Carabineros, Marco Alvarado, reconoció que el helicóptero institucional no se encontraba operativo, lo que obligó a evaluar el uso de una aeronave de la Fuerza Aérea o la evacuación terrestre. Por su parte, el delegado presidencial José Ruiz Pivcevic evitó profundizar sobre las causas del siniestro o la información meteorológica entregada a los excursionistas, limitándose a señalar que las responsabilidades administrativas se indagarán posteriormente. En contraste con la magnitud de la emergencia, el director regional de Conaf, Mauricio Ruiz, aseguró que los senderos estaban completamente habilitados y sin restricciones de tránsito, afirmando que los guardaparques y la empresa concesionaria realizan las advertencias correspondientes en las porterías.

Una versión divergente y crítica surgió a través de testimonios de sobrevivientes difundidos en redes sociales, quienes denunciaron abandono y falta de reacción oportuna por parte de la agencia Vértice y de la propia Conaf. Los afectados describieron un escenario con vientos superiores a 193 kilómetros por hora y acumulación de nieve, donde ante la ausencia de guardaparques y equipos de rescate en las cercanías, los propios turistas debieron organizar cuadrillas para socorrer a los desaparecidos el 17 de noviembre. La denuncia pública acusa a las entidades de ser deliberadamente obstructivas para facilitar la salida de las personas atrapadas y señala que el personal de Carabineros habría arribado al lugar recién el martes, dejando a los excursionistas expuestos a traumas, frío y falta de suministros en los campamentos.
La tensión entre el relato oficial y el de las víctimas se agudizó respecto al estado de salud de los sobrevivientes que permanecen en el parque. Mientras los turistas solicitaron ayuda urgente para evacuar a personas heridas y traumatizadas en los sectores de Dickson y Los Perros, el delegado presidencial descartó la existencia de heridos basándose en los reportes de Conaf. La autoridad política insistió en que la prioridad exclusiva es la extracción de los fallecidos durante las ventanas climáticas disponibles, desestimando los llamados de auxilio de quienes aseguran haber presenciado caídas casi mortales y acusan una gestión deficiente en la administración de la emergencia en la alta montaña. (Agencia OPI Santa Cruz)