El Ministerio Público Fiscal ha dado a conocer los resultados de la autopsia realizada a Facundo Molares, el manifestante que falleció mientras era detenido por la Policía de la Ciudad. Según el informe médico, la causa de la muerte fue “congestión, edema, hemorragia pulmonar-cardiopatía dilatada“, y se destacó que no se observaron lesiones traumáticas con características punzantes, cortantes o penetrantes.
El equipo de profesionales que llevó a cabo la autopsia incluyó expertos en diversas áreas médicas. El informe también señaló que las fracturas costales y los infiltrados hemáticos en el tórax podrían ser compatibles con las maniobras de Reanimación Cardio Pulmonar registradas en la Historia Clínica del Hospital Ramos Mejía.
El informe de autopsia resaltó los antecedentes médicos de Molares, incluyendo hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca, pericarditis constrictiva y otros problemas médicos. El documento indica que Molares había padecido sucesivos cuadros de insuficiencia cardíaca congestiva, insuficiencia renal aguda, hipertensión pulmonar, infección respiratoria por COVID-19 y una cardiopatía dilatada, todos ellos en tratamiento.
La autopsia también informó que se tomaron muestras para realizar estudios complementarios, incluyendo histopatológicos de diversos órganos y sistemas, así como muestras para análisis bioquímicos, toxicológicos y exámenes radiológicos. (Agencia OPI Santa Cruz) Con información de NA
Imagino, que si bien el Ministerio Público Fiscal, que dice y nos da a conocer un muestrario de enfermedades orgánicas que sufría el fallecido en el momento de su deceso, no es menos cierto, que cualquier persona que aunque hubiera sido sana joven y fuerte, ante un ataque similar no le hubiera producido el mismo desenlace. Aplicar fuerza letal sobre un manifestante si solo grita, es mostrar falta de sentido común y capacitación para resolver tumultos.