Durante la apertura de la Asamblea de Primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington, la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, elogió el rumbo económico de la Argentina y lo calificó como “un ejemplo de progreso económico” a nivel internacional. La funcionaria destacó los avances logrados por el Gobierno argentino en materia de reformas estructurales y disciplina fiscal, en el marco del acuerdo que prevé desembolsos por 20.000 millones de dólares.
Georgieva reconoció que, a pesar de que en 2024 el país registró crecimiento negativo, una inflación elevada y un aumento en los niveles de pobreza, las medidas aplicadas por la administración de Javier Milei demuestran un cambio de dirección firme y consistente. Según afirmó, la situación económica actual de la Argentina muestra “grandes avances” gracias a la implementación de un plan económico centrado en el ordenamiento de las cuentas públicas.
En su intervención, la titular del FMI explicó que el contexto internacional podría provocar una leve reducción en las proyecciones de crecimiento global, incluida la estimación para la Argentina, que al inicio del año se ubicaba en torno al 5%. No obstante, remarcó que el proceso de desinflación continuará, con expectativas de que el país logre una inflación de un solo dígito, y una reducción significativa de la pobreza, que podría bajar del 50% al 40%.
Georgieva también hizo hincapié en el respaldo social hacia el programa económico, al señalar que “la gente apoya al Gobierno porque ven disciplina, compromiso y cumplimiento de las promesas”. En esa línea, resaltó la importancia de mantener el rumbo para consolidar la recuperación económica y fomentar un entorno más favorable a la inversión y la innovación.
Por último, la funcionaria del Fondo subrayó que, para lograr un crecimiento sostenido en el tiempo, los gobiernos deben remover los obstáculos que frenan la iniciativa privada y apostar por políticas que impulsen la competitividad. A su juicio, es responsabilidad del Estado reducir los daños autoinfligidos que históricamente han limitado el desarrollo económico de países como la Argentina. (Agencia OPI Santa Cruz)