El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, logró imponerse en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales al vencer a la candidata correísta Luisa González con el 56,13 % de los votos frente al 43,87 %, con el 75,82 % del escrutinio contabilizado, según datos oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE). La jornada electoral, desarrollada el pasado domingo, cerró con una participación del 83,76 %, una cifra superior a la registrada en la primera vuelta del 9 de febrero, cuando votó el 83,38 % del padrón.
Noboa, quien aspiraba a ser confirmado en el cargo para un mandato completo tras haber sido electo en 2023 para finalizar el período inconcluso de Guillermo Lasso, siguió el escrutinio desde su residencia en la localidad costera de Olón, en la provincia de Santa Elena. Por su parte, González monitoreó los resultados desde la sede de su partido, Revolución Ciudadana, en Quito, fuerza política liderada por el expresidente Rafael Correa.
El proceso electoral fue reconocido por su desarrollo pacífico y ordenado. Las principales misiones de observación electoral, entre ellas las de la Unión Europea (UE) y la Organización de Estados Americanos (OEA), destacaron la normalidad del proceso. Desde el CNE, su presidenta Diana Atamaint celebró la masiva concurrencia a las urnas y aseguró que la jornada se llevó a cabo “sin contratiempos” y de manera “totalmente pacífica“.
Más de 13,7 millones de ecuatorianos estaban habilitados para votar y decidir entre continuar con el proyecto político de Noboa o dar un giro hacia el correísmo con Luisa González, quien, de haber ganado, habría hecho historia al convertirse en la primera mujer presidenta electa del país.
Las elecciones se realizaron bajo estrictas medidas de seguridad, con un despliegue de aproximadamente 100.000 efectivos, entre ellos cerca de 60.000 policías y unos 40.000 militares. Este operativo respondió al contexto de violencia que atraviesa Ecuador, donde desde principios de 2024 rige un estado de “conflicto armado interno” decretado por el propio Noboa como parte de su estrategia para enfrentar al crimen organizado y las bandas criminales que azotan al país.
La jornada estuvo marcada también por la polémica decisión del mandatario de declarar un nuevo estado de excepción en siete provincias y en la capital, Quito. Esta medida, justificada por la escalada de violencia, se suma a una serie de decretos similares emitidos desde que el presidente ecuatoriano declarara la “guerra” contra las mafias criminales. Ecuador continúa enfrentando uno de los índices de homicidios más altos de América Latina, con un promedio alarmante de un asesinato por hora en lo que va de 2025. (Agencia OPI Santa Cruz)