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EE.UU. evalúa cerrar la embajada en Cuba por raras afecciones en diplomáticos


11:00 El secretario de Estado, Rex Tillerson, confirmó ayer la decisión, luego de que una veintena de funcionarios sufriera desde leves lesiones cerebrales hasta pérdida de audición

Estados Unidos está considerando la posibilidad de cerrar su embajada en Cuba después de que algunos diplomáticos sufrieron misteriosos problemas de salud los últimos meses, dijo ayer el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson.

“Lo estamos evaluando”, respondió Tillerson, al ser consultado sobre versiones que indican que Estados Unidos podría cerrar su embajada en Cuba, después de que se dio a conocer que algunos diplomáticos sufrieron allí leves lesiones cerebrales o permanente pérdida de la audición debido a supuestos ataques sónicos.

“Es un tema muy serio con relación al daño que han sufrido ciertos individuos. Hemos traído a algunas de esas personas de regreso a casa. Está bajo revisión”, dijo Tillerson ayer en una entrevista televisiva con CBS News.

El mes pasado, el Departamento de Estado informó que algunos diplomáticos habían mostrado “cierto tipo de síntomas” por un “ataque contra su salud”. La vocera Heather Nauert dijo la última semana que se estaba investigando el caso.

Previamente, el gobierno había dicho que un “incidente” el año pasado en La Habana dejó a diplomáticos estadounidenses con “una serie de síntomas físicos”.

El gobierno de Canadá también reportó un caso similar que involucra a al menos uno de sus diplomáticos en Cuba, el cual fue tratado en el hospital tras mostrar “síntomas inusuales”, incluyendo dolores de cabeza y pérdida auditiva.

Por este tema, Washington expulsó a dos diplomáticos cubanos en mayo. Pero el gobierno cubano desmintió cualquier tipo de ataque contra diplomáticos extranjeros.

El ex presidente norteamericano Barack Obama restableció las relaciones diplomáticas con Cuba después de más de 50 años y la embajada reanudó sus operaciones en La Habana en 2015.

Su sucesor, Donald Trump, tomó una serie de medidas para revertir algunas de las políticas de Obama en relación con Cuba, aunque por ahora mantiene la embajada en La Habana.

De las 21 víctimas confirmadas, algunas tienen pérdida auditiva crónica o conmoción cerebral, mientras que otras sufren náuseas, jaquecas y zumbidos. Algunas tienen dificultades para concentrarse o para recordar cosas recientes.

Algunas de las víctimas sintieron vibraciones o escucharon sonidos que misteriosamente sólo se percibían en algunas partes de ciertas habitaciones, por lo que los investigadores sospechan que se pudo haber tratado de “ataques sónicos”. Otras víctimas no escucharon nada, pero luego desarrollaron síntomas.

Tillerson los llamaba anteriormente “ataques a la salud”, pero el Departamento de Estado prefiere llamarlos ahora “incidentes”. No se han determinado las causas ni los culpables. Cuba niega haber sido la responsable y ha enfatizado que está dispuesta a ayudar en la investigación. La Casa Blanca dijo que la cifra de afectados puede aumentar a medida que más personas reporten sufrir los efectos.

Tillerson habló antes del viaje del presidente Donald Trump a Nueva York, donde hablará ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en los próximos días. Cuba está representada en la ONU, pero es poco probable que Trump se vaya a reunir con algún funcionario cubano.

Las autoridades estadounidenses ignoran quién pudo haber sido el responsable de los incidentes o qué artefacto fue utilizado. Los investigadores han manejado la hipótesis de ondas sónicas, un arma electromagnética o una misión de espionaje fracasada, dijeron fuentes norteamericanos al tanto de la investigación. (La Nación)

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