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El paralelo superó los 15 pesos y marca nuevos récords la demanda de dólar ahorro

La carrera por el dólar contagió al paralelo y le hizo marcar un nuevo récord: $ 13,15
18/09 – 09:50 – Para calmarlo, el Gobierno intenta desinflar los precios del dólar Bolsa.

Por: Javier Blanco
La carrera contra el peso adquirió una dimensión tal que marca hitos a diario. Ayer, la cotización del dólar en el mercado informal (uno de los espejos en los que se refleja el ataque contra la moneda argentina) superó por primera vez los 15 pesos (cerró a un promedio de 15,10 pesos para la venta) ante la férrea determinación que muestran ahorristas e inversores por deshacerse de los pesos ante la sospecha de que se está a las puertas de una nueva devaluación oficial.

La escalada del billete siguió firme pese a que se mantuvo el despliegue de efectivos de la Gendarmería Nacional en la zona del microcentro porteño, intentando desalentar las operaciones.

Tal vez por eso obligó al Gobierno a buscar una reacción que incluyó el fin del congelamiento en el nivel del cambio oficial (tras mantener el mayorista fijo en $ 8,40 desde el 22 de agosto, el BCRA permitió un deslizamiento hasta $ 8,41) e intervenciones de venta de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) con parte de los bonos que tiene en su cartera de inversión (la del Fondo con que garantiza el pago futuro de jubilaciones) para ponerles límite a los precios de la divisa que surgen de las operaciones bursátiles.

Los agentes de Bolsa que operan habitualmente para ese organismo hicieron su irrupción en el mercado a media tarde y luego de que los tipos de cambio implícitos en este tipo de transacciones alcanzaron nuevos máximos históricos de $ 13,70 para el dólar arbitraje o fuga y $ 13,80 para el dólar Bolsa.

Luego, la intervención oficial logró hacer retroceder esos precios a $ 13,53 y $ 13,55, respectivamente, en un intento por ayudar a que este repliegue contagie al paralelo en las próximas horas.

Kicillof denuncia ataques

El ministro de Economía, Axel Kicillof, adjudicó la suba del paralelo a una “intención de generar pánico” y la vinculó con un plan de los denominados fondos buitre y la embajada de Estados Unidos para desequilibrar la economía argentina. “No hay razones económicas ni financieras para que el dólar esté a 15 pesos”, bramó el funcionario en una entrevista concedida por la tarde a Radio del Plata, en la que volvió a quejarse por la “importancia” que algunos dan al valor que alcanza el billete en las operaciones en negro.

Kicillof dijo que la plaza oficial de cambios tiene un volumen de operaciones de US$ 160.000 millones por año, mientras que “estos mercados, que son ilegales, nadie sabe cuánto mueven, pero todos los analistas dicen que es insignificante”.

Pasó por alto que la escalada de la divisa se repite en las operaciones cambiarias que, legalmente, se cursan por el mercado bursátil y donde los precios que se pactan se ubican apenas 10% por debajo de ese valor (tras la intervención oficial de ayer), pero 62% por encima del valor que se le reconoce en las ventanillas oficiales al dólar.

Tal vez por esa misma razón la demanda de dólar ahorro, que se había aplanado entre los meses de abril y junio, marca desde hace tres meses récords: por esa vía se expidieron ya US$ 273 millones en lo que va de septiembre, lo que implica un nuevo máximo para un mes (el antecedente había sido agosto, con ventas por US$ 260,1 millones, ante la presunción de que se está ante precios de “oferta”.

Ocurre que quienes superan el filtro de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) quedan habilitados para ir a un banco o agencia con esa autorización y comprar dólares a $ 8,42 más la comisión que le cobre la entidad interviniente en la venta y el recargo del 20% que se aplica a los que optan por retirarlos (9,1 de cada 10).

Así se hacen del billete a un promedio de $ 10,12 y tienen la opción de descargarlo en la calle a $ 14,74/80, para embolsar una ganancia del 46% promedio ($ 460 por cada US$ 100) en cuestión de horas, si la operación resulta exitosa. “Esa tentación, en momentos de ingresos enflaquecidos, es difícil de resistir”, confesó uno de los “arbolitos” habitués del microcentro porteño que, desde que la brecha entre el oficial y el paralelo volvió a tomar dimensión, pasó a tener una variada base de clientes que vende “de a puchitos”, según define. (La Nación)

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