Según publica Clarín La interna salió a la luz cuando Patricia Bullrich denunció públicamente que Alberto Fernández decidió quitarle recursos al personal que debe velar por la seguridad del ex mandatario.
La reciente denuncia pública que realizó Patricia Bullrich contra Alberto Fernández por reducir la custodia de Mauricio Macri es apenas un capítulo más de una extensa historia de desencuentros, acalorados cruces telefónicos y de misteriosos episodios que activaron las alarmas entre aquellos que deben velar por la seguridad del ex presidente y de su familia.
“Alberto Fernández lo sabía: Esperaron a que Mauricio Macri se subiera a un avión para quitarle parte de la custodia, y encima sancionaron a los efectivos por no entregar un vehículo asignado a su custodia. Esté a la altura, Presidente. No haga política barata contra la oposición”, fue el mensaje que la ex ministra de Seguridad difundió el martes a través de su cuenta de Twitter.
El planteo de Bullrich, quien ahora preside el PRO, permitió exponer una de las peleas subterráneas entre el gobierno del Frente de Todos y la oposición, que comenzó hace ya más de un año, cuando se ultimaban los detalles de la transición de poder.
Aunque Bullrich y otros referentes de Juntos por el Cambio hablan de maniobras para limitar los recursos de la custodia, en el ministerio de Seguridad que conduce Sabina Frederic le restan importancia a las acusaciones y afirman que están garantizadas todas las medidas tendientes a cuidar al ex presidente.
Una custodia con “criterios de austeridad”
El propio Macri se ocupó de imprimirle su sello a lo que debería ser un trámite institucional ajeno a las discusiones: solicitó que las futuras autoridades apliquen “criterios de austeridad” para asignarle la custodia propia de un ex presidente.
A saber, la resolución 757/2018 del Ministerio de Seguridad establece que es obligación del Estado nacional garantizar la seguridad de quienes se hayan desempeñado en el Poder Ejecutivo.
“Corresponde extender dicha protección a los ex Presidentes de la Nación, toda vez que han desempeñado una de las más altas responsabilidades representativas de la República, y pueden verse expuestos, debido su calidad de tales, a riesgos en cuanto a su seguridad que es preciso prevenir”, dice la norma.
El diseño de esas unidades de personal especializado queda en manos del Servicio de Protección y Custodia de la Policía Federal, y se define según las rutinas familiares y personales del ex funcionario.
Pero en la previa del cambio de mando presidencial, los equipos de Bullrich impulsaron la propuesta de Macri ante la actual ministra de Seguridad, Sabina Frederic. Según supo Clarín, aquel esquema consistía en constituir una unidad de 32 efectivos de la Policía Federal para cubrir dos turnos: 2 oficiales jefes; 4 oficiales subalternos; 23 suboficiales del escalafón de seguridad, y 3 suboficiales del escalafón bomberos con especialidad en explosivos.
Se justificó el pedido recordando que Cristina Kirchner llegó a tener más de 90 agentes en su primer año como ex presidenta.
El primer cortocircuito
El 27 de enero se produjo una situación que desconcertó tanto a Macri como a Frederic. La Policía Federal solicitó el pase de 14 de los efectivos que formaban parte de la custodia y fue Patricia Bullrich la que tomó la posta y se comunicó telefónicamente con su sucesora para quejarse por la situación.
La medida se corrigió en cuestión de días y, según indicaron fuentes oficiales consultadas por Clarín, por el sorpresivo movimiento se inició una investigación administrativa en la Federal para determinar cómo se gestó esa decisión.
Pero la pelea no se basó solamente en la cuestión de los recursos humanos, sino que además hubo pujas por los móviles disponibles para la custodia de Macri. Incluso, este fue el punto de mayor tensión y el que motivó la denuncia pública de Bullrich.
Al dejar la Casa Rosada, Macri se quedó con 7 unidades, entre las que se incluyeron dos camionetas 4×4 blindadas y de prestaciones blindadas, modelo Toyota SW4, en las que se trasladaban el ex presidente y de la ex primera dama Juliana Awada.
En el Gobierno nacional advierten que esas dos Toyota SW4 forman parte de la flota presidencial y que el ex mandatario dilató su cambio por las otras unidades que se le asignaron, también blindadas. Son camionetas que, por sus características, solamente puede manejar personal entrenado de las fuerzas de seguridad.
La puja por las 4×4 blindadas
El Ministerio de Seguridad solicitó formalmente en marzo que la custodia de Macri entregue esas dos camionetas. Los términos del reclamo alimentaron el malestar porque, según aseguran dirigentes del macrismo, desde el Ministerio de Seguridad exigieron que la devolución sea “inmediata”.
Nuevamente, Bullrich volvió a comunicarse con Frederic y logró postergar el cambio hasta julio, cuando uno de las SW4 se cambió por una Ford Ranger.
Cerca de Macri también remarcan que algunas de las unidades de la custodia se encuentran fuera de servicio y pendientes de reparación. Sin embargo, en Seguridad también niegan esa versión.
En el interín hubo dos episodios que encendieron alarmas sobre la seguridad de Macri y de su familia: uno de ellos fue la explosión dentro de un contenedor de basura ubicado a metros del domicilio del ex presidente, en San Isidro. Tomó intervención el Juzgado Federal nº 2 a cargo de Lino Mirabelli y la causa está caratulada como “Averiguación Intimidación Publica”.
La otra situación que puso en tela de juicio la capacidad de reacción de la custodia de Macri fue la que se tuvo lugar a fines de septiembre, en la ruta 202. Un vehículo se puso a la par de la camioneta en la que circulaba Macri y realizó maniobras de riesgo.
Ese último evento lo investiga Matías Nicholson, del Juzgado federal nº 2, bajo la carátula de “averiguación de ilícito”.
La exprimera dama Juliana Awada tampoco es ajena a los desmanejos sobre su custodia. Así lo relata un confidente de Macri: “Hace un tiempo, Juliana tenia una actividad y tenía, como corresponde, custodia. En el medio de eso, llegó una orden del ministerio de Seguridad, le sacaron una camioneta y la dejaron a pata. Cuando salió, estaban los custodios sin vehículo”, relató.
La situación de la custodia de Macri tomó tal dimensión que incluso un intendente del PRO trató el tema personalmente con Alberto Fernández.
Y el punto de máxima tensión se produjo el pasado martes, cuando el ex presidente tomó un avión junto con su familia para trasladarse a Villa Langostura. Apenas Macri subió a la aeronave, personal de la Policía Federal ordenó retener la otra Toyota SW4 blindada.
A cambio, ofrecieron un Ford Mondeo 2014 blindado, según indicaron en el Ministerio de Seguridad, aunque en el macrismo relativizaron esas características.
“Sentimos que los cambios constantes, en el personal y en los vehículos, no ayudan a darle al ex presidente la protección que su investidura merece”, se quejaron en el PRO. “Es un manoseo innecesario”, dijo a Clarín un interlocutor habitual del expresidente.
Pero en la cartera de Seguridad niegan que existan maniobras para afectar la custodia de Macri y ratifican que “se mantiene la seguridad prevista, que se evaluó por personal especializado según las necesidades operativas, y que se actuará ante cualquier necesidad de incrementar o cambiar personal”.
Aclararon también que los contactos entre el entorno de Macri y el Ministerio de Seguridad se mantendrán, de acá en adelante, dentro de los canales “formales e institucionales”.
Es decir, que Frederic ya no atenderá reclamos de Bullrich. (Clarín)
Vergonzoso, como toda la gestión de los FERNÁNDEZ!! Un ASCO!!