Candidatos: Cinco intendentes un ex gobernador fracasado y un sindicalista que prueba suerte, imponen sus “experiencias” y legajos “sucios” en la campaña 2023

(Por: Rubén Lasagno) – Los candidatos más relevantes en Santa Cruz se debaten entre quienes tienen sello propio por haber gestionado o estar en gestión actualmente y quienes prueban suerte y cuentan con el beneficio de la duda.

La mayoría de los candidatos son intendentes en funciones: Pablo Grasso, Río Gallegos, Javier Belloni, El Calafate y Fernando Cotillo, Caleta Olivia, son jefes comunales actualmente en actividad y van por el Frente para la Victoria. En tanto Daniel Gardonio (UCR), intendente de San Julián va por dentro del partido SER al igual que José María Carambia de Las Heras.

Si el elector debiera elegir su candidato por el éxito de la gestión de estos intendentes en funciones, sin duda ganarían por varios cuerpos Javier Belloni (FPV) de El Calafate y Daniel Gardonio (UCR) de Puerto San Julián. Ambos tienen, a la par de los demás, gestiones prolijas con posibilidad de mostrar éxitos administrativos y un orden financiero que lo reflejan los propios informes del Tribunal de Cuenta.

Quedaría muy lejos de ellos, Pablo Grasso (FPV) candidato a Gobernador y Fernando Cotillo (FPV) candidato a Vicegobernador de Belloni, por estar considerados (ambos) los peores intendentes de la provincia, con municipios superpoblados, financieramente observados, problemas de infraestructura irresueltos (sanitarios, servicios y salud), sueldos básicos más bajos para sus empleados y ciudades más descuidadas. En tanto Jose Carambia de Las Heras, tiene un municipio con denuncias de corrupción y el tufillo a panquequismo, cuando tanto él como su hermano, ganaron por JxC en el 2019 y fueron hábiles alumnos de Massa, al volcar decididamente su apoyo al kirchnerismo.

Pablo Grasso ha puesto su sello personal en la ciudad capital que se encuentra “en obra permanente” pero muy pocas de ellas para cambiarle la calidad de vida a la gente, sino más bien obras de corte estéticos y pintorescos, cartelería, pintura, construcción de edificios públicos y atención a barrios donde puede concentrar mayor cantidad de votantes, pero todas las inversiones dentro de una oscuridad rayana en el delito, sin aceptar ni cumplir con la ley de Contabilidad, los medios de controles de los municipios, desconociendo el Concejo Deliberante, sin rendir cuenta de estas “inversiones” ni darle un orden de prioridad a las necesidades urbanas.

Por ejemplo, ha comenzado a levantar una plaza temática en un predio cercano a la autovía, con la colocación de 15 figuras de dinosaurios, la maqueta de un volcán y varios elementos más que simbolizan aquella era de la tierra, sin que haya solicitado autorización al CD, ni haya informado de costos, plazos y mucho menos sobre la/las empresas encargadas de la construcción, en un predio donde ni siquiera existe un solo cartel de información que hagan referencia a la obra.

Contrariamente a lo que pasa en el municipio de Río Gallegos, que tiene cerca de 5.000 empleados, el Intendente Javier Belloni, de El Calafate y candidato a gobernador, posee un municipio ordenado, superavitario y con solo 500 empleados y hasta ha decretado un aumento del 10% y un bono extraordinario de 100 mil pesos a cada trabajador, sin tener que recurrir a la billetera de Alicia Kirchner, como sí lo deben hacer Grasso y demás intendentes.

Daniel Gardonio, en Puerto San Julián también cuenta con una administración prolija, a pesar de haber desplazado a un intendente de varias gestiones como es el caso de Nelson Gleadel e instalarse en un municipio pequeño pero muy estratégico que está sobre la costa y tiene como impacto directo (poblacional y ambiental) el yacimiento Cerro Vanguardia a pocos kilómetros de allí.

Su gestión frente al municipio se enmarca en un concepto moderado y dialoguista. Localmente está considerado un funcionario que atiende la necesidad pública, de hecho la ampliación de las obras de gas y los convenios para desarrollar energía eólica, entre otros programas de crecimiento, lo ponen al tope de las preferencias políticas de su comunidad y se debate, ciertamente, con la imposibilidad de tener grandes ventajas económicas y financieras, por cuanto al pertenecer a la oposición, no cuenta con la mejor opinión de la gobernadora.

Y luego aparecen como candidatos a gobernador, Sergio Acevedo, un ex gobernador fracasado, quien tiene como contrapeso su propia historia. Va por dentro del partido SER y su discurso colisiona brutalmente con su gestión pasada.

Recientemente se refirió a la Educación en Santa Cruz, analizando que el salario docente se debe restablecer en valores lógicos y que los paros no pueden afectar la educación de los niños. Sin embargo Acevedo es el ejemplo menos pensado para dar una receta propia, pues, su gestión fue infame en relación a los docentes de la provincia, los tuvo sumidos en la miseria, negreados en sus sueldos con la aplicación extorsiva del “presentismo”, el cual cubría más de la mitad de sus salarios.

Los docentes no tenía derecho a enfermarse, aún gravemente, porque perdían su salario en manos de un gobernador sin ningún tipo de humanidad ni signos de respetar los derechos humanos, de los que tanto se ufana el kirchenrismo y en aquella época, el propio Sergio Acevedo.

Claudio Vidal, titular del SER, diputado nacional y Secretario General del sindicato de Petroleros Privados, es la antítesis de un hombre nuevo para la provincia, pues su cuna es kirchnerista, su extracción sindical representa uno de los gremios más violentos que hay, junto con la UOCRA y Camioneros. Su relación con Máximo Kirchner lo hizo ser absolutamente funcional al oficialismo en el Congreso como diputado nacional y acá en la provincia, sus diputados han votado por tres años, todo lo que ordenó Alicia Kirchner en la Legislatura.

Solo cuando decidió apuntar a la gobernación y luego que el FPV rechazara su propuesta de unirse, miró hacia la oposición (JxC), ensayó algún discurso crítico que no hiere a nadie, solo es parte de la dialéctica de campaña y Jamás ha denunciado al kirchnerismo, porque su nivel de pertenencia (histórica) se lo impide.

Su intrusión en el espectro político provincial, atomizó a la oposición, la rompió en mil pedazos y lamentablemente, para el electorado independiente que no lo votaría a él por sus orígenes pero si a personas que hoy están eclipsadas dentro de su estructura, se llevó a gente de mucha valía como Daniel Gardonio (UCR), Fabián Leguizamón (UCR) y Gabriela Mestelán (EC).

Hoy Vidal tiene dividida la oposición y prácticamente ha jugado un papel fundamental a la hora de debilitar a quienes si iban unidos, en esta oportunidad, podrían haberle peleado la gobernación al oficialismo provincial. (Agencia OPI Santa Cruz)