Por: Laura Ventura
Pocas veces el verano fue esperado con tantas ansias por los españoles. Hoy el país se despide sin nostalgia de cien días de estado de alarma , momento en que las competencias de cada comunidad regresan a sus presidentes autonómicos. La reapertura de las fronteras aéreas y terrestres de la Unión Europea, sumada al fin de las restricciones internas en la movilidad, le dará al país, gracias al flujo de turistas locales y extranjeros , una inyección para una economía debilitada por la pandemia. Además, familias que habían quedado separadas en distintos puntos del país pudieron reunirse hoy.
A pesar de la llegada tan esperada de turistas , este verano será diferente. La masiva fiesta del orgullo gay, que inunda las calles de Madrid con sus carruajes, un gran atractivo que agota las plazas hoteleras, fue cancelada para evitar contagios en su aglomeración . Además, las playas contarán con socorristas que velarán no solo por quienes se bañen en el mar, sino también con guardianes que controlarán la distancia entre sombrillas y reposeras. Las tradicionales fiestas de los pueblos, desde las más pequeñas hasta las más convocantes, como San Fermín, donde se producen los encierros de toros, también han sido canceladas. Las discotecas abrirán a partir de julio y se estudia en qué condiciones.
El noticiero de la TV Española daba cuenta hoy de la apertura al turismo y precisaba cuáles son las principales nacionalidades de los visitantes extranjeros en materia de ingreso: británicos, alemanes, franceses e italianos. La ministra de Exteriores, Arancha González Laya, confirmó ayer a última hora en la BBC que los turistas británicos no deberán guardar cuarentena, así como tampoco -ya lo había anunciado antes- otros ciudadanos extranjeros.
Sin embargo, las medidas bilaterales entre ambos países son asimétricas . Por ejemplo, España no exige a los ciudadanos británicos que guarden cuarentena cuando arriban a la península ibérica, aunque los españoles sí deberán permanecer en cuarentena en caso de que deseen viajar al Reino Unido. El gobierno de Boris Johnson anunció que la cuarentena para quienes ingresen desde el exterior regirá hasta fines de junio.
En Barajas, el aeropuerto de la capital española, se programaron para hoy 650 aterrizajes , el 10% de los arribos que se registraron el año pasado para la misma fecha. A partir del 1° de julio, España también permitirá el arribo de ciudadanos no pertenecientes a la Comunidad Europea siempre y cuando los países desde los cuales arriben los pasajeros cumplan tres requisitos: uno, se encuentren en una situación epidemiológica análoga o mejor que la de la Unión Europea; dos, se asuman las condiciones sanitarias en origen, trayecto y destino; tres, los países actúen con reciprocidad (vale decir, la aceptación también del ingreso de viajeros procedentes de Europa).
Hoy fue un día emotivo para muchos españoles, ya que familiares, parejas y amigos que no se podían ver, dadas las restricciones de movilidad, desde hace cien días, pudieron reencontrarse. A pesar de que se había anunciado que la movilidad entre comunidades autónomas (el equivalente a las provincias argentinas) se produciría en las próximas semanas, dados los buenos resultados del escenario sanitario y la aceptación de los Estados de la Unión Europea de abrir las fronteras, se anticipó el tránsito permitido entre jurisdicciones. Desde el jueves estaban disponibles los pasajes de colectivos de larga distancia y trenes de alta velocidad que conectan distintos puntos del país, aunque la frecuencia aún no es la propia de estas fechas y se adecuará según la demanda.
El coronavirus impactó con fuerza en la región: en Gran Bretaña se registraron 42.000 muertes; en Italia, 34.000; en Francia, 29.000, y en España, más de 28.000. La pandemia parece estar controlada y, aunque se habla de un posible rebrote a fin de año -que coincidiría con el regreso de las bajas temperaturas-, Europa pone en marcha el regreso a la “nueva normalidad” y recupera el flujo de ciudadanos comunitarios. Portugal es la excepción y decidió esperar hasta el 1° de julio para abrir sus fronteras en un acto al que asistirán el rey de España y el primer ministro luso.
Existen tres “peajes” que deben pasar los viajeros, según el protocolo europeo, para ingresar en otro país: brindar los datos personales del sitio donde se alojarán y donde se los podrá localizar, un examen que mide la temperatura y un examen visual que comprueba si poseen alguno de los síntomas de Covid-19.
Los protocolos también regirán en los hoteles y establecimientos que cumplan con las medidas de reducción del contagio del virus, a sus visitantes y clientes. De todos modos, pareciera ser que el aislamiento será una elección dentro de la “nueva normalidad” y ya se habla del boom turístico del alquiler por temporada de las casas rurales, antes una opción poco atractiva, pero, en este contexto, la más demandada. (La Nación)
