Según publica Clarín Qué piensa el mandatario sobre una posible ruptura y el reclamo de que baje su candidatura. Su posición ante las críticas de Máximo Kirchner y el “Cuervo” Larroque.
Por: Walter Schmidt
Este fin de semana la bajada de línea de Alberto Fernández fue clara. No gastar “un segundo” en contestarle a La Cámpora, al menos oficialmente. Que digan y hagan lo que quieran. Así, el mandatario buscó eludir, desde la residencia de Olivos, cualquier tipo de polémica con el cristinismo.
Fue luego que en el acto del sábado en Avellaneda, organizado por La Cámpora como una suerte de operativo clamor para que Cristina sea candidata presidencial este año, Máximo Kirchner aludiera al Presidente sin nombrarlo, al señalar que algunos “están más interesados en ganarle a Cristina que en sacar el país adelante”.
“Más que agradecidos deberían estar algunos con estar en lugares con los que cualquier argentino sueña. Más humildad compañeros”, lanzó el hijo de la vicepresidenta.
Menos sutil sería el ministro de Desarrollo Social bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque. “Vamos a una pelea de fondo convocando a todos los sectores políticos, tenemos la necesidad de recrear un ámbito” dijo, al responder a una consulta acerca de una posible ruptura en el Frente de Todos.
Larroque dejó en claro que no considera que estén dadas las condiciones para una reelección de Fernández en Balcarce 50. Ergo, un reclamo tácito para que se baje de una posible candidatura.
Pero Alberto Fernández, según sus colaboradores, responde lo mismo desde hace tiempo. “Falta mucho. Yo no tengo la urgencia que ellos tienen, que es el resultado de la falta de candidatos”. En la Casa Rosada se alimenta la hipótesis de que ningún postulante camporista -llámese Eduardo “Wado” de Pedro- estaría en condiciones de vencer en unas PASO al Presidente.
El mandatario también tiene sus dudas sobre las palabras amenazantes de Larroque, abriendo el paraguas sobre una eventual ruptura. Alberto asume -dicen- que se viene una pelea de fondo, pero que eso no significa una ruptura. Si no más bien “unas PASO fuertes” que movilicen a la militancia peronista detrás de dos miradas distintas.
Un funcionario albertista considera que el cristinismo se encierra “cada vez más” porque cree que es imposible separar a Cristina Kirchner de Alberto Fernández, más allá que la vice se esmere por relatar la difícil situación económica como si nada tuviera que ver con el Gobierno.
“Si el barco está haciendo agua como dicen, ellos están arriba”, grafica la misma fuente.
En el entorno presidencial insisten con que el primer desafío es cohesionar el Frente de Todos como herramienta competitiva del peronismo. “Sino, le regalamos la elección al macrismo”, argumentan.
El otro razonamiento parece de más complejo cumplimiento: “Si queremos ganar es con todas las diversidades adentro”. (Clarín)
